Descubre qué emociones te dominan como madre al educar a tus hijos
¿Eres una madre reflexiva o reactiva cuando tus hijos te ponen a prueba?
- Pensamiento reflexivo vs. pensamiento reactivo de las madres
- La leyenda de los dos lobos que llevamos dentro
- Las emociones que nos dominan al educar a los niños
- Lo que hay que evitar en la educación de nuestros hijos
Sabemos que mantener una actitud propia de unos padres conscientes ante sus hijos, en ocasiones, es como querer agarrar un pez en el agua: se nos escapan las palabras adecuadas para dejar salir lo que no queremos expresar. Esto nos ocurre también con aquellas emociones que nos dominan como madres o padres a la hora de educar a nuestros hijos. ¿Sabes cuáles son las que más se apoderan de ti?
Pensamiento reflexivo vs. pensamiento reactivo de las madres
Hoy sabemos, gracias a las neurociencias, que dentro de nosotros habitan dos tipos de pensamientos: el pensamiento reactivo y el pensamiento reflexivo. Cada uno de ellos, responde a nuestro cerebro de una manera determinada y bajo 'leyes' especificas y distintas.
Pero ¿cómo evitar darle espacio al pensamiento reactivo cuando se quiere ser reflexivo? Sobretodo en situaciones donde queremos dar ejemplo a nuestros hijos. Quizás sea este el punto principal de la educación, mantener la serenidad.
Todos deseamos, como padres tener una actitud reflexiva ante nuestros hijos sin embargo en ocasiones, nuestra pareja nos sorprende diciendo:
- ¿Qué te ha pasado? Tú no eres así.
- ¿Por qué has reaccionado así? No era para tanto...
- No te reconozco...
- Quizás podrías haber empleado otro tono... Otras palabras...
La leyenda de los dos lobos que llevamos dentro
Para empezar a trabajar en nosotros y alejarnos de la actitud de reacción, vamos a realizarnos unas preguntas pero antes, te cuento una historia. Y es que, como cuenta una leyenda cherokee...
Érase una vez un abuelo que le contaba a su nieto que dentro de nosotros hay una lucha entre dos lobos.
Uno de ellos, de color negro, representa aquellas emociones que consideramos menos favorables dentro de cada uno de nosotros, como: culpabilidad, envidia, arrogancia, resentimiento, orgullo, falsedad... Y por otro lado, el lobo blanco que es el que ayuda a estar en paz con uno mismo: serenidad, compasión, generosidad, fe, empatía...
El nieto, ansioso de saber más, le preguntó a su abuelo: '¿Qué lobo ganará?'.
El abuelo no dudo en responder: 'Aquel al que tú alimentes'.
Las emociones que nos dominan al educar a los niños
La pregunta es: ¿qué parte alimentas más de ti? La parte reflexiva o la parte que reacciona. Y ahora sí, vamos con las preguntas que debes hacerte.
- ¿Qué emoción te captura?
Normalmente son estas tres emociones: Miedo, enfado y tristeza. Y son estas porque: tenemos miedo de no ser los padres que de verdad sabemos que podemos llegar a ser, estamos enfadados con la vida o la relación que tenemos con nuestros hijos porque sabemos que no es la mejor, o porque estamos tristes de no estar más tiempo con ellos.
Estos son algunos ejemplos, seguro que cada uno tiene los suyos propios.
- ¿Qué actitud dominante influencia tus acciones?
¿El temor de ser padres perfectos o el deseo de crecer haciendo lo mejor posible? Te invito a reflexionar sobre ello para que tomes la posición adecuada cuando llegue el momento.
Un juicio es una afirmación que hacemos sobre una persona, ya sea positiva o negativa. Nuestros hijos tomaran los juicios como etiquetas que formarán parte de su identidad, porque a diferencia con los adultos, ellos no tienen filtro para saber si realmente tiene sentido esa afirmación sobre él o no.
Lo que hay que evitar en la educación de nuestros hijos
Por lo tanto, vamos a tener en cuenta evitar generalizaciones, omisiones y distorsiones, para no crear juicios sobre nuestros hijos:
- Evita realizar generalizaciones
Cuanto más especifico seas con el momento, mucho mejor. No es 'todo lo haces mal', es, 'esto que ahora has hecho no ha salido bien'.
- Evita realizar omisiones
Cuanto más especifiques el hecho, más claro tendrá lo que no ha realizado bien. No es 'este dibujo podría estar mejor', es 'Este dibujo está fenomenal, aunque le podrías añadir algo más de color'.
- Evita las distorsiones
Esto ocurre cuando no apreciamos la realidad tal cual es. No es 'no paras de enfadar a tu hermano' cuando la realidad es que su hermano está cansado y por eso se enfada sin motivos. ¡Cuidado con estas distorsiones!
Lo más importante a tener en cuenta es que creemos saber por qué suceden las cosas cuando realmente no tenemos toda la información, y lo ideal es preguntar e informarse antes de realizar el juicio.
Por último recuerda que, las cosas buenas se valoran y felicitan delante de todas las personas que el momento haya reunido, pero sin embargo, las criticas o juicios se deben hacer en privado, a solas o con las personas de máxima confianza del niño. Esto hará que nuestros hijos tengan unos grandes modelos a seguir en su educación y en sus relaciones futuras porque lo que tú hagas, ellos lo repetirán.
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