La liebre y la tortuga. Fábula infantil
No hay que confiarse ni burlarse de los demás.
La liebre y la tortuga hicieron una carrera. La liebre, segura de ganar, se reía de la pobre tortuga. Tanto se confió, que decidió echar una siesta antes de llegar a la meta. La tortuga caminó, mientras la liebre dormía, y ganó la carrera.
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