Papá Noel. Cuento corto para niños sobre las emociones de la Navidad
Aprovechamos las vacaciones navideñas para hablar con tus hijos sobre sus emociones y expectativas navideñas con este cuento
- Un cuento que habla de emociones navideñas - Papá Noel
- Comprensión lectora sobre este cuento de papá Noel para niños
- Juego infantil para reconocer las emociones de la Navidad
- Más Cuentos cortos de Navidad para los niños
No hay mejor plan para los días de vacaciones navideñas que compartir un momento en familia mientras leemos un cuento de Navidad. Te proponemos un bonito cuento corto para niños escrito por Marisa Alonso que es un recurso perfecto para transmitir educación emocional a nuestros hijos. Y es que durante la Navidad vivimos emociones tan básicas como la alegría, la tristeza o la sorpresa. Además de este cuento infantil de Navidad, te proponemos algunas actividades educativas de comprensión lectora y de reflexión sobre las emociones.
Un cuento que habla de emociones navideñas - Papá Noel
Faltaba muy poco para las vacaciones de Navidad, y aunque David sabía que dejaría de ver unos días a su mejor amigo, estaba muy contento, porque Navidad significaba juntarse con sus primos Ian y Ágata que vivían en Pensilvania, a los que veía muy poco. Dijeron que no llegarían hasta el día 23 de diciembre por la mañana, y el tiempo se le estaba haciendo muy largooooo.
- ¡Qué ganas tengo de ver a los primos! - dijo David a su madre, que lo miraba sonriente.
- Papá irá mañana a buscarlos al aeropuerto - le dijo a la salida del colegio.
De camino a casa David iba saltando al lado de su madre, pensando en el encuentro.
Al llegar a casa tuvo una gran sorpresa:
- ¡Aaahhhh, aaahhhh, aaahhhh, aaahhhh, aaahhhhh...! Ian y Ágata gritaban detrás de la puerta.
David empezó a saltar y gritar abrazando a sus primos. ¡No lo podía creer! Ágata ya estaba tan alta como él. Lo comprobaron juntando sus hombros, aunque tenía un año menos ya lo había alcanzado.
Sus tíos también estaban felices de volver a casa.
- ¿Qué has pedido a Papá Noel? - le preguntó Ian, por la tarde, mientras adornaban el árbol de Navidad.
- ¡Un trabajo para papá! - contestó David.
- ¿Un trabajo para tu padreeeeee? - exclamaron los primos a la vez.
- Sí. Mi padre ahora no tiene trabajo - les contó. - El otro día los escuché hablar. Mamá decía que yo necesitaba unas deportivas nuevas, y papá le dijo que si podía esperar un poco más hasta que encontrara trabajo. Por eso he pedido a Papá Noel un trabajo para mi padre - explicó encogiéndose de hombros.
Ian y Ágata lo miraron callados. Terminaban de poner la última guirnalda cuando los llamaron para ir a dar un paseo.
Esa noche Ian, Ágata y David dormirían en la misma habitación.
- ¿Qué podemos hacer para que te alegres, David? - dijo Ágata en la oscuridad.
Hubo un momento de silencio.
- ¡Ya está! - exclamó Ian. Le vamos a pedir a Papá Noel que traiga un trabajo a tu padre. Será más fácil si lo pedimos los tres.
- ¿Harías eso? - dijo David incorporándose enseguida de la cama.
Y esa noche, alumbrados por una linterna, escribieron una nueva carta pidiendo a Papá Noel que anulara la anterior. Mientras la madre de David, escuchaba la conversación al otro lado de la puerta.
Por la mañana los niños desayunaron muy contentos y pidieron a su padre que les echara la carta urgentemente.
Llegó la noche del 24 y los tres niños, aunque estaban inquietos, durmieron plácidamente.
Se despertaron muy temprano y enseguida fueron al salón; había regalos a los pies del abeto de Navidad. De momento se pusieron muy contentos, pero enseguida pensaron que Papá Noel no había recibido la carta a tiempo.
Abrieron sus regalos y todo lo que habían pedido estaba allí; miraron a David un poco desolados.
David también abrió sus paquetes. Entre ellos había unas relucientes zapatillas deportivas. Al momento aparecieron los padres de unos y otros muy sonrientes.
- ¿Os ha gustado lo que os ha traído Papá Noel? - preguntó la madre de David, que seguía con su regalo navideño en la mano.
- ¡Síííí! - asintieron a la vez. Pero en su interior, sin poderlo remediar, sentían una mezcla de pena y alegría.
Ya era mediodía cuando sonó el teléfono.
- ¡Ring, ring, ring, ring!
- ¡Dígame! - contestó el padre de David.
- ¡Sí, sí! ¿A las nueve de la mañana? ¡Allí estaré! - respondió al teléfono.
- ¡Familia! - dijo muy alegre - me han cogido en la empresa que os dije.
Y empezó a bailar en el salón ante las risas de todos. David se levantó del suelo y abrazó muy fuerte a sus padres, mientras sus primos le guiñaban un ojo: Papá Noel había tenido un trabajo extra.
Comprensión lectora sobre este cuento de papá Noel para niños
A continuación te proponemos algunas preguntas de comprensión lectora para que los niños repasen la lectura.
- ¿A quién esperaba David con muchísimas ganas?
- ¿Cómo se sintió el niño en el reencuentro?
- ¿Qué le ha pedido David a Papá Noel?
- ¿Cómo se ha enterado David de que su padre tiene un problema?
- ¿Qué deciden hacer los primos para ayudar a David?
- ¿Qué recibe David en Navidad?
- ¿Cuál fue el trabajo extra de Papá Noel?
Juego infantil para reconocer las emociones de la Navidad
Son muchas las emociones de las que se habla en este cuento. Por eso, esta historia es una propuesta maravillosa para iniciar a nuestros hijos en la educación emocional.
Y, no olvidemos que, según se explica en 'Cómo enseñar a su hijo acerca de los sentimientos' (del Centro sobre los Fundamentos Sociales y Emocionales del Aprendizaje Temprano de la Universidad Vanderbilt), la comprensión de los sentimientos es importante para el desarrollo social y emocional de los niños, desde que son muy pequeños.
Y es que, aunque aún no tengan la capacidad de expresarlo con palabras, los niños son conscientes de cuándo algo les hace sentir alegres o algo les desagrada. Lo que aprendan sobre emociones en los primeros dos años, será la base para su educación emocional de por vida.
Te proponemos... ¡el entretenido juego de los detectives de emociones! Es tan sencillo como proponer a los niños que se conviertan en investigadores de las emociones y que busquen dentro del texto todas las que se mencionen o se insinúen de forma indirecta.
Algunas de estas emociones son básicas y otras secundarias, pero todas ellas son necesarias en nuestro día a día, por lo que debemos aprender a identificarlas.
¿Cuántas emociones habéis sido capaces de localizar? A continuación listamos algunas de las más evidentes.
- Alegría
En Navidad, estamos muy alegres. David se siente así en varios momentos del cuento: tanto al principio, cuando se acercan las vacaciones navideñas, como al ver a sus primos, al recibir los regalos o cuando contratan al padre de la familia. Anima a tu hijo o hija a que se ponga en la piel de David y diga algunas frases basadas en el cuento que denoten lo alegre que está.
- Tristeza
Sin embargo, en el cuento también se habla de tristeza. Así se siente David cuando se entera de que su padre ya no tiene trabajo, pero también sus primos están tristes cuando ven a David tan desolado. Como ejercicio complementario, podemos pedirle a nuestro hijo o hija que dibuje una cara que esté triste. ¿Qué color le transmite más tristeza? Pregúntale si se acuerda de alguna situación que le haya hecho sentir triste.
- Sorpresa
Este cuento también habla de la sorpresa: tanto cuando los primos se reencuentran como cuando David abre su regalo. ¿Cuál es la mayor y más bonita sorpresa que recuerda tu hijo o hija? Podemos aprovechar para reflexionar y debatir en familia si las sorpresas también pueden ser negativas.
- Preocupación
El relato habla también de la preocupación, tanto por parte de los padres como de David. En este caso, podemos aprovechar este cuento para reflexionar sobre cómo nuestros hijos también se preocupan por aquello negativo que nos afecta a nosotros y, en ocasiones, cuando no hablamos sobre ello de una forma abierta y clara, puede llevarles a preocuparse en exceso.
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