No todo vale para ser una buena madre. Lo que no debes hacer
¿Qué harías tú para sentirte valorada y querida por tus hijos?
- Confía en tu intuición para ser una buena madre
Ser buena madre o buen padre o ser mala madre o mal padre es una idea de valoración y juicio que tenemos siempre dando vueltas en nuestra cabeza. Y es que, al no tener un manual de cómo ser los mejores padres, vamos practicando con los métodos de Ensayo-Error o Ensayo-Acierto. Pero, ¿qué es ser buen o mal padre o madre? Y, lo más importante, ¿todo vale para ser una buena madre?
Confía en tu intuición para ser una buena madre
Cuando nos enfrentamos a la maternidad en ocasiones repetimos patrones de acciones y comportamientos que ya usaron con nosotros nuestros padres. O justamente hacemos todo lo contrario a lo que hicieron nuestros padres, porque no te parece el mejor método a utilizar con tus hijos.
La cuestión es, que de una manera u otra, no estás siendo la madre o padre que de manera natural todos llevamos dentro. No estamos confiando en nuestra intuición o saber hacer. Y finalmente, lo que hacemos es adquirir una estrategia, para sentirnos bien valorados.
Y lo peor de todo, es que somos capaces de adquirir cualquier estrategia por obtener una buena puntuación, sin darnos cuenta, que en ocasiones, sobrepasamos ciertas líneas y límites, que como mujeres u hombres no deberíamos permitirnos.
Esta estrategias lo único que van buscando, bajo ensoñación de la valoración de ser buenos padres, es sentirnos queridos por nuestros hijos, y por ello, fíjate hasta donde podemos llegar…
En esta ocasión, permitidme que hable de la madre, como gran estratega inocente de esta manera de sentir. ¿Qué hace muchas veces una mujer que es madre para sentirse valorada por sus hijos? Se repite un montón de frases o estrategias como las que a continuación te voy a exponer:
- Me encargo de hacerlo todo, para que nuestra familia (pareja e hijos, básicamente) hagan el comentario de que “buena madre soy”.
- Prefiero dejar de hacer mis cosas, por hacer las cosas de los demás.
- Soy capaz de admitir faltas de respeto, para no enfadar a nadie ni que surjan conflictos en casa.
- Lo acepto todo, porque así es como mi madre me enseñó a ser buena madre.
- Soy educada y reprimo mis necesidades o sentimientos, para no molestar.
- Yo “tengo que controlarlo todo”, por eso soy la organizadora y la coordinadora de todas las labores de casa.
- Yo no quiero poner limites, para que mis hijos aprecien mi cariño.
- Yo complazco a todos, para así, ser la mejor madre.
- Yo prefiero quedarme callada, y así evito conflictos.
- Yo soy la solucionara de todos los problemas, que ellos no pasen por un mal rato.
- Yo les cocino, les cuido, les ordeno la habitación, para que se dediquen a sus cosas.
- Yo me conformo con el caso que me quieran hacer.
- Yo siempre estoy dispuesta para solucionar todo lo que ocurre en casa relacionado con los materiales del cole, el trabajo, el coche, los juguetes o la ropa.
- Yo trato de decir Sí a todo, para que no se enfaden o molesten.
- Yo les compro cosas para que sientan mi cariño.
- Siempre aparento estar bien, para que no sufran por mí.
¿Hasta qué punto dejamos nuestro amor propio en manos de los demás para así sentirnos queridas…? Chequea estas estrategias/frases y anota otras que se te puedan ocurrir o que están sucediendo dentro ti o en el entorno casera. Y mejor si lo hacéis en pareja o familia, porque muchas de estas estrategias no somos capaces de valorarlas sin la ayuda de alguien.
Y por favor, pide ayuda si te reconoces en más de tres, porque lo que está ocurriendo no tiene que ver con ser buena madre sino con sentirte querida, y eso es algo que tienes que solucionar primero, para después conseguir el objetivo perseguido de la buena madre.
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