Sin darnos cuenta, los padres ponemos etiquetas a los niños todo el rato
Nuestro cerebro pone etiquetas a nuestros hijos para ordenar la realidad que nos rodea
- ¿Por qué los padres ponemos etiquetas a los niños sin darnos cuenta?
- Consecuencias negativas o por qué no debes etiquetar a tus hijos
- ¿Qué podemos hacer para no poner tantas etiquetas al educar?
Resulta casi imposible no poner etiquetas a los niños ya que es un recurso del que se vale el cerebro para entender el día a día, para ordenar la realidad. Sin embargo, debemos tener en cuenta, debemos pararnos a pensar, que estas etiquetas tienen consecuencias negativas para el desarrollo y la autoestima de nuestros hijos. Hablamos sobre cómo los padres ponemos etiquetas a los niños todo el rato sin siquiera darnos cuenta, así como de los peligros de esta forma de comunicarnos con los hijos.
¿Por qué los padres ponemos etiquetas a los niños sin darnos cuenta?
'Qué vago eres', 'pareces tonto', 'siempre te portas fatal', son formas de hablar de los padres, frases que decimos para que los niños hagan sus cosas, se comporten bien, actúen como queramos nosotros.
¿Sabías que en realidad todas estas frases son etiquetas que ponemos a nuestros hijos? Es un mecanismo que tiene nuestro cerebro, nuestra mente, de ordenar la realidad de entender el día a día, de pensar y lograr un objetivo. La realidad que tenemos es compleja y necesitamos poner etiquetas para poder simplificarla.
Las etiquetas se vuelven tremendamente negativas cuando las aplicamos a las personas que tenemos a nuestro alrededor, a nuestros hijos sin ir más lejos, porque no nos permiten ver quién está detrás en verdad de esa etiqueta, de esa categoría que nosotros mismos hemos puesto.
Consecuencias negativas o por qué no debes etiquetar a tus hijos
Las etiquetas, los estereotipos, por mucho que sean una herramienta que tiene el cerebro de los seres humanos para poder manejarse día a día, es algo negativo que los padres tenemos qué evitar. ¿Cuáles son las consecuencias negativas de poner etiquetas a los niños?
- No dejamos que los niños puedan autoconocerse
Un niño o una niña que está en desarrollo, en la etapa de crecimiento, en especial de los 0 a los 6 años, necesita conocer el mundo que le rodea y también necesita conocerse a sí mismos, que pueda sacar todo su potencial. Si les etiquetamos no les daremos margen a que lo consigan.
- Cuesta mucho poder quitar una etiqueta
Poner una etiqueta no cuesta nada, se dice sin más y llega a la persona. Ahora bien, para quitarlas sí hace falta un gran esfuerzo, es más, para que un niño o niña deje de tener esa etiqueta que el adulto le ha puesto, es él mismo el que deberá quitársela. ¿Te imagina todo lo que supone esto? ¡Es una carga enorme!
- Los niños acabarán actuando como les decimos
Asimismo, si papá y mamá o las otras personas que están a su alrededor, le dicen cosas como 'no seas vago' el niño o niña automáticamente interiorizará que es vago. Si oye 'ya estás haciendo el tonto' en su cabeza sonará 'soy tonto', es decir, se creerá que tiene estas cualidades y actuará como tal, como se espera de él.
¿Qué podemos hacer para no poner tantas etiquetas al educar?
Si bien es cierto que resultaría prácticamente imposible eliminar las etiquetas de nuestro vocabulario, debemos ser conscientes de ellas, de cuándo y en qué momento se las ponemos a nuestros hijos, para tratar de reducirlas a su mínima expresión.
1. Utiliza un lenguaje positivo
Lo que ocurre en los 6 primeros años de vida de tu hijo, aunque luego él no lo recuerde, es crucial para su desarrollo. Lo que hacemos durante esta etapa le va a marcar, por eso es importante evitar las etiquetas y utilizar lenguaje positivo. Sustituye frases tipo 'qué mal te portas siempre' por explicaciones acordes a la edad de los niños.
2. Sé paciente y comprensiva
Muchas veces sacamos a relucir las etiquetas porque pensamos que es la vía más corta para que los niños recojan su cuarto, hagan los deberes o se comporten con educación. Sin embargo, la paciencia, la comprensión y la empatía (nosotros también fuimos niños y las normas no siempre nos parecían lo mejor) dan mucho mejores resultados.
3. Anima a tus hijos a que se expresen cuanto quieran
Si un niño o niña comparte con su familia cómo se siente, qué tal le ha ido las cosas en el colegio, si está nervioso por este o aquel motivo, tendrá menos inquietud, no se mostrará tan agitado, algo que ayudará a crear un buen clima familiar.
4. Que las expectativas que tengas para tus hijos sean reales
Muchas veces sucede que esas etiquetas no son tan negativas como las que acabamos de ver, pero tampoco son positivas. Si le decimos a un niño siempre frases como 'eres el mejor', 'nunca fallas', 'siempre sacas las mejores notas', 'no es propio de ti' tendrá miedo al error, a no defraudar, procurará dar lo mejor de sí mismo porque así se lo han dicho en casa, se olvidará de pararse a pensar qué quiere, qué le gusta, cuáles son sus sueños. Por eso, las expectativas que tengamos sobre los hijos tienen que estar centradas en ellos y no tanto en nosotros.
¿Y tú? ¿Cuál dirías que es la peor etiqueta que se le puede poner a un niño?
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