Evidentemente, el punto álgido que más transformación sufre durante el embarazo es la barriga. Tiene que ir creciendo a medida que van pasando los meses de gestación. En esta zona hay que tener sumo cuidado, pero unas friegas suaves y lentas favorecerán tanto al bebé como a la mamá.
La espalda también es uno de los puntos álgidos de dolor durante el embarazo. Nada mejor que un buen masaje que recorra desde la parte de los hombros hasta la zona de los riñones, masajeando de forma circular.
Nada mejor que empezar el masaje por una de las zonas más castigadas durante el embarazo, la cadera. Lo más habitual es proporcionar un masaje en forma circular, quitando la tensión y el peso que tiene esta parte del cuerpo en la embarazada.
Para que el masaje sea lo más satisfactorio posible, la embarazada tiene que estar en una posición cómoda. La mejor postura es colocarse de lado, tapando las partes que no se vayan a trabajar en cada momento con una toalla para que la mamá no se enfríe.