18 cuentos sobre emociones cortos para leer con niños
Cuentos para que los niños aprendan a identificar sentimentos como la alegría, tristeza, ira y otros
- Cuentos cortos sobre las emociones para disfrutar con los niños
- Educación emocional para niños a través de los cuentos infantiles
- Cómo trabajar la gestión de las emociones de tus hijos
- Señales que indican que los niños están madurando emocionalmente
Si estás buscando un camino para ayudar a tus hijos a identificar y hacerles comprender sus emociones y sentimentos, Guía Infantil trae una selección de cuentos infantiles cortos que te serán de gran ayuda. Son historias que tratan de sentimentos como la alegría, la tristeza, el enfado o enojo, la ira, la sorpresa, entre muchos otros. Los cuentos son fantásticas herramientas para educar emocionalmente a los niños para que ellos puedan nombrar y gestionar cómo se sienten.
Cuentos cortos sobre las emociones para disfrutar con los niños
A continuación encontrarás una lista muy completa de cuentos cortos que abarcan las principales emociones de los niños: desde la alegría hasta la tristeza, pasando por la rabia y el miedo.
- ALEGRÍA: La Botella de la felicidad
- TRISTEZA: La tristeza de Alfredo
- SORPRESA: La ilusión de Quique
- ENFADO: El enfado de Roqui
- ENOJO: La princesa enfadada
- ABURRIMIENTO: Me aburro
- ALEGRÍA: El caso Dr. Cepi
- RABIA: Hugo controla la ira
- TRISTEZA: Barón y niño triste
- ENOJO: Escarabajo refunfuñón
- MIEDO: El perrito Siko
- IRA: Los puños de Gancho
- FRUSTRACIÓN: Los cordones
- MIEDO: Amigos de la noche
- RABIA: El amable erizo Pinchón
- ENFADO: El niño y los clavos
- FRUSTRACIÓN: La bicicleta
- TEMOR: Juan sin miedo a nada
Pero, ¿cómo podemos educar en la inteligencia emocional a través de los cuentos? A continuación te contamos todas las claves.
Educación emocional para niños a través de los cuentos infantiles
Cada vez somos más los padres y maestros convencidos de la importancia de ofrecer educación emocional a los niños. Y es que nadie nace sabiendo cómo se llaman las emociones que sentimos y sabiendo cómo gestionarlas. Esto es algo que vamos aprendiendo según vamos creciendo. Aquellos niños que reciben una guía y un buen ejemplo de gestión emocional de los adultos de su entorno, desarrollan una mayor inteligencia emocional.
Tal y como se indica en la nota de la investigadora Daneika Mieses (recogido por la Embajada de Estados Unidos en Rep. Dominicana), la educación emocional debería considerarse alfabetización emocional, pues también es un aprendizaje esencial para el buen desarrollo de la convivencia social. La inteligencia emocional es la que nos permite sentir empatía por otras personas, nos ayuda a resolver conflictos, nos permite construir las relaciones sociales, etc.
Y los cuentos cortos como los aportados un poco más arriba son una excelente herramienta de educación emocional. A través de los personajes y las historias, los niños aprenden conceptos que pueden llegar a ser muy complicados de comprender como la frustración. En ellos ven ejemplificadas las emociones y, de esta forma, cuando los propios niños las sienten les resulta más sencillo reconocerlas y saber cómo gestionarlas.
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Cómo trabajar la gestión de las emociones de tus hijos
¿Qué pueden hacer los padres cuando los niños expresan sus sentimientos a través de los gritos, de pataletas, de rabietas? Aunque la rabia es una emoción desagradable, también es necesaria. Y es que los niños también pueden aprender mucho de esta emoción (a autoconocerse, a autocontrolarse, etc.). Por lo tanto, aunque la ira resulte incómoda para todos, debemos validarla. Esto significa identificarla y, como padres, aceptarla (dejando de lado frases del tipo 'Es una tontería' o 'No pasa nada').
Sin embargo, según la psicóloga Dra. Silvia Álava, no se debe reforzar este tipo de conducta. Pues, si bien la emoción es válida, no podemos aceptar los golpes, pataletas, insultos y demás formas de expresar la ira a través de los berrinches (por muy enojado que esté).
Por ello, lo primero es dejar al niño para que se calme porque en estas condiciones no puede aprender a controlarse. Luego, simplemente hablando, haciéndole saber que comprendes lo que ha pasado con él y alentándole podrás, poco a poco, ir enseñándole a gestionar esta emoción de rabia. Puedes decirle: 'entiendo que estés enfadado porque no puedas tomar el caramelo pero ahora no puedes tomarlo porque vamos a cenar y te quitaría el hambre'.
A los niños hay que enseñarles a controlar y tolerar la frustración desde pequeños. Deben empezar, por ejemplo, a reconocer sus emociones, saber cuándo se está contento o cuando se está triste, que sepa cuándo se está enojado, cuándo tiene miedo... y aprender a verbalizar todo ello.
Señales que indican que los niños están madurando emocionalmente
El aprendizaje emocional se va adquiriendo a través del ejemplo, pero también gracias de las herramientas y recursos educativos que tenemos a nuestra disposición. Pero, ¿cómo sabemos que vamos por el buen camino y nuestra educación emocional está siendo fructífera?
Existen cuatro señales que nos pueden indicar que los niños avanzan en su maduración emocional. Esos serían los cuatro pilares básicos de las competencias emocionales que hay que trabajar con los niños. Es importante, sin embargo, tener en cuenta que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y, por tanto, debemos ajustarnos a sus necesidades y gusto.
Ante todo, los padres y maestros siempre debemos acompañar a nuestros hijos o alumnos desde el respeto y la empatía. Las cuatro claves para fomentar la inteligencia emocional de los niños son:
1. Que los niños aprendan a percibir sus propias emociones, tanto las suyas como las de los demás2. Que aprendan a comprender las emociones, que les está ocurriendo a ellos y a los demás
3. Que esas emociones les faciliten también su comportamiento
4. Que aprendan a gestionarlas y canalizarlas
No hay que olvidarse de favorecer un buen clima de confianza, que pueda haber una buena comunicación entre padres e hijos. Que el niño desde pequeño pueda comunicar y puedan decir cómo se siente. Hay que preguntarles a los niños cómo se sienten pero también cómo creen ellos que se están sintiendo los padres o un amiguito. Esto son cosas que pueden ir aprendiendo los niños, y que los padres les pueden ir enseñando desde que son pequeños.
¿Cuál es el cuento corto favorito de tus hijos que hable sobre las emociones?
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