Ser madre de un bebé en el cielo. Maternar desde el corazón

El día que por desgracia un niño o niña muere también lo hace en cierta manera su madre

Eirene García Caro, Psicóloga perinatal
En este artículo
  1. Cuando una mujer tiene que maternar desde el corazón
  2. Cómo se aprende a ser madre de un bebé en el cielo

Dicen que madre solo hay una, pero lo cierto es que no, que habemos muchas. Hay tantas madres como mujeres y por tanto maternidades. Hay quien materna en su pensamiento, quien materna en su vientre, quien materna en sus brazos y hay otras madres que maternan en el cielo desde la tierra. ¿Qué significa ser madre de un bebé en el cielo?

Cuando una mujer tiene que maternar desde el corazón

maternar desde el cielo

La realidad es que uno de cada cuatro embarazos no llega a término o si llega, el bebé nace sin vida. Oír las palabras de no hay latido o su hijo o hija ha fallecido es una realidad que ninguna madre ni ningún padre debería vivir. A partir de recibir esas palabras, sentimos que nuestro mundo se deshace y que todo se derrumba. Marca un antes y un después en nuestra vida y nosotras de alguna manera también morimos el día que nos dan la noticia de que nuestro hijo o hija lo ha hecho.

Nos preparamos durante el embarazo para el parto. Escuchamos historias de que no se duerme, de que las ojeras llegan al suelo, de que es una experiencia preciosa y a la vez extenuante; pero nadie nos habla de salir del hospital con los brazos vacíos y de aprender a maternar en el cielo.

Maternar en el cielo no es algo que tuviésemos planeado, ni previsto. Engendramos a nuestros bebés con toda la ilusión, amor  y afecto y los incluimos en nuestro futuro soñado y proyectado. Obtenemos el positivo y a partir de ahí comienza el camino de hacer realidad y materializar a nuestros hijos pensados y soñados, pero muchas veces ese camino se ve interrumpido y, por tanto, nuestra vida se ve truncada porque nuestro bebé o bebés fallecen durante el embarazo o al poco de nacer.

A partir de ese momento nos convertimos en madres de brazos vacíos que deben aprender a maternar desde el corazón a sus hijos e hijas. Para algunas madres esos hijos están en el cielo, en las estrellas y para otras en el corazón y en la vida que nos rodea. 

Cómo se aprende a ser madre de un bebé en el cielo

madre de un bebé en cielo

Maternar desde el corazón implica maternar desde el amor y para ello hemos de:

1. Aceptar que lo que ha ocurrido es una realidad y que nos ha ocurrido a nosotras
Para ello te recomiendo escribir la historia de tu testimonio. Desde la concepción de tu bebé, pasando por el embarazo y parto hasta el momento en el que falleció. Escríbelo con todo lujo de detalles. Lo puedes hacer de un tirón o en varios momentos, conforme vayas pudiendo.

2. También te recomiendo contar lo ocurrido a tus familiares y amigos
Expresarte y buscar algún grupo de apoyo y/o apoyo psicológico con una psicóloga perinatal que pueda acompañarte en este proceso. Quiero recalcar que el duelo no es algo patológico y que tomar medicamentos como ansiolíticos de forma continuada nos anestesia para no sentir y eso dificulta el proceso.

3. Experimentar todas las emociones que el duelo por nuestro hijo/a nos despierta
Enfado, rabia, ira, envidia, tristeza o vacío. Permítelas todas. Haz un diario de cómo te sientes. Plasmarlas en el papel tanto de manera escrita como en forma de dibujo puede ayudarte a expresarlas y procesarlas también.

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4. Pregúntate qué tipo de relación puedes tener desde el amor con tu bebé
Puedes poner un espacio en casa dedicado a él/ella, ellos/ellas, un altar donde poder tener un momento al día para recogerte y hablar con él/ella.  Puedes escribirle cartas y también hacer un diario de gratitud para cada día agradecer y poder ver lo bueno que hay en tu vida y cómo tu hijo o hija ha cambiado tus prioridades y te ha hecho poner el foco en lo importante.

5. Volver a vivir y conectarte con la vida
Es necesario que vuelvas a tomar contacto y dediques tiempo a todo aquello que es importante en tu vida. Cultiva tus relaciones, haz deporte, cuida de ti, afánate en tu trabajo, haz cosas que te gusten y tengan valor para ti.

6. El ejercicio es vital para segregar sustancias que nos hacen sentir bienestar
Tomar café con gente de tu confianza o asistir a un grupo de ayuda mutua puede darte esos espacios que necesitas para expresarte.

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Recuerda que cuidándote a ti y ocupándote de ti puedes sanar esa herida y vivir a tu hijo o hija desde el amor y la presencia y no desde el sufrimiento y la ausencia.

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