Expectativas de Navidad que tienen los niños y el efecto en su cerebro
Ilusiones de los niños por sus regalos navideños y cómo les impacta no recibir muchos. ¿Qué hacer?
- Muchos regalos, ¿equivalen a la felicidad en Navidad para los niños?
- El circuito de recompensa de los regalos de Navidad y el efecto en el cerebro infantil
- Cómo ayudar a los niños a gestionar las expectativas que tienen en Navidad
¿Os habéis dado cuenta de que se acerca la Navidad? Si ves la televisión o vas al supermercado es raro de que no te hayas dado cuenta de que en unos meses, estamos en Navidad. Los anuncios de publicidad nos 'bombardean' con imágenes atractivas de juguetes, videojuegos, perfumes, chocolate… y si vamos a comprar al supermercado encontramos algo similar: juguetes de todo tipo, bicicletas, monopatines, chocolates con dibujos navideños y un largo etcétera. ¿Qué hacer entonces con las expectativas de Navidad que tienen los niños y el efecto en su cerebro?
Muchos regalos, ¿equivalen a la felicidad en Navidad para los niños?
Retomando lo anterior, esto hace un poco más complicado hacer las compras si vas acompañado de niños, pues ellos lo quieren todo y a ser posible, llevárselo ya. A lo cual siempre buscamos negociar y evitar la rabieta en público intentando convencerles de que hay que escribir la carta a los Reyes Magos o Papá Noel, que hay que dejarlos ahí para que vengan a comprarlo los Reyes y otro largo etcétera de 'mentiras piadosas'. Pero ¿qué ocurre en el cerebro? ¿Por qué ese deseo de tenerlo y a ser posible de manera inmediata?
Todos sabemos que estamos en fechas previas a la Navidad y la ilusión e inocencia de los niños es soñar con los regalos que traerán Papá Noel o los Reyes Magos (según la tradición de cada hogar). Y por tanto, la publicidad aprovecha para 'atacarnos' con mayor intensidad en estas fechas con estos productos. Sin embargo, hay que conocer qué efecto tiene sobre nuestro cerebro esa ilusión o ansias de tenerlo todo y conocer por qué una vez lo tenemos, perdemos el interés por ese juguete que tanto habíamos deseado antes. Te lo contaré…
El circuito de recompensa de los regalos de Navidad y el efecto en el cerebro infantil
Seguramente hayas escuchado hablar del circuito de recompensa. Este circuito se encarga de proporcionarnos una sensación muy intensa y agradable vinculada a la expectativa de placer. La dopamina es uno de los neurotransmisores que actúa en este circuito de recompensa y gracias a ella, sentimos esa sensación de placer, pero no por el hecho en sí, sino por la expectativa del propio placer.
Es decir, cuando tienes aquello que creías que te iba proporcionar una gran felicidad, descubres que quieres otra cosa que sí lo hará y así sucesivamente. Es por ello que observemos que lo que más felicidad reporta a los niños en ese día sea abrir regalos. La expectativa de placer/ilusión por descubrir si era lo que quería, hará que raje el papel de regalo rápidamente para ver lo que se esconde.
Pero una vez lo descubra, querrá abrir otro regalo y otro y otro… porque es esa expectativa/ilusión lo que activa el circuito de recompensa y libera la dopamina, entre otros neurotransmisores. Digamos que no es el objeto lo que produce el placer (es decir, no es tener la muñeca que querías lo que genera placer o felicidad), sino la expectativa de saber si era o no esa muñeca.
Como consecuencia, es importante saber que cuando descubran lo que es, perderán gran parte del interés por el propio juguete y al poco tiempo, estarán aburridos de ellos y querrán otros diferentes impulsados por su propio circuito de recompensa y ese exceso de liberación de dopamina. Es más, también sabemos que este circuito del deseo tiene una sobreactivación en la primera infancia.
Cómo ayudar a los niños a gestionar las expectativas que tienen en Navidad
Ahora que ya sabemos cómo funciona el cerebro, nos toca a los adultos ayudarles a gestionar esas peticiones y compartir la ilusión con ellos, pero haciéndoles conscientes de que:
- A veces los recursos son limitados.
- Explicando que hay más niños que piden los mismos regalos.
- Hay otros niños que no se los pueden permitir.
- Muchas veces tantos regalos no son necesarios.
- El mejor regalo es el amor y la compañía de la familia.
Como ya sabemos, una vez que descubran lo que ellos querían, la dopamina decaerá y nuestro cerebro solicitará otro 'chute' de placer deseando otros regalos o nuevos juguetes. Y por tanto, lo más importante que debemos saber es que el placer es pasajero y por ende, más regalos no equivale a una mayor felicidad. Ese es un mito que debemos erradicar por completo de la mente infantil.
La felicidad o el placer lo están procesando ahora a la par que generan sus propias expectativas de qué sorpresas traerán los Reyes Magos o qué regalo dejó bajo el árbol Papá Noel. Hay que explicar claramente que no por tener más obsequios serán más felices. Quizá te ayude la regla de los 4 regalos de Navidad, así tu hijo ya sabrá qué puede esperar en las fiestas decembrinas. Así que, disfruta de esta etapa y acompáñalos creando su carta y viviendo esta ilusión siempre con control.
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Bibliografía
- Arévalo Silva, E. (2009) El consumo, ¿un juego de niños? Cuadernos Latinoamericanos de Administración, Universidad El Bosque, (ed.), Colombia, pp. 1-17 Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/4096/409634352005.pdf