La importancia de escuchar a nuestros hijos - Cómo practicar la escucha activa

Los beneficios que la habilidad de escuchar a los hijos puede aportar a la familia en lo que se refiere a la comunicación y diálogo

Marga Santamaría, Psicopedagoga
En este artículo
  1. Escuchar a nuestros hijos con el método de la escucha activa
  2. 6 Pautas para fomentar la escucha activa en la familia
  3. Qué aporta la escucha activa a los niños y a la familia

- Mamá, ¿sabes lo que me ha pasado hoy en el colegio?..., pues es que mi amiga Martina en el patio…, pero mami…., mírame…, es que Martina estaba con Unai…, mírame mamá, por favor…

¿No os ha pasado alguna vez que vuestro hijo o hija os quieren contar algo y además os solicitan vuestra mirada? Lo que realmente quieren es que pongamos nuestros cinco sentidos a su disposición, que les miremos sin desviar nuestra atención, que les escuchemos desde la curiosidad, que no interrumpamos con ningún otro tema su discurso, que disfrutemos de ese compartir, ¿no es mucho lo que piden, no?

Escuchar a nuestros hijos con el método de la escucha activa

Cómo escuchar a los hijos

Debemos pararnos a pensar en la importancia de escuchar a nuestros hijos. Es cierto que siempre tenemos muchas cosas que hacer, que vamos todos los días a la carrera, que nuestra vida es muy ajetreada, que no tenemos tiempo que perder, pero es que con los hijos, el tiempo pasa, y pasa solo una vez. Lo que no hagamos en ese momento presente, es muy probable que no vuelva, y si vuelve ya no será igual.

Ellos y ellas lo que realmente quieren es que estemos, que ESTEMOS del verbo ESTAR, con nuestra presencia auténtica, que así decimos en coaching, que estemos al 100 por ciento.

Una vez escuché a Víctor Küppers la siguiente frase: 'la escucha implica generosidad'…, y esa frase realmente me encantó y con esa palabra, con la palabra generosidad creo que se define todo lo que conlleva una gran escucha activa. Generosidad porque es pensar en él o en ella, y no en mí y en mis cosas.

Es fundamental sembrar en los primeros años de vida una buena comunicación con nuestros hijos, un diálogo adecuado de escucha, de respeto, de compartir, que encuentren el agrado de ese 'contarnos', así cuando vayan creciendo y siendo algo más mayores, tendremos una buena base y la tarea será continuar en esa línea, respetando siempre sus etapas de desarrollo así como las características de las mismas, ya que lo que un niño de 6 años cuenta, es muy distinto a lo que cuenta o comparte uno de 14 años.

6 Pautas para fomentar la escucha activa en la familia

escuchar a los hijos

A continuación, os ofrezco algunas pautas y consejos para que esta escucha sea plena y desde la generosidad:

1. Escucha limpia
Elimina los pensamientos distractores que puedan interferir en poner toda tu atención a lo que tu hijo o hija te está contando en ese momento. Olvida las tareas de casa, olvida las llamadas pendientes... Si viene a tu mente algún pensamiento que te distrae, sé fuerte, sé más fuerte que tu mente e invítalo a abandonar. No es imposible, es cuestión de práctica.

2. Emplea un lenguaje adecuado y correcto con tu hijo o hija
Eres su madre o su padre, no eres su colega ni su amigo. Si dejas de ser su madre o su padre, para convertirte en su amigo, le dejarás huérfano, como siempre nos comenta, el Juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud.

3. Escucha para entender, no para responder
Cuando mi hija me cuenta lo sucedido en el colegio, quiere que la escuche, no que de pronto yo aproveche la situación y le pregunte por cómo fue la jornada o si aprendió muchas matemáticas hoy.

4. Parafrasea después lo que te ha contado, añadiendo emoción
Eso a ellos les encanta; les encanta escuchar su propia historia, su propio cuento, en palabras de su madre o su padre. De este modo también les estamos diciendo que lo hemos entendido, que le hemos escuchado, que son importantes para nosotros.

5. No hagas otra cosa que no sea escuchar
No estés con el móvil o la Tablet, no hagas tareas en casa…, lo más importante ahora es escuchar lo que tu hijo o hija quiere contarte en ese momento.

6. Agradece lo que te cuenta
Demuestra a tu hijo que te sientes afortunada o afortunado de escucharle y estar con él o ella.

Qué aporta la escucha activa a los niños y a la familia

cuando el niño es escuchado

Los padres no estamos solo para dictar normas y límites a los hijos. Con nuestros hijos nos toca asumir juntos la actitud de saber escuchar los unos a los otros. La disciplina y la autoridad sin un espacio de escucha y de una comunicación activa pueden generar rebeldía en los niños. Padres que no tienen y no dedican tiempo para escuchar a sus hijos pueden dar lugar a hijos con dificultades de seguir las reglas.

La escucha debe ser una práctica recíproca pero que debe empezar en los padres. Los niños seguirán su ejemplo después. Tú me escuchas, me asumes, me llevas al interior; yo te escucho, te asumo, te tengo en cuenta. Sólo así la habilidad de escuchar se convierte en diálogo y éste en auténtica y adecuada obediencia.

Tal como hacemos con nuestro tema musical favorito, o con la voz de alguien que recordamos, necesitamos llevar muy adentro las palabras de nuestros hijos. No se trata sólo de entenderlas, eso lo podría hacer cualquiera que no fuera su papá o su mamá. Se trata de escuchar lo que dicen esas palabras, como también los gestos y la conducta de los hijos.

Cuando éramos niños no teníamos las palabras suficientes para expresarnos cuando estábamos tristes, inquietos, enfadados... Lo mismo pasa con nuestros hijos. Puede que no tengan todavía palabras para expresarse, pero podemos saber lo que ocurre a nuestro hijo por su mirada, por sus ojos, su conducta, sus gestos... Escuchar no es sólo entender, es llevar al corazón.

Los hijos adolescentes no necesitan contarnos muchas cosas, solo tenemos que observarles, considerar lo que nos dicen y darles siempre tiempo y espacio para que se expresen cuando lo necesiten. Los hijos no quieren que los abordemos con soluciones de todo tipo o que los tratemos como si fuera una consulta clínica. Solo necesitan que estemos ahí por si nos necesitan, con la libertad de sentirse amados.

Un niño escuchado aprende también a escuchar a sus padres, a encontrar razón en tus orientaciones y cuidado. Le será más fácil 'obedecer' cuando digas 'no vuelvas tarde', 'ten cuidado', 'me llamas cuando llegues', 'ven comer que la comida está en la mesa' o 'no te olvides saludar'...

Para que la escucha activa tenga sentido tiene que estar más en obras que en palabras. No es fácil, necesita tiempo compartido, paciencia, buen humor y buena disposición. Los niños no aprenden nada solos, necesitan 'respirar' el aprendizaje, día a día.

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