La denuncia de una madre mexicana con miedo a que secuestren a su hijo
La seguridad de los niños en México preocupa y angustia a los padres
- Vivir con el temor de que secuestren a un hijo
- Cifras de asesinatos y secuestros infantiles que indignan
- Cómo puede acabar México con la violencia en la infancia
La terrible muerte de Fátima - la niña de siete años torturada y asesinada en el 20 de febrero de 2020- ha puesto sobre la mesa la situación en la que viven los más pequeños en México. La cobertura mediática de su asesinato ha situado en el mundo la realidad a la que se enfrentan las familias, niñas y niños mexicanos: en México no hay seguridad para los niños. Las cifras espeluznantes de desaparecidos y fallecidos al año dan cuenta de la preocupante situación, mucho más debido a la impunidad que hay frente a la violencia hacia los niños.
Vivir con el temor de que secuestren a un hijo
Llevo años viviendo en México y he visto cómo cada vez más las madres y padres saben que no pueden esperar mucho de las autoridades, por lo que viven preocupados por sus hijos e hijas, cuidando de que no salgan solos a la calle o recogiéndolos, si pueden, en la misma puerta del aula de su escuela.
Los niños aprenden a vivir desde muy temprano con miedo, a muy corta edad ya son conscientes de que están en peligro fuera de su hogar. Por lo que he observado, en la mayor parte de estados y ciudades de México apenas hay espacios públicos para los más pequeños, y si los hay están cercados y suele haber algún tipo de personal de seguridad, porque nadie, tampoco yo misma, se atrevería a dejar que sus hijos jueguen en un parque abierto.
Cada vez veo más niños con 'correa' en la calle y en las plazas comerciales, porque si sus hijos son revoltosos y corren por todos lados (como haría cualquier niño), todos los padres tenemos miedo de que nos roben a nuestros hijos. 'Hijito/a, tú siempre delante de nosotros', le decimos siempre a nuestros hijos. Una medida de seguridad a simple vista normal, pero que encierra tras de sí un miedo profundo a perderlos.
Los menos afortunados no tienen opción más que dejar que sus hijos vayan solos a su escuela o mandan a sus hijos a trabajar porque su sueldo apenas da para tortillas y frijol. No olvidemos que en México se estima que existen un total de 3,720,000 niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza extrema. Y mientras sus hijas e hijos están en la calle, quizás le rezan a la Guadalupana con la esperanza de que a sus hijos no les pase nada. Sí, así vivimos las familias mexicanas, así viven los niños y las niñas en México, porque el país se siente y se vive cada vez con menos seguridad.
Cifras de asesinatos y secuestros infantiles que indignan
Según el Balance Anual 2019 de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) en el país mueren cada día tres niños asesinados. Y esta situación se ha venido dando desde el año 2000, siendo el estimado de 3,6 asesinatos por día. Entre enero 2015 y julio de 2019 se registraron 3,297 feminicidios en todo el país, de los cuales 317 se perpetraron entre población de 0 a 17 años, es decir, uno de cada diez feminicidios en México afecta a niñas y adolescentes.
Según REDIM, la primera mitad del 2019 representó el periodo más violento por delito de feminicidio contra niñas y adolescentes en la historia de México, con un crecimiento de 13,5% respecto al mismo periodo en 2018. Esto significa que en México se producen 8 feminicidios contra mujeres menores de edad por semana. Los estados más peligrosos para las niñas y adolescentes son el Estado de México, Veracruz, Jalisco y Chiapas, en los que se registraron 55, 33, 23 y 21 víctimas de feminicidios menores de 18 años en 2019.
Las cifras empeoran aún más cuando se habla de desaparecidos. El mismo informe considera que estamos ante una epidemia de #niñezdesaparecida en México. A pesar de los avances en materia legal a este respecto, REDIM denuncia que existen en la actualidad más de 7000 casos abiertos de desaparición de niñas, niños y adolescentes. Además, el reclutamiento forzado de la infancia mexicana por grupos delictivos sigue en aumento. Según el informe, 30.000 niñas, niños y adolescentes han sido reclutados para este fin.
Tampoco los más pequeños se libran del mercado de la trata. Entre 2015 y junio de 2019 se registraron 3320 víctimas de trata, de ellas 805 fueron niñas, niños y adolescentes, es decir, 1 de cada 4 casos de trata son menores. Además, la trata afecta más a las mujeres, también en el ámbito infantil, ya que 7 de cada 10 víctimas de trata infantil son mujeres. Los estados donde más niñas y mujeres adolescentes fueron víctimas de trata en 2019 fueron Chiapas (79 víctimas), Chihuahua (58) y Baja California (48).
La situación de violencia extrema contra la niñez sigue empeorando día a día, ya que según los datos no han mejorado con la entrada del año. La población está indignada, pero a la vez paralizada. Nunca antes se había vivido un momento tan vulnerable para la niñez en la historia de México.
Cómo puede acabar México con la violencia en la infancia
A nivel local, México no está cumpliendo con las recomendaciones internacionales para acabar con la violencia de la infancia en todos los niveles. Aunque existe un conjunto de leyes y normativas para proteger los Derechos Humanos de la infancia, el país no está cumpliendo con las mismas, ya que no destina los fondos suficientes para llevarlas a cabo, por lo que finalmente sus leyes se convierten en 'leyes vacías'.
De hecho, los recortes presupuestales a los que el país se ha enfrentado con la entrada del nuevo gobierno también han afectado, y mucho, el general de las instancias encargadas de la protección y seguridad de la infancia. Por tanto, la ciudadanía está a la espera de ver si el gobierno decide emprender acciones reales para que cambie la situación de la infancia mexicana.
Sin embargo, a mi parecer, hay un tema que parece que nunca se toca, y es la responsabilidad internacional a este respecto, no solo porque como seres humanos deberíamos estar preocupados por todos los niños y niñas del planeta, sino por la responsabilidad directa que los países de todo el mundo tienen con respecto al consumo de drogas y personas, ligado íntimamente al narcotráfico.
Hay una realidad aplastante que en ocasiones no queremos ver, y es que la diversión de unos significa la destrucción de otros. Mientras haya consumo, la delincuencia organizada seguirá perpetuando crímenes contra la infancia. Y mientras esto ocurra, las niñas y niños seguirán siendo asesinados, violados, apaleados, drogados y maltratados.
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