Numerología del nombre de la madre. Número 7

Los números sirven para contar más cosas de las que podríamos imaginar. Y es que la numerología puede darnos muchos indicios de la personalidad de padres, madres y niños. Descubre cómo es la personalidad y el carácter de las madres según la numerología cuando el resultado de los números correspondientes a su nombre y apellido sea el número 7.

Rasgos positivos de las madres. Numerología: número 7

El número 7 simboliza lo espiritual. Las madres que en numerología pertenecen al número 7 utilizan sobre todo la intuición. Su perspicacia es difícil de igualar y pocas veces se les puede engañar porque detectan la mentira y la inseguridad casi antes de que se produzca. También tienen un sentido de la protección para con sus hijos que las acompaña toda la vida.

Ese afán de protección es propio de su carácter generoso y servicial. Promueven en sus hijos la honestidad, la lealtad y la generosidad, que practican con el ejemplo. Por eso, muchas veces ejercen de consejeras, no solo con sus hijos, sino con todo su entorno. Que estas madres confíen ciegamente en su intuición no les resta capacidad de análisis de las situaciones, sino todo lo contrario. Reflexionan, sopesan y deciden desde el interior.

Este tipo de madres ejercen de mediadoras en el hogar por su naturaleza pacífica y tranquila. Son además muy cariñosas con sus hijos, aunque desde el exterior puedan parecer reservadas. Y se preocupan mucho de que el ambiente en el hogar sea de comunicación y sosiego haciendo que sus niños se sientan seguros y protegidos.

Rasgos negativos de las madres. Numerología: número 7

Como ocurre con tantos otros rasgos de la personalidad, las virtudes se convierten en inconvenientes si no se manejan de forma equilibrada. Si las madres que según la numerología pertenecen al número 7 destacan por utilizar su intuición, este aspecto puede convertirse en tozudez y obstinación, cerrándose a cualquier otra propuesta que no provenga de ellas.

Lo mismo ocurre con esa tranquilidad que transmiten. Estas madres necesitan vivir con cierta paz y, si no la encuentran, se encierran en ellas mismas alejándose de su familia. Cuando las discusiones son frecuentes, el hogar se convierte en un sitio hostil para ellas y se bloquean sin poder dar lo mejor de sí mismas.