Tulipán. Cuento corto para niños caprichosos que no valoran las cosas
Un cuento infantil con actividades para esos niños que quieren tenerlo todo
- Cuento corto para niños caprichosos que siempre quieren más
- Vamos a hacer algunas actividades educativas sobre la lectura
- Cómo ayudar a los niños caprichosos para que valoren las cosas
Muchas veces, no se trata solo de egoísmo; sino más bien de una necesidad de tener más y más... Y nunca sentirse completamente satisfecho con lo que se consigue o tiene. ¿Te suena? Este cuento corto de Marisa Alonso está pensado para niños caprichosos que no se conforman con lo que tienen y que no valoran las cosas. Junto a este cuento infantil, te proponemos algunas actividades educativas para reflexionar con tus hijos.
Cuento corto para niños caprichosos que siempre quieren más
Sara era una mujer de mediana edad, muy atractiva. Estaba casada con un buen hombre del que estaba enamorada, y era correspondida. Tenía dos hijos que crecían sanos y fuertes. Vivía en una ciudad tranquila, en una bonita casa, y aunque tenía todo lo necesario para ser feliz, nunca lo era porque siempre necesitaba tener algo más.
Quería tener las paredes verdes en lugar de blancas, y se ponía a la tarea como una loca hasta pintarlas de verde. Quería los vestidos cortos en lugar de largos, y cortaba todos sin pensar que luego cambiaría de idea y tendría que comprar vestidos nuevos. Quería y quería y quería tener todo lo que no tenía, y llegó un momento en que, era tal su actitud, que en casa se empezaron a preocupar, seriamente, sobre todo cuando la hija pequeña dijo:
- ¡Quiero más cosas!
- ¿A qué te refieres? - le preguntó su padre.
- Me da igual. Solo quiero tener más cosas. - contestó la niña.
La casa tenía un precioso jardín a la entrada lleno de bellas y coloridas flores que era la envidia de todo por el que por allí pasaba. Una mañana, Sara, pensó que quería plantar muchas más flores.
- ¿Qué has hecho en el jardín? ¿Por qué has plantado tantas flores? - preguntó su marido cuando llegó a casa.
- Quiero tener flores de todos los colores y de todas las clases. - contestó.
Al no tener espacio las flores empezaron a palidecer y se ajaron enseguida. Los pájaros, gusanos, mariposas, conejos y otras flores lo veían con disgusto. También las personas se extrañaban al ver que en el jardín las flores crecían torcidas y amontonadas.
Justo enfrente, en una pequeña casa, vivía Lucía. Una viuda, que a pesar de su pobreza, siempre tenía caramelos y una palabra cariñosa para los niños. Una anciana encorvada por el dolor de huesos, regordeta y bajita, y muy querida por toda la vecindad por su buen humor y su bondad.
Lucía tenía una sola maceta a la entrada de la casa, en la que había crecido como por arte de magia un tulipán.
Todos los días le cantaba, lo regaba y cuidaba con mimo. El tulipán comenzó a crecer, su tallo se puso verde y pronto echó una hermosa flor. En poco tiempo las personas, al pasar por la calle, empezaron a admirar la belleza del tulipán. Ya nadie miraba al jardín de Sara y ella se dio cuenta enseguida.
Lo ocurrido en el jardín hizo reflexionar a Sara. Su vecina, Lucía, no tenía casi para comer ni vestir, no tenía belleza, no tenía salud. No tenía prácticamente de nada, y a pesar de todo era la mujer más feliz del mundo.
Vamos a hacer algunas actividades educativas sobre la lectura
¡Cuánto podemos aprender de este cuento! Tanto los niños como los adultos... Y es que nosotros, los padres a veces también nos dejamos llevar por la ceguera de quererlo todo y quererlo ya, en lugar de aprender a apreciar las pequeñas cosas que están a nuestro alrededor.
Para trabajar todos los aprendizajes que nos ha dejado este cuento infantil, a continuación te proponemos algunas actividades, ejercicios y juegos. Trata de adaptarlos a la edad y conocimientos de tus hijos.
1. Preguntas de comprensión lectora
Empezamos esta tanda de ejercicios con unas preguntas de comprensión lectora. Tienen como objetivo testar si los niños han prestado atención a la lectura y si saben extraer el mensaje del texto.
Sara lo tenía todo, pero no conseguía ser feliz, ¿verdadero o falso?
¿Qué decidió hacer Sara en su jardín?
¿Qué les pasó a las flores del jardín?
¿Lucía tenía también la necesidad de tenerlo todo?
¿Qué aprendió Sara de Lucía?
2. ¡Debate abierto!
Son muchos los valores que podemos trabajar a partir de este tipo de cuentos cortos: la generosidad, la mesura, la moderación... Pero también es una herramienta perfecta para reflexionar sobre cómo nos sentimos con nosotros mismos y reforzar nuestra autoestima. Para favorecer el diálogo y la reflexión en la familia, a continuación te proponemos una serie de preguntas que puede guiar vuestra conversación.
¿Cómo crees que se siente Sara?
¿Crees que cuántas más cosas tienes, más feliz eres?
Entonces, si algo ocurriera y desaparecieran todas nuestras cosas ¿ya no podríamos ser felices?
¿Qué significa ser caprichoso?
¿Por qué crees que Lucía es la mujer más feliz del mundo a pesar de no tener nada más que un tulipán?
¿Qué es para ti la felicidad?
3. Escribir un cuento sobre la misma temática
Una vez que tus hijos han leído este cuento, puedes animarles a escribir su propia historia que tenga el mismo hilo conductor: un protagonista caprichoso que nunca se conforma con lo que tiene.
Cómo ayudar a los niños caprichosos para que valoren las cosas
Son muchos los padres preocupados por no educar a niños caprichosos que siempre quieren tener más y más y que no saben valorar lo que tienen y lo que cuesta conseguir las cosas. Si este es tu caso, a continuación te proponemos algunas pautas que te podrían ayudar a lidiar con esta situación.
No se trata de etiquetar a los niños por una conducta (todos sabemos lo perjudiciales que son las etiquetas para los pequeños) sino de identificar un comportamiento y tratar de erradicarlo mediante el ejemplo y el acompañamiento.
- Anticípate a sus posibles caprichosos
Es importante adelantarnos a los posibles deseos y situaciones de frustración tras no conseguirlos. Por ejemplo, podemos decirles: 'cariño, vamos a ir al supermercado a comprar la comida para la semana, pero no podemos comprar nada que no esté en la lista de la compra (o no te podré comprar ningún caramelo u otro capricho)'.
- Valida las emociones de los niños
De nada sirve decirle a tu hijo 'deja de llorar como un bebé' cuando quiere algo en una tienda y tú no se lo compras. Es importante validar y acompañar la emoción que están sintiendo, pues todas las emociones son válidas (incluso las que nos resultan desagradables). Se puede decir al niño: 'Entiendo que te sientas frustrado o enfadado, yo también querría comprar ese juguete tan bonito. Pero ahora no podemos detenernos a comprarlo...'.
- No cedas
Hay límites que se pueden negociar, pero cuando hablamos de caprichos que ya hemos decidido que no vamos a conceder, no podemos ceder. En caso contrario, los niños llegarán a la conclusión de que si tienen un berrinche conseguirán lo que quieran.
- Enseñar a los niños a apreciar las pequeñas cosas
Tenemos la suerte de tener tantas pequeñas cosas a nuestro alrededor que, si aprendiéramos a valorarlas, seríamos las personas más felices. Haz el ejercicio con tu hijo de apuntar en un papel todas esas cosas sencillas que nos hacen felices: un abrazo, un cuento antes de dormir, jugar en familia, una palabra de aliento de la maestra...
- Educar sobre el esfuerzo a través del ejemplo
El ejemplo es la mejor herramienta de aprendizaje, sobre todo en el caso de los padres (que suelen ser los primeros referentes de los niños). Educa a tu hijo en la perseverancia, en el esfuerzo, en la persecución de los sueños aunque sean complicados de alcanzar...
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