Codito y Amaia. Cuento para que los niños aprendan hábitos de higiene

Este relato infantil habla de la importancia de adquirir hábitos de higiene y de la amistad a los niños

Sandra Llorente, Periodista
En este artículo
  1. Enseñar hábitos de higiene a los niños con Codito y Amaia
  2. Actividades de comprensión lectora sobre el cuento de Codito y Amaia
  3. 6 ideas para enseñar otros hábitos de higiene a los niños
  4. Herramientas educativas para hablar con los niños de la higiene

Si quieres que tu hijo adquiera hábitos de higiene y, en concreto, quieres explicarle la importancia de que cuando estornude no lo haga al aire sino que lo haga en el codo, tenemos uno recursos muy divertido con el que le resultará muy fácil y entretenido hacerlo: el cuento de 'Codito y Amaia', una historia para que los niños adquieran hábitos de higiene saludables y eviten propagación de virus en el ambiente.

Enseñar hábitos de higiene a los niños con Codito y Amaia

el cuento de codito y amaia

Había una vez un codo chiquitito que se sentía muy solito. Un día, paseaba por el parque y se encontró con el codito de su amiga Lila. Este le preguntó:

- ¿Cómo estás Codito?

- Pues no muy bien - le dijo Codito.

- ¿Por qué? - le preguntó el codito de Lila preocupado.

- Es que me siento muy solito - contestó Codito arrugándose un poquito.

- Uhmmmm, no te preocupes Codito, ¡yo te voy a ayudar!, ¡choque de codos!

Codito y el codito de Lila se chocaron saludándose, lo que reconfortó bastante a Codito. Sin embargo, su amigo siguió su camino y Codito volvió a sentirse solito. Seguía Codito caminando por el parque cuando un perrito se le acercó.

- Hola, guau guau, ¿cómo te llamas? - le preguntó el perrito juguetón moviendo la colita.

- ¡Me llamo Codito! - exclamó feliz de que alguien le saludara.

- Yo me llamo Simba, encantado Codito. Ojalá podamos jugar otro día que nos veamos, porque ya me tengo que ir - Simba comenzó a despedirse porque su mamá ya lo estaba llamando.

- ¡Noooo, no te vayas! ¡Me voy a quedar otra vez solito! - sollozó Codito.

- Lo siento Codito, mi mamá me está llamado, pero te daré un besito para que te sientas mejor.

Entonces, el perrito Simba le dio un lametón a Codito y este se sintió muy reconfortado. Los abrazos y los besos siempre reconfortan a cualquiera.

Tras un rato caminando, Codito se dio cuenta de que tenía sueño, por lo que decidió dormir un ratito. De repente, llegó un bonito pajarito y se posó en Codito.

- Pic, pic. Codito, ¿estás ahí?

- Ehhhh, sí, aquí estoy... ¿Por qué me despiertas pajarito? Y... ¿cómo sabes mi nombre? - contestó Codito todavía somnoliento.

- Vengo a ayudarte, Codito. Me ha dicho Simba, que le ha dicho Lila que te sientes solito.

- Sí... - contestó arrugándose Codito.

- Pero Codito, ¿por qué te sientes solito? Si tú siempre tienes compañía...

- ¿Compañía? - le interrumpió Codito algo confuso e incrédulo.

- Pío, Pío, pioooo. Ay, Codito, ¿es que aún no te has dado cuenta?

- Darme cuenta... ¿de qué? - Codito no entendía nada de nada....

- Pues de que tú tienes siempre una amiga inseparable. Se llama Amaia y es una niña muy divertida. Tú perteneces a su cuerpo. ¿Es que no lo ves?

- Pajarito, ya no me cuentes cuentos, ¡yo no veo a nadie!

Codito tenía razón, realmente no podía ver a Amaia, al único que veía era al pajarito. El pajarito empezó a revolotear alrededor de Codito, pensando cómo podía ayudarle a darse cuenta de que siempre estaba acompañado de su gran amiga...

- ¡Ya sé! Espérame aquí, Codito, ¡ahora vuelvo!

El pajarito empezó a revolotear sobre la cabeza de la niña, dejando caer una pluma cerca de su nariz. Al respirar, la pluma le hizo cosquillas en la nariz, por lo que... ¡achís! Estornudó, llevándose el codo hacia la cara para taparse la boca. De repente, Codito pudo ver el rostro de su amiga Amaia, sus ojos, sus cejas, su pelo, su frente.... ¡y se sintió muy feliz!

- ¿Ves Codito? Amaia siempre está contigo.

- Siiii - Codito tenía lágrimas en los ojos de emoción - muchas gracias pajarito, de todo corazón.

El pajarito se marchó orgulloso de sí mismo por haber realizado una buena acción ayudando a Codito. A partir de ese momento, Codito nunca más se sintió solito. Cada vez que Amaia estornudaba, Codito podía verla y darse cuenta de que pertenecía al cuerpo de su inseparable amiga.

Actividades de comprensión lectora sobre el cuento de Codito y Amaia

compresión lectora 'codito y amaia'

El cuento del Codito y su amiga Amaia está pensado para que los niños adquieran el hábito de estornudar en la manga de una manera divertida y lúdica. Pero también es un cuento que habla sobre la importancia de la amistad y el bien que podemos hacer cuando nos ayudamos. Para que te cerciores de que estos conceptos son bien entendidos, puedes apoyarte en estas actividades que hemos preparado para ti.

1. Preguntas de compresión lectora

- ¿Qué le sucedía a Codito?
- ¿Por qué crees que Codito se sintió mejor al ver al codito de Lila y al perrito Simba?
- ¿Quién le contó al pajarito que Codito se sentía solito?
- ¿Cuál es la razón de que Codito no se percatara de que Amaia era su amiga inseparable?
- ¿Sabes por qué son inseparables?
- ¿Qué debemos hacer cuando estornudemos?

2. Cuento loco de remate

¿Qué pasaría si toda esta bonita historia se volviese loca y los párrafos se intercalasen? ¡Sería horrible! Si habéis estado atentos a este relato, el siguiente juego no presentará ningún tipo de dificultades: es el momento de ordenar la historia de Codito y Amaia.

- El pajarito se marchó orgulloso de sí mismo por haber realizado una buena acción ayudando a Codito.
- El perrito Simba le dio un lametón a Codito y este se sintió muy reconfortado.
- De repente, Codito pudo ver el rostro de su amiga Amaia, sus ojos, sus cejas, su pelo, su frente.... ¡y se sintió muy feliz!
- Un día, paseaba por el parque y se encontró con el codito de su amiga Lila.
- Codito y el codito de Lila se chocaron saludándose, lo que reconfortó bastante a Codito.

3. Crea tu propio cuento

La siguiente actividad está pensada para los niños a partir de segundo de primaria. Les podemos pedir que nos escriban cómo sería un día en la vida de Codito y Amaia ahora que se conocen y qué tipo de historias vivirían. Para los más pequeños, se les puede decir que hagan un dibujo de Codito, Lila y Simba o del momento en el que Codito ve la cara de sus inseparable amiga Amaia.

6 ideas para enseñar otros hábitos de higiene a los niños

enseñar hábitos higiene a niños

Llevar unos buenos hábitos de higiene protege a los niños y los mayores de contraer enfermedades infecciosas que puedan llevarnos a estar días en la cama con fiebre, tos y malestar general. Toser en el codo es una de las medidas para evitar la propagación de virus, pero no es la única que debemos enseñar a nuestros hijos.

1 - Lavarse las manos antes y después de cada comida, antes y después de manipular un alimentos y tras ir al baño.

2 - No compartir vasos, cubiertos, platos o ningún otro utensilio con el que comemos a diario en la mesa.

3 - Cepillarse los dientes y la lengua (que no se nos olvide) después del desayuno, comida y cena y, si puede ser, también tras acabar la merienda. Y estar, al menos, dos minutos seguidos.

4 - Evitar tocarse la cara, los ojos y la nariz y, si lo hacen, que sea siempre después de habérselas lavado con gel hidroalcohólico o con agua y jabón.

5 - Cepillarse el pelo varias veces al día para evitar la visita de 'nuestros amigos' los piojos.

6 - Asearse correctamente a diario, sobre todo la partes íntimas del cuerpo.

Herramientas educativas para hablar con los niños de la higiene

Si notas que el cuento de Codito y Amaia ha cambiado ciertos comportamientos en tus hijos, prueba a leerles estas historias que hablan de otras rutinas tan importantes como cepillarse los dientes todos los días.

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