Errores de los padres que están impidiendo que sus hijos sean felices
Conductas de los padres que están bloqueando y frenando el desarrollo de los niños
- Errores de educación que están impidiendo que tu hijo sea feliz
- Conductas de los padres que ponen en peligro la felicidad de los hijos
Como padres no somos perfectos, pero en nosotros está mejorar y esforzarnos por proporcionar eso que tanto deseamos para nuestros hijos e hijas: la felicidad. No seremos los únicos que les proporcionemos felicidad en su desarrollo social, pero sí seremos responsables de una buena dosis de optimismo durante toda su vida. Por eso, de vez en cuando no está de más preguntarnos si lo estamos haciendo bien y revisar en lo que fallamos, así como reforzar lo que mejor hacemos. Estos son los más comunes errores de los padres que están impidiendo que sus hijos sean felices.
Errores de educación que están impidiendo que tu hijo sea feliz
A veces, cometemos errores sin darnos cuenta, o sin la consciencia total de que los cometemos. Y no pasa nada, somos humanos, pero lo bueno es que siempre podemos enmendarlos y seguir adelante. Así que mira estos errores que muchos padres cometemos en la educación de nuestros hijos y que les impiden ser realmente felices. Sincérate contigo mismo/a cuando los leas y si alguno de ellos tiene sentido para ti, entonces ya sabes por dónde empezar a mejorar. ¡Apunta!
1. Desvalorizar sus sueños
En muchos momentos nuestros hijos nos cuentan sueños tan utópicos que pueden llegar a causar risa, o quizás les escuchamos lo suficiente cuando nos los expresan porque estamos con miles de preocupaciones. Sin embargo, el no sentirse apoyado cuando tienen una meta les enseña a dejar sus sueños atrás y no perseguirlos, lo que afecta profundamente en su felicidad. Cuando tenga un objetivo, pregúntale ‘¿qué vas a hacer para conseguirlo?’ Tal vez te sorprenda su iniciativa y te demuestre que no es tan utópico como crees.
2. Querer solucionar todo por ellos
Muchos padres cometemos el error de solucionar la vida de nuestros hijos en todos los sentidos, haciendo por ellos lo que realmente pueden hacer por sí mismos. Esto puede afectar su autonomía y su propia autoestima, pues no podrán descubrir de lo que son capaces y tampoco se sentirán por completo apoyados por sus padres. Obviamente tampoco se trata de dejarlos solos en la vida. Hay un término medio en el que pueden tener autonomía, pero estemos ahí para cuando nos necesiten.
3. Ser demasiado sobreprotectores
Los padres podemos ser sobreprotectores en muchos ámbitos de la vida de nuestros hijos: en la escuela, en casa, en lo relacionado con su salud, con las personas con las que se relacionan... Nuestra función es protegerlos, pero eso no significa que les tengamos que encerrar en una burbuja de cristal desde la que mirar el mundo sin interaccionar con él. Una de las mejores maneras de aprender es experimentando; esto es algo que como seres humanos nos hace felices.
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4. Mostrarnos muy estrictos o demasiado permisivos
Ambas actitudes pueden llegar a coartar el desarrollo de nuestros hijos. La primera porque no se sentirán libres, lo que influye directamente en su felicidad. La segunda porque no conocerán los límites, lo que hará que se frustren en cuanto se topen con ellos. Hay un término medio al que todos los padres tenemos que llegar. Si no eres capaz de alcanzar este punto, pero te das cuenta de que tu actitud rígida o excesivamente relajada afecta a tus hijos, recuerda que siempre puedes pedir ayuda. Un profesional puede darte las pautas para aprender a establecer límites de manera amable y respetuosa con la felicidad de tus hijos.
5. Actuar con autoridad
¿Crees que tus hijos te respetarán más si te impones por el hecho de ser padre o madre? La verdad es que los estudios demuestran que no es así, todo lo contrario. Es claro que los padres necesitan poner límites de vez en cuando, pero está demostrado que hacerlo mediante el diálogo y la confianza hacia nuestros hijos es la mejor manera de construir una relación de respeto real entre padres e hijos, y, por supuesto, permitir su felicidad
Conductas de los padres que ponen en peligro la felicidad de los hijos
Muchos padres cometemos el error de querer que la infancia de nuestros hijos sea la misma que vivimos nosotros, que hagan las mismas cosas, pero ellos son diferentes y el contexto en el que viven y se desarrollan también es distinto. ¡Sigamos viendo qué cosas podemos mejorar y cambiar por el bien de nuestros hijos!
6. Elogiarlos en exceso
De la misma manera que es importante valorar sus logros, engrandecer los que no lo son no les ayudará a superarse a sí mismos, y la superación personal es una faceta de la felicidad. No se trata de decirle que todo lo hace bien porque así aumentamos su autoestima. Se trata más bien de valorar las facetas de su vida en las que se esfuerzan o destacan, y ayudarles en el camino de las dificultades que se encuentran. Y si hay que admitir un fracaso, no pasa nada, siempre es una oportunidad para aprender.
7. Reflejar en ellos nuestras frustraciones
¿Quisiste tocar un instrumento de niño y como no pudiste te empeñas en que toque uno? ¿Te pasas la vida intentando convencerle de que estudie astronomía porque es lo que realmente tú quisiste estudiar? Este tipo de errores son muy comunes, pero hacen muy infelices a nuestros hijos, ya que no permitimos que busquen su propio camino con libertad. Incluso muchos niños, desde muy pequeños, aprenden a actuar en función de los deseos de su papá o mamá, dejando a un lado los suyos propios. Piénsalo, ¿crees que ese aprendizaje les hará felices?
8. No cumplir nuestras promesas
En ocasiones les decimos muchas cosas a nuestros hijos, quizás con la mejor intención, que al final no cumplimos y dejamos que las palabras se las lleve el viento. Nuestros hijos se llevan grandes decepciones de nosotros cuando hacemos eso, así que lo mejor es evitarlo a toda costa. Además, si es una actitud constante de los padres, aprenderán que las personas no se comprometen con ellos y por tanto aceptarán en su vida muchas promesas no cumplidas.
9. Actuar sin coherencia
Decirles a nuestros hijos cuál es la manera correcta de actuar y luego no hacerlo nosotros, regañarles sin razón, llorar por algún motivo y decirles que estamos bien.... ¡hay miles de maneras de ser incoherentes con nuestros hijos! Pero esto no contribuye a su felicidad, todo lo contrario. Es mejor ser honestos a tratar de disfrazar la verdad, así como es mejor explicar las razones de nuestro enojo a que se queden con la sensación de frustración de injusticia; y siempre será mejor pedir perdón y hablarlo a ser orgullosos y pensar que nuestros hijos no pueden ver nuestras debilidades. Aprender de nuestros errores es la mejor puerta que podemos ofrecer a nuestros hijos hacia su felicidad.
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