Cuentos cortos con el nombre de Hugo sobre la emociones de los niños
¿Tu hijo se llama Hugo? Los cuentos infantiles son un gran recurso de la educación emocional
- Cuentos para Hugo sobre las emociones - La alegría y felicidad
- Un cuento de la tristeza para un niño con nombre Hugo
- Hugo siente rabia - Cuento de educación emocional para niños
- Los cuentos infantiles con nombre Hugo - Tengo miedo
- Cuento infantil sobre la emoción del asco - Hugo, el león
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Hugo es un nombre precioso que está muy de moda. ¿Tu hijo se llama así? Entonces seguro que sabes que es un nombre masculino de origen germánico que significa 'inteligente'. Los siguientes cuentos cortos llevan el nombre de Hugo y están dirigidos a los pequeños que se llaman así. ¡Les hará mucha ilusión leer una historia que está protagonizada por un niño llamado como ellos! Con estos relatos, además, aprovechamos para hablar sobre las emociones básicas (alegría, miedo, rabia, asco y tristeza). ¿Se te ocurre una mejor forma para ofrecer educación emocional?
Cuentos para Hugo sobre las emociones - La alegría y felicidad
Hugo era un niño risueño; le encantaba reír, por lo que siempre estaba contando chistes, haciendo bromas divertidas a sus amigos, cantando, bailando... ¡Qué bien le hacía sentir estar alegre y compartir su alegría!
Aunque era feliz, un día se dio cuenta de que su alegría era aún más grande cuando la compartía con sus amigos. Por eso se le ocurrió una magnífica idea. Encontró un folio en casa y lo recortó en papeles más pequeños. En cada una de estas tarjetas escribió cosas muy divertidas: chistes, frases de ánimo, dibujos divertidos, bromas... Tomó varias cajas pequeñas y metió en ellas todos los papeles.
Al día siguiente, fue al colegio. Durante el tiempo del recreo, pidió a sus mejores amigos que se reunieran debajo del árbol grande. Allí, les dijo:
- Queridos amigos, tengo un regalo para vosotros. ¡Tomad esta caja!
Hugo dio a cada uno de ellos una de las cajitas que había preparado con tanto cariño el día anterior.
- ¿Os gustan? ¡Son cajas de la alegría! Cuando os sintáis un poco tristes, podéis abrirla y, con los ojos cerrados, tomar uno de los papelitos que he metido dentro. ¡Os llevaréis una sorpresa! Y no tardaréis en poneros alegres.
Uno de los amigos de Hugo dijo:
- ¿Puedo ver uno de los papeles ahora, Hugo? Se me ha perdido mi peluche favorito y estoy un poco triste. - Hugo asintió y el amigo leyó la notita que le había tocado. - ¡Es un chiste! ¿Qué le dice un gusano a otro? ¡Voy a darme una vuelta a la manzana!
Todos los amigos se empezaron a reír... ¡Qué divertido! Cada uno tomó uno de los papeles de su casa y siguieron riendo toda la tarde. Cuando Hugo veía a sus amigos tan felices, ¡se sentía aún más alegre! No tardó en comprender que la alegría, cuando se comparte... ¡se multiplica!
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Un cuento de la tristeza para un niño con nombre Hugo
Hugo estaba muy muy triste. Su libro favorito, ese que habla sobre las emociones, había desaparecido. No lo había vuelto a ver desde que se lo llevó al parque. Por más que lo buscaba, no lo encontraba por ningún lado. Estaba tan triste de haber perdido su cuento, que ya no tenía ganas de reír, tampoco de bailar o cantar. Solo le apetecía llorar. ¡Qué tristeza sentía!
Mientras caminaba por el parque, se encontró con su amiga Luna. Cuando ella le vio llorando, se acercó a él y le preguntó qué le ocurría.
- Mi corazón está tan lleno de tristeza que las lágrimas se me escapan por los ojos... ¡Era mi libro favorito!
Luna, con una sonrisa dulce en la cara, le dio un gran abrazo a Hugo. Esto le hizo sentir un poquito menos triste al niño. Su amiga, le dijo:
- Hugo, es normal que sientas tristeza. Te gustaba mucho tu libro y ahora no lo encuentras, por lo que no podrás disfrutar más de él. Yo también me sentí muy triste cuando se me perdió mi peluche preferido.
Hugo no pudo evitar suspirar y más lágrimas volvieron a salir por sus ojos.
- Pero, ¿sabes qué? - continuó explicando Luna. - También podemos aprender mucho de la tristeza. Estar triste te hace valorar más los buenos momentos, ¿verdad? También te ayuda a recordar con más cariño tu libro. Pero, además, te enseña que debes tener más cuidado con tus pertenencias. Seguro que, la próxima vez que te lleves tu libro al parque, te aseguras de llevarlo en la mochila antes de volver a casa, ¿verdad?
Luna siguió consolando a Hugo mientras seguían caminando por el parque. De repente, Luna se paró y gritó:
- ¡Mira, Hugo! ¡Mira qué hay debajo de ese árbol!
Hugo corrió emocionado: ¡su libro sobre las emociones estaba escondido bajo algunas hojas! ¡Qué contento estaba Hugo ahora! La tristeza que el niño había sentido le enseñó una valiosa lección: es normal sentir tristeza de vez en cuando; por suerte, hay amigos que nos ayudan a sentirnos mejor y podemos aprender mucho de ella.
Hugo siente rabia - Cuento de educación emocional para niños
La hermana de Hugo estaba jugando con su coche de juguete cuando se le cayó al suelo y se le rompió una rueda. Esto hizo sentir mucha ira a Hugo. Tenía ganas de gritar con todas sus fuerzas, tenía mucho calor por dentro, su pecho se movía de arriba abajo muy rápido... ¡Qué rabia! ¡Qué enfado!
Viendo el enojo de Hugo, su mamá lo acompañó a un rincón tranquilo de su cuarto y le enseñó a respirar profundamente.
- ¿Te acuerdas de cómo soplamos el otro día los dientes de león que nos encontramos en el campo? Imagina que tienes uno en la mano y tienes que soplarlo despacio. Respira tranquilo y despacio, para que todas las ramitas se vayan volando poco a poco...
Hugo hizo lo que su mamá le dijo y, poco a poco, se fue calmando. Había aprendido a respirar tranquilo para dejar que la ira fuera desapareciendo.
- Eso que has sentido es una emoción que se llama rabia - continuó la mamá. - Es normal que la sintamos cuando ocurre algo que nos enfada. Tenemos que conocerla y darnos cuenta de que la sentimos. Pero también tenemos que controlarla para que no hagamos daño a los demás. Respirando tranquilamente, como si estuviéramos soplando un diente de león, nos podemos calmar. ¿Quieres que lo volvamos a hacer?
Hugo y su mamá volvieron a imaginarse que tenían un diente de león en la mano y que soplaban sus ramitas poco a poco. Aún se calmó más y dijo adiós a la rabia.
- ¡Muy bien, Hugo! Ahora, ¿qué te parece si vamos con tu hermana y le explicas cómo te has sentido cuando te ha roto el juguete?
- ¡Vale! Le diré que he sentido rabia, que he tenido mucho calor por dentro, que mi pecho se ha movido muy rápido, que tenía ganas de gritar... ¡Me he enfadado mucho! Pero no lo ha roto aposta, ha sido un accidente...
A partir de ese día, Hugo comprendió que la rabia es una emoción y que, igual que el resto, es normal sentirla aunque tenemos que aprender a controlarla.
Los cuentos infantiles con nombre Hugo - Tengo miedo
Érase una vez, un pajarito curioso de nombre Hugo. Siempre se lo pasaban muy bien volando de rama en rama, pero un día vio a un gato acechando entre los arbustos. Aunque estaba en una rama muy alta, sintió mucho miedo. El corazón de Hugo latía rápidamente y las alas le temblaban.
Una mariposa revoloteaba cerca y vio al pajarito Hugo sintiendo ese miedo. Por ello le dijo:
- Hugo, creo que tienes miedo, ¿verdad? Yo también tengo miedo de ese gato porque es muy grande y me puede dar un zarpazo. Pero, ¿sabes qué? Tener miedo es una emoción normal y gracias a que lo sentimos sabemos que debemos tener cuidado con el gato.
- Tienes razón, mariposa. ¡Pero me siento paralizado! No me puedo mover. ¿Y si escala por el árbol? - dijo Hugo con la voz temblorosa.
- Recuerda que tienes alas fuertes que te permiten volar muy alto. Si quieres, podemos practicar para que sepas qué hacer cuando sientas miedo del gato. Mira cómo lo hago yo - dijo la mariposa y voló muy alto. - ¡Sígueme!
Aunque al principio le costó, Hugo respiró profundo, desplegó sus alas y comenzó su vuelo hacia el cielo. Casi sin darse cuenta, ya estaba muy arriba y muy lejos del gato. Aunque sabía que era normal tener miedo, ¡podía vencerlo con sus propias herramientas!
Cuento infantil sobre la emoción del asco - Hugo, el león
Iba el león de nombre Hugo caminando por la sabana cuando, de repente, se topó con un pantano de agua turbia, lodo y malos olores.
- ¡Puaj! ¡Qué asco! ¡Qué mal huele!
Justo en ese momento, apareció del agua una simpática tortuga que dijo:
- ¿Te da asco? Es una emoción normal que nos ayuda a saber si algo puede ser dañino para nosotros. Pero, si no nos enfrentamos a ello, podemos perdernos cosas maravillosas. ¡Ven, acompáñame y te lo demostraré!
Hugo siguió a la tortuga, que le llevó hasta una parte del pantano que estaba repleta de maravillosas flores.
- ¡Qué lugar más fabuloso! - dijo Hugo. - Y toda esta belleza está junto a ese pestilente pantano. Gracias por traerme, tortuga. Sin tu ayuda, no me habría atrevido a enfrentarme al asco que me daban los lodos del pantano y me habría perdido este paraje llena de flores.
Y tú, ¿qué te estás perdiendo por el asco?
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Bibliografía
- Lopez Cassà, E. (2005) La educación emocional en la educación infantil. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, vol. 19, núm. 3, diciembre, pp. 153-167. Universidad de Zaragoza- Zaragoza, España. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/274/27411927009.pdf