Cosas que SOLO haces cuando tienes niños pequeños en casa

Creo que no hay ningún padre que no pueda estar desacuerdo con esta afirmación: los hijos te cambian la vida. Transforman todo lo que hasta ahora había sido tu rutina, tu día a día, tu forma de estar en este mundo. Es un cambio único que se vive con mucha intensidad, ilusión, dedicación y nos demuestra la fortaleza que como padres tenemos. Tanto que llegamos a hacer cosas por ellos (o con ellos) que nunca habríamos imaginado, desde las más agotadoras a las más divertidas. Y son todas estas cosas las que al fin y al cabo definen gran parte de nuestra relación con nuestros hijos.

Lo que una mujer o un hombre hace cuando tiene hijos

Cuando no tenías hijos, tu vida era un caos pero ese caos era más fácil de controlar. Ahora con niños por casa hay veces que ni te reconoces porque... ¿quién te iba a decir a ti que te ibas a levantar de la cama antes de las 12 del mediodía? Estas cosas solo pasan si tienes hijos en casa, ¡y no son las únicas!

1. Cantar por todo
Quizás no todos los padres sean cantarines, pero muchos acaban siéndolo a la fuerza, al menos en alguna etapa de la niñez de sus hijos (o en todas). Cuando son bebés se canta para hacer que duerman, para tratar de divertirlos, para que se estén quietos al ponerles el pañal... Y a medida que van creciendo para que aprendan canciones, se cantan las melodías de la escuela, de sus dibujos animados preferidos, en el coche mientras se viaja, en las excursiones al campo... En fin, que la vida acaba pareciendo un musical de Broadway. ¿A ti te pasa igual?

2. Ver la misma película animada una y otra vez
Cuando deciden que una película les gusta, no hay vuelta atrás. La querrán ver a cada rato, constantemente, como si desearan conocer cada detalle de la película. Y si tiene canciones, entonces te tocará cantarlas también mientras la veis. No sé por qué, pero los niños nunca se aburren de ver o escuchar lo que les gusta.

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3. Elaborar una y mil recetas para que coman delicioso y nutritivo
Este es todo un tema para los padres, ¿verdad? Tanto si cocina uno como el otro (o los dos), el caso es que cuando tienes niños pequeños en casa necesitas ingeniártelas para que tengan cierto interés por la comida. Puede que te pongas a experimentar con la cocina más de una vez (y no siempre salga tan bien como esperabas), que pases los ratitos libres buscando recetas en internet o que acabes haciendo platos con sonrisas para que se les haga divertido comer guisantes y zanahorias.

4. Bailar como si fueras un payaso
¿Qué padre o madre en su sano juicio no se ha puesto a bailar haciendo muecas y movimientos divertidos para que sus hijos se rían sin parar? Seamos honestos, a nosotros nos encanta hacerlo porque se nos cae la baba cuando sabemos que les estamos haciendo tan felices.

5. Levantarse muy temprano para que te dé tiempo a todo
Esta es una de las cosas que no podemos remediar, levantarnos temprano o acostarnos tarde, porque la vida con hijos pequeños es siempre impredecible y mientras hay días que todo marcha viento en popa, hay otros que no sabes cómo pero no te ha dado tiempo a nada y lo que es peor, todo está hecho un desastre. Así que a todos nos ha tocado más de una vez poner el despertador para terminar un trabajo, poner la lavadora o dejar echa la comida. ¿Agotador? Sí, pero algo en nosotros nos impulsa a hacerlo sin ni siquiera pensar mucho en ello.

Cosas que solo un padre o madre entenderá porque las vive con sus hijos

¿Cuántas cosas de las que te hemos expuesto arriba has hecho hasta la fecha? Y seguro que no son las únicas. ¿A que también has hecho un disfraz aunque no supieras coser solo porque te lo han pedido en la guardería? Y no solo eso... ¡Sigue leyendo!

6. Inventar cuentos, canciones, juegos...
Inventar todo lo que se te ocurra a cada rato para entretener a los más pequeños porque ellos son incansables y su imaginación no tiene límites. Además, como mamás y papás aprendemos pronto que la mejor estrategia para conseguir que hagan lo que queremos es el juego y la diversión.

7. Pasarte la vida viendo popó
Cuando son bebés, no puedes evitar oler el culito a tu bebé varias veces al día para ver si se ha hecho en el pañal. Cuando crecen, necesitas estar controlando el color de la popó de vez en cuando para asegurarte de que esté bien. Así que, cuando miras atrás te das cuenta de que tu vida ya no es la misma, sobre todo en el tema escatológico.

8. Mentir (por una buena causa)
Este tema es algo polémico, pero seamos sinceros, los padres mentimos constantemente a nuestros hijos. Incluso aunque no lo hagamos tan conscientemente. Me explico, les mentimos cuando les decimos que Papá Noel o el Ratoncito Perez existen, les mentimos para hacerles sentir bien (incluso autoengañándonos nosotros mismos), lo hacemos cuando fingimos que nos interesa cuando nos cuentan por trigésima vez su película favorita, o cuando ponemos caras de serios ante sus ocurrencias para que se sientan incluidos cuando en realidad por dentro nos estamos desternillando de risa. Así que sí, por muy honestos que seamos en nuestra vida, cuando tenemos niños pequeños en casa acabamos por mentir alguna que otra vez. Eso sí, hay de mentiras a mentiras. Nunca mientas prometiéndoles algo que no cumplirás. ¡Ese tipo de mentiras no están incluidas aquí!

9. Superar nuestros miedos
¿Te dieron miedo toda la vida las arañas, las alturas o conducir? Tener hijos es la mejor terapia porque en la mayoría de los casos acabas superando al menos el 90% en el camino de su crianza. Y es que no quieres que adquieran tus fobias, así llegas hasta a tomar una araña con las manos para llevarla a otro sitio y que vea que no maltratas a los animales (aunque te mueras por dentro de pavor). El caso es que de repente, un día te das cuenta de que tus miedos se han esfumado y que ya nunca volverán gracias a la magia de ser padre.

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