Por qué el síndrome del nido vacío afecta más a mujeres que a hombres
Cómo será la relación con tu hijo una vez que se vaya de casa
- El síndrome del nido vacío y el sufrimiento de las madres
- Que el síndrome del nido vacío no afecte a tu relación de pareja
- Cómo será la relación con tu hijo una vez que se vaya de casa
Cuando somos madres, tendemos siempre a vivir un paso más adelante que el resto. A mirar al futuro y a preocuparnos por cosas que todavía tardarán mucho en llegar. Seguramente, en algún momento de la crianza de tus hijos, los hayas mirado a la cara y hayas pensado en el momento en que hagan las maletas y cierren la puerta de tu casa ¡para siempre! Es lo que se conoce como el síndrome del nido vacío y, aunque queda tiempo, la imagen es estremecedora y dolorosa, ¿verdad? No está de más ir preparándonos.
El síndrome del nido vacío y el sufrimiento de las madres
En la década de los 80 se puso de moda este concepto para determinar toda la fenomenología afectiva que se produce en la pareja cuando los hijos abandonan el hogar. Tanto el hombre como la mujer sufren, porque es un cambio muy importante en sus vidas; también lo pueden llegar a pasar mal los hijos, que no quieren ver dolor y tristeza en la mirada de sus progenitores, pero ¿por qué unos padres sufren el síndrome del nido vacío y otros no?
En realidad, debemos de hablar de madres, porque es una dolencia que afecta más a las mujeres, y ocurre por la añoranza o nostalgia que produce la independencia de nuestros hijos cuando se hacen adultos. Y es que el vínculo que una madre establece con una persona que ha llevado 9 meses dentro de ella, que ha traído a este mundo y que ha alimentado con cariño es muy fuerte. Atrás quedan las noches sin dormir, las rabietas, las discusiones... Tiempos en los que todo se hacía cuesta arriba, pero en los que el amor siempre te ha empujado a llegar a lo más alto.
Sin embargo, para que efectivamente el síndrome del nido vacío sea reconocido deben ocurrir dos causas subyacentes previas (según Antonio Boliches, psicólogo):
- Cierto grado de insatisfacción con respecto a la calidad de la relación de pareja.
- Cierto deseo de dejar a la pareja y que se ha reprimido para no abandonar a los hijos.
Por lo tanto, la tristeza de la madre no es solo porque su hijo abandona el nido (supuestamente es un acontecimiento feliz porque tu hijo ya es independiente y puede hacer su vida por sí solo), sino porque en el nido no queda el calor necesario para continuar.
Que el síndrome del nido vacío no afecte a tu relación de pareja
Cuando en la pareja subsiste el amor, el síndrome del nido vacío se puede vivir pero se solventa más fácil y rápidamente. Por ello, hacemos llamamiento al cuidado y amor de la pareja para evitar posibles consecuencias insalvables, una vez que los hijos se marchan del hogar.
- En primer lugar, adelantaros a este proceso y empezad a cuidaros mucho antes del momento de independencia de los hijos. Dedicaros tiempo y cariño para seguir alimentando la intimidad de la pareja.
- En segundo lugar, hablad sobre el tema y sobre cómo os sentís. Intentad compartid qué cosas os gustaría que sucedieran a partir de ahora, cómo podrían ocurrir y qué necesitarías para evitar el síndrome del nido vacío.
- Proponeros este nuevo periodo de vida como una invitación a una segunda vuelta de la relación. Puede ser un buen momento para realizar aficiones en pareja como clases de baile, algún deporte o viajar. O, por qué no, para estudiar nuevamente y complementar vuestra formación.
- Y, aunque hay que cuidar el otro, no olvides dedicarte tiempo para ti: clases de pintura, salir con las amigas, aprender alguna nueva actividad…
- También la atención a las mascotas, si no la tienes, la puedes adoptar.
- Acudir a una ONG para seguir dando cuidados a otras personas, o simplemente, cuidar de ti y tu pareja, pueden ser actividades que harán que el síndrome del nido vacío se viva de una forma positiva.
Cómo será la relación con tu hijo una vez que se vaya de casa
La salida de tu hijo de casa hace que todos os tengáis que recolocar porque cada uno asumirá una nueva posición en la familia. En casa quedáis tu pareja y tú y tu hijo ya está en otra esfera. La relación ya no será igual, será distinta, pero ni mejor ni peor, ¡simplemente diferente! ¿Qué hacer ahora?
- Llora si te apetece, ríe si te sale de dentro o patalea si la rabia te empuja a hacerlo. Las emociones están ahí y hay que aceptarlas, normalizarlas y expresarlas.
- Nunca olvides que tú seguirás siendo su madre, aunque ahora tengas otras funciones. Él o ella seguirá recurriendo a ti, aunque lo hará de otra manera.
- Establece momentos en familia. Puedes hacerlo de manera programada o dejar rienda suelta a la improvisación, pero que las visitas a una casa u a otra sean frecuentes, eso sí, respetando siempre su intimidad.
- Aprovéchate de las nuevas tecnologías para mantener el contacto. Un like en Instagram, un mensaje divertido de vez en cuando por whatsapp, un mail con una invitación a comer...
Es difícil acostumbrarse a los cambios, pero con paciencia, buena predisposición y tiempo, ¡lo conseguirás y lo conseguiréis! ¿Recuerdas cuando le anunciaste a tus padres que te ibas de casa?
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