Soy una madre muy negativa - Cómo cambiar tu pesimismo y ser feliz

Últimamente hay un tema que está haciendo ruido: 'Soy una madre muy negativa', ¿cómo cambiar tu pesimismo y ser feliz? Si te sientes atrapada en pensamientos negativos que afectan tu día a día como mamá, no estás sola. Muchas mujeres enfrentan esta lucha, pero transformar el pesimismo en una actitud más positiva sí es posible. Conoce las causas del pensamiento negativo y las herramientas para cambiar tu perspectiva, mejorar tu bienestar emocional y disfrutar más de tu vida familiar. Sí se puede crear un entorno más feliz para ti y tus seres queridos con una maternidad positiva.

Por qué ser optimista y tener actitud positiva NO es lo mismo

Realmente, tener una actitud positiva es más realista de lo que creemos. Tener una actitud positiva no es tener una actitud optimista, ni siquiera ilusa. Podemos decir que sería como un optimismo inteligente, pero ser optimista es casi igual que ser pesimista: es una visión sesgada de la realidad, es verlo todo desde el lado bueno o desde el lado malo, sin puntos intermedios.

A mí me gusta la actitud positiva porque parte de la pregunta de: 'con esta circunstancia que yo tengo, ¿qué puedo hacer para ayudarme?' Esta es la pregunta central: 'con esta circunstancia que yo estoy viviendo, ¿qué puedo hacer yo para estar menos mal? Con esto que tengo, ¿cómo puedo hacer yo para estar menos mal o mejor?' Si te das cuenta, el enfoque lo es todo.

Entonces, el optimismo es pensar que todo va a salir bien, que si tienes un carácter optimista, felicidades, porque te va a ayudar mucho a estar más alegre. En cambio, si tienes un carácter pesimista deberías empezar a contrarrestar y apuntar esos pensamientos derrotistas, ver qué funcionalidad tienen para ti y si realmente son útiles para algo o por qué se mantienen

Pregúntate qué necesitas de esos pensamientos y si debes ponerles una alternativa más optimista a ser posible. Estos pensamientos sí o sí se reflejan en tu maternidad, ya que las mamás negativas a todo le ven lo malo y ni siquiera es tampoco que sean pesimistas: simplemente ven el lado malo de las cosas y las circunstancias en que viven. Pero esos pensamientos sí pueden cambiar.

El cerebro de mamá sí detecta el cambio de actitud a uno más positivo

Imagínate que tú dices: 'no me va a salir bien el disfraz de mi hijo del cole, porque yo soy malísima haciendo disfraces'. Este es un ejemplo muy cotidiano y muy normal en la vida de una mamá. Evidentemente tu cerebro ya está recibiendo la orden y como el cerebro no es listo, sino que es muy inteligente y muy obediente, pero no es listo, el cerebro va a ir por donde tú le estás diciendo.

Si tú le estás diciendo que eres torpe para el disfraz, que no se te da bien el disfraz, que no se te da bien coser y que te va a salir mal, pues probablemente esto va a suceder porque el cerebro es tan obediente que quiere repetir la foto de lo que tú verbalmente le dices. Entonces, si tú le dices al cerebro: 'pues mira, voy a intentar que me salga lo mejor posible. Yo hago lo que puedo. Aquí estoy, voy a intentar divertirme'.

Y si además continúas con: 'Es verdad que esto no es mi mejor don, pero mira, estoy ensayando y poco a poco seguro que algo me sale', pues el cerebro lo que va a hacer es tratarlo con amabilidad y con paciencia. Sí, aunque parezca increíble el poder de las palabras sí se reflejan en el cerebro y más en el de una madre que casi el 100 por ciento del tiempo se la pasa llena de cosas por resolver.

Tratarlo como con acogimiento y decir 'bueno, pues este es el resultado'. Y si luego te pones a mil y dices: 'voy a hacer un super disfraz, me lo voy a pasar genial, me voy a ver todos los tutoriales, va a ser divertidísimo, sé que un mega disfraz me va a salir'. Esto es hacerlo soltando la exigencia, siempre con la posibilidad, no con la expectativa, sino con la posibilidad.

9 pensamientos que puedes cambiar como mamá negativa a una actitud positiva

Con lo anterior, si eres capaz de soltar la expectativa del resultado, tampoco es una mala práctica. Para mí la mejor práctica es la de 'voy a hacer lo que puedo con la mejor intención, de la mejor manera, aprendiendo y disfrutando lo que estoy haciendo'. Que al final eso es lo que va la vida. No vamos esperando tanto el resultado, sino disfrutar del camino de la maternidad, porque en ese disfrute del camino es cuando la consecuencia del resultado llega.

A continuación, te dejo algunos pensamientos negativos que puedes transformar con palabras positivas, verás cómo te cambia la perspectiva:

1. 'Nunca llego a tiempo a recoger a los niños' a 'Haré lo posible para organizar mejor mi tiempo y llegar más tranquila'.
2. 'Mis hijos nunca me escuchan' a 'Voy a intentar comunicarme mejor para que me entiendan'.
3. 'Soy una mala madre porque me enfado mucho' a 'Estoy aprendiendo a manejar mejor mi paciencia cada día'.
4. 'No tengo energía para jugar con ellos después del trabajo' a 'Voy a buscar pequeños momentos para disfrutar juntos'.
5. 'Siempre me equivoco, no hago nada bien' a 'Cometo errores, pero aprendo de ellos'.
6. 'No soy buena cocinando, mis hijos no comen bien' a 'Voy a probar recetas nuevas y divertidas para que disfruten mis comidas'.
7. 'Mi casa está siempre desordenada y nunca tengo tiempo para limpiarla' a 'Voy a crear rutinas sencillas para mantener el orden'.
8. 'No puedo con todo, soy muy torpe' a 'Haré las cosas a mi ritmo, priorizando lo más importante para mi familia'.
9. 'No puedo seguir el ritmo de otras mamás' a 'Cada mamá tiene su estilo, y estoy haciendo lo mejor para mis hijos'.

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