Más madres buenas (y no perfectas) - Aprende a sanar a tu niña interior
En la eterna lucha por ser las mejores mamás se nos olvida sanar primero las heridas emocionales de la infancia
- ¿Por qué es mejor ser buenas madres y no madres perfectas?
- Sanar a tu niña interior sin pausas pero sin prisas: deshazte del agobio
- ¿Cómo debo sanar las heridas emocionales antes de ser madre?
Se trata de ser más madres buenas (y no perfectas) para aprender a sanar a tu niña interior, ya que sanar las heridas emocionales antes de ser madre es una tarea importante. Convertirse en madre puede ser un desafío emocional y físico, además de que puede desencadenar emociones y traumas no resueltos, lo que puede afectar negativamente la relación con el hijo y la capacidad de ser una buena cuidadora. Sin embargo, no debemos caer en la tentación de buscar, constantemente, heridas en nuestra niña interior con la finalidad de ser las mejores madres.
¿Por qué es mejor ser buenas madres y no madres perfectas?
Intentar ser las madres perfectas es algo que nos va a desgastar y, lo peor de todo, es que no lo vamos a conseguir. Con esta idea en mente, simplemente vamos a agotarnos a diario y a frustrarnos, ya que nunca conseguiremos alcanzar estas expectativas. Para evitar este conflicto interno, hay ciertos aspectos que las mamás y las futuras mamás debemos tener en cuenta:
- No existe la madre perfecta: todos somos humanos, tenemos límites y todos nos equivocamos. No se trata de no cometer errores, sino de aceptarlos, repararlos y aprender de ellos.
- Crear vínculos afectivos sanos: estos vínculos son los que nos permiten relacionarnos con nuestros hijos desde el amor. Así, no es tan importante el cometer errores a la hora de generar estos vínculos, sino el ser capaces de aceptarlos y corregirlos.
- Proporcionar un apego seguro: es lo que necesitan los niños para crecer fuertes y sanos, y este apego se genera desde el amor y no desde la perfección.
Sanar las heridas emocionales antes de ser madres es valioso para que la relación que se establezca entre nosotras y nuestros hijos sea sana, estable y saludable. Sin embargo, no debemos caer en el error de buscar, sin cesar, heridas de la infancia: todos tendremos alguna de ellas, ya que los padres nunca han sido, ni serán perfectos, pero esto no significa que estas vayan a afectar nuestra maternidad.
De hecho, de acuerdo con Donald Winnicott, las madres deben ser suficientemente buenas (y no perfectas). A la par podemos hacer un trabajo interno y conectar con nuestra niña interior, ya que esto nos hará sentir más fuertes y en paz con nosotras mismas, pero debemos entender que siempre cometeremos errores. Y, en este punto, debe quedar claro que las heridas emocionales que puedan causarse desde el amor (sin intención) no son las más difíciles de curar ni las que van a marcar de por vida a nuestros hijos.
Sanar a tu niña interior sin pausas pero sin prisas: deshazte del agobio
Todos vamos a tener algún tipo de herida emocional de la infancia y es que por mucho que nuestros padres quieran dar lo mejor de ellos, siempre habrá momentos en los que, como niños, nos sentiremos heridos. Sin embargo, esto no quiere decir que estas heridas vayan a marcar nuestra vida negativamente, así como tampoco harán que seamos mejores o peores madres.
Por ello, pese a que es deseable sanar a nuestra niña interior antes de ser madres, no debemos agobiarnos tanto. Lo que sí, es que debemos sanar aquellas heridas emocionales provenientes de hechos traumáticos que hayamos vivido en nuestra vida.
En el momento en el que somos conscientes de estos hechos y nos damos cuenta de que sí pueden representar un problema en la crianza de nuestros hijos o en la manera en la que nos vamos a relacionar con ellos, es aconsejable hacer un trabajo interno que nos ayude a conectar (y sanar) nuestra niña interior.
Es importante recordar que la sanación emocional es un proceso continuo y que llevará tiempo. Tomarse el tiempo necesario para sanar antes de convertirse en madre puede ayudar a garantizar que se esté emocionalmente preparada para las demandas que vienen con la maternidad.
¿Cómo debo sanar las heridas emocionales antes de ser madre?
Conectar y sanar nuestra niña interior nos hará sentir mejor, más seguras y confiadas, aunque no haya heridas emocionales importantes. De acuerdo con los expertos, existen 4 maneras básicas de conectar con nuestra niña interior:
1. Terapia.
La terapia es una herramienta valiosa para sanar heridas emocionales. Un terapeuta puede ayudar a identificar y trabajar a través de las emociones, pensamientos y patrones de comportamiento que pueden ser dañinos. La terapia también puede ayudar a desarrollar habilidades de afrontamiento y estrategias para manejar el estrés y la ansiedad.
2. Autocuidado.
El cuidado personal puede incluir actividades como el ejercicio, la meditación, el yoga, la respiración profunda, la nutrición adecuada, y el sueño suficiente. Estos pueden ayudar a reducir el estrés y aumentar la autoestima.
3. Aceptar el pasado.
Aceptar y perdonar a las personas que nos han lastimado en el pasado puede ayudar a liberar la carga emocional y mejorar la salud mental.
4. Crear relaciones saludables.
Crear relaciones saludables con amigos y familiares puede ayudar a proporcionar apoyo emocional y un sentido de comunidad, ya que serán la red que sostendrán a futuro.
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Bibliografía
- Blanco, M. (2014) Sanación emocional del niño interior. Método Ser mejor ser. Ediciones y Distribuciones Vedra, s.l. (ed.) México, pp. 1-167 Disponible en: https://repositoriomujerespoder.udemex.edu.mx/files/dc/SanacionEmocionaldelNioInteriorMetodoSermejorSer167.pdf