Técnica de la Situación Mandarina o cómo hacer que el niño asuma errores

Seguro que en tu afán por educar a tus hijos en la responsabilidad y desde la empatía te has preguntado alguna vez cómo encontrar el límite entre ser su apoyo y que comprenda las consecuencias de sus actos. Y es que cuanto más parece que les regañamos, menos se animan ellos a contar con nosotros ¿no te parece? La técnica de la Situación Mandarina o cómo hacer que el niño asuma errores, te da las pautas y las claves necesarias para que tu hijo pueda confiar en ti incluso cuando no te hizo caso, y de este modo convertirse en una persona reflexiva y con capacidad crítica.

La psicóloga Emilia Aguilera es la creadora del Código o Situación Mandarina. Cuando un hijo activa el código, es que hay un problema o una situación que solucionar juntos.

La Técnica de la Mandarina - ¿De qué trata y en qué se basa?

Es más sencillo de entender de lo parece, también de llevar a cabo, pero ya te adelantamos que has de aprender a tener paciencia y no decir a la primera de cambio aquello de 'te lo dije'. Y es que, que la situación de tu hijo sea Código Mandarina quiere decir que tú ya sabes que él te necesita justo en ese momento, y que él necesite de tu ayuda, consejo, escucha o comprensión.

Quiere decir que no hay lugar para los reproches, ni para las miradas que le hagan sentir culpable, y menos aún hay lugar para que tiempo después le eches en cara lo que ha sucedido o su forma de actuar. Cuando se activa el Código Mandarina, lo primero de todo es resolver el problema, después ya habrá tiempo para conversar sobre lo que ha pasado, ya sabes, sin reproches, culpas o castigos, sino de un modo tranquilo y empático en el que él vea que tú sigues siendo su persona de confianza.

La idea, además de que tu hijo se dé cuenta de que es de ti de quien se puede fiar, es resolver la situación y después ya desde la calma, hablar de lo sucedido, comentar juntos las causas, las consecuencias y sobre todo pensar sobre qué se puede hacer, no hacer o cambiar de cara al futuro cuando vuelvan a darse situaciones como esta. Una conversación de madre o padre a hijo que por descontado has de adaptar a la edad y nivel madurativo del niño.

Cuando tu hijo diga que se trata de un Código Mandarina, presta toda tu atención, pues significa que te va a contar algo importante o bien que necesita que le ayudes. Gracias a este sencillo código podrás detectar que se trata de algo que necesita atención ahora y que no puede dejarse para más adelante, así que eso deben dejarlo bien definido.

El segundo paso es que le agradezcas la confianza que está depositando en ti. Y el tercero es que, además de evitar los posibles reproches, le escuches, le ayudes o actúes en base a lo que te está contando. Piensa que la solución al problema no debe partir de ti, sino de ambos, tu hijo también tiene que reflexionar acerca de lo que está pasando y de qué modo se puede solventar.

Tú vas a ser su punto de apoyo, pero no cometas el error de creer que la parte de actuación o resolución del problema ha de recaer solamente en ti. Si es necesario, después se puede conversar del asunto y buscar soluciones para que no se vuelva a repetir pero nunca haciendo sentir culpable al niño, sino que se refuerza el mensaje de que todos alguna vez hemos tomamos malas decisiones.

Algunos padres no estarán de acuerdo con esta técnica, pero esto es para formar a niños sensatos y no a niños obedientes, es decir, la única manera en la que un hijo puede aprender a resolver sus problemas con sensatez es que los padres lo guíen de forma amorosa y como consecuencia, el niño tendrá la confianza de recurrir a sus padres para solucionarlo.

Ventajas a tener en cuenta: por qué se trata de un método efectivo y resolutivo

Es importante recalcar que el Código Situación Mandarina no busca que el niño haga lo que sea su voluntad sin tener consecuencias o sin asumirlas, sino que busca que él por sí mismo pueda reconocer sus errores y repararlos sin que los padres lo hagan sentir como que ha cometido un error irreparable o que es la peor persona del mundo. No llenarlo de culpa por eso.

Al conocer cómo se pone en marcha este método es fácil darse cuenta de todas las ventajas que tiene para ti y tu hijo:

• Pierde el temor a equivocarse. Como no existe la posibilidad de ser regañado o reprochado, tu hijo perderá el miedo al error, incluso cuando ese error sea causa de una decisión mal tomada.
• Le da pie a reflexionar sobre qué puede hacer para enmendar el error. Y es que él mismo tendrá que pensar y valorar qué es lo que ha pasado, cómo han sido sus actos y qué se podría cambiar o mejorar de cara al futuro.
• Descubre que puede contar contigo para todo. Tu hijo se dará cuenta de que puede confiar en ti ya sea para contarte qué tal le ha ido en la escuela o para decir que ha visto la película que le dijiste que no viera pues no era para su edad.
• De igual modo, no tardará en descubrir que lo importante no es ser un hijo obediente, sino una persona sensata con capacidad suficiente de reacción, reflexión y pensamiento crítico.
• Otra de las ventajas de este sistema es que permite reforzar el mensaje de que todo ser humano del planeta tierra en más de una ocasión ha tomado una mala decisión, pero que no por ello se ha de sentir mal o menos valorado. Lo que de verdad importa es darse cuenta y ver qué se puede cambiar, pero siempre desde un punto constructivo. 

¿Qué hacer si la técnica de la Situación Mandarina no funciona en mi hijo?

Esta es una pregunta que muchos padres se hacen: ¿qué pasa si un adolescente se empieza a aprovechar del Código Situación Mandarina? Aquí podemos decir que las crianzas no son estrategias aisladas que den resultados por sí solas, sino que son el resultado de prácticas que se han ido acumulado a lo largo de toda la historia vincular de la madre y padre con el hijo.

Casi siempre decimos que los adolescentes tienden a las faltas de respeto o que suele aprovecharse de una 'debilidad' de los padres, pero la realidad es que los padres son quienes dan esa crianza, es decir, la manera en la que todas las personas nos comportamos se desprende de lo visto o hecho en casa. Recuerda que los hijos no hacen lo que tú les dices, sino que hacen lo que tú haces.

Así que si a lo largo de la crianza que has implementado con tu hijo han ido modelado que las cosas se negocian, que tanto ustedes como padres y los hijos pueden expresar sus puntos de vista y que estos van a ser respetados es poco probable que tu hijo se aproveche del Código. Pero si a pesar de esto te das cuenta de que el niño está abusando de tu confianza se debe buscar ayuda profesional.

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