48 leyendas de animales para niños cortas y con moraleja

Las leyendas, cuentos cortos y fábulas de animales han sido transmitidas de generación en generación, llenas de enseñanzas que inspiran a los pequeños. En estas 48 leyendas de animales para niños cortas y con moraleja, encontrarás historias con valores como la amistad, la valentía, la honestidad y el respeto por la naturaleza, además, cada relato es una oportunidad para aprender lecciones importantes mientras tu hijo disfruta de aventuras protagonizadas por increíbles criaturas. ¿Están listos para leer?

Leyendas griegas de animales que dejan una gran enseñanza a tu hijo

Comenzamos con leyendas griegas de animales que enseñarán valiosas lecciones de vida a tu hijo. Son historias llenas de sabiduría que fomentan valores como el respeto, la amistad y la honestidad.

1. El cuervo y la serpiente

En la antigua Grecia, los animales protagonizaban grandes historias. Una vez, había un cuervo muy astuto y una serpiente muy fuerte que vivían en la misma colina. El cuervo volaba por los cielos en busca de comida, y la serpiente se arrastraba entre las rocas. Un día, el cuervo encontró una deliciosa pieza de carne, pero la serpiente, que también la había visto e intentó robarle el tesoro.

El cuervo, viendo que la serpiente se acercaba, voló alto y gritó desde las ramas de un árbol: '¡Eres fuerte, serpiente, pero no podrás alcanzarme!' La serpiente decidió usar su inteligencia: se escondió bajo una roca, sabiendo que el cuervo tendría que bajar. Horas después, cuando el cuervo descendió para comer, la serpiente lo sorprendió y le dijo: 'Ambos queremos lo mismo, pero tal vez podamos compartir'.

El cuervo, desconfiado, aceptó el trato. Así, ambos aprendieron a compartir y trabajar juntos, sin necesidad de pelear. Desde ese día, el cuervo y la serpiente vivieron en paz, demostrando que la colaboración a veces es mejor que la rivalidad. Esta leyenda enseña que, aunque seamos diferentes, siempre podemos encontrar una manera de resolver los problemas de forma pacífica.

2. La leyenda del león y el ratón

En antigua Grecia vivía un poderoso león. Todos los animales le temían por su fuerza y su rugido aterrador. Un día, mientras dormía bajo un gran árbol, un pequeño ratón pasó corriendo por su pata, despertando al león. El león, enfurecido, atrapó al ratón con su enorme garra y rugió: '¡¿Cómo te atreves a despertarme, insignificante ratón?!'

El ratón, temblando de miedo, le suplicó: 'Por favor, señor león, no me hagas daño. Si me dejas ir, te prometo que algún día te devolveré el favor'. El león, divertido por la idea de que un pequeño ratón pudiera ayudarlo, soltó una carcajada y dijo: '¿Tú, un ratón, ayudarme a mí? Muy bien, te dejaré ir por hoy, pequeño, pero no creo que alguna vez necesite tu ayuda'.

Días después, el león quedó atrapado en una red. Por más que luchaba, no podía liberarse y justo cuando pensaba que todo estaba perdido, apareció el ratón. Con sus dientes, empezó a roer la cuerda hasta que la red se rompió y el león quedó libre. '¿Ves? Te dije que algún día podría ayudarte'. El león, sorprendido y agradecido, le respondió: 'Nunca subestimaré a nadie, por pequeño que sea. Gracias, amigo'.

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Interesantes leyendas africanas con animales para leer a los niños

Continuamos con estas leyendas provenientes de África. Tratan distintos valores para inculcar a los niños desde temprana edad. Todas, les dejarán una valiosa lección de vida.

9. La leyenda de la tortuga y el leopardo

En África, vivían muchos animales, pero ninguno era tan astuto como la tortuga y tan veloz como el leopardo. Un día, el leopardo, orgulloso de su rapidez, se burló de la tortuga. '¡Eres tan lenta que hasta las hormigas te ganan en una carrera!', dijo riendo. La tortuga, tranquila y sabia, respondió: 'Es cierto que no soy rápida, pero puedo llegar a donde quiero si me lo propongo. Te reto a una carrera'.

El leopardo, confiado en que ganaría fácilmente, aceptó el reto. Al día siguiente, los animales se reunieron para ver la carrera. El leopardo corrió a toda velocidad desde el principio, pero pronto se sintió cansado y decidió tomar una siesta. 'La tortuga nunca me alcanzará', pensó. Mientras dormía, la tortuga siguió avanzando, lenta pero constante, sin detenerse.

Cuando el leopardo despertó, vio que la tortuga estaba muy cerca de la meta. Corrió tan rápido como pudo, pero era demasiado tarde. La tortuga cruzó la línea de meta primero. Todos los animales se sorprendieron, y el leopardo aprendió una valiosa lección. La tortuga, sonriendo, le dijo: 'No es siempre el más rápido quien gana, sino el que no se rinde'. Esta leyenda es perfecta para hablar a los niños sobre la determinación.

10. La leyenda del mono y el cocodrilo

En un río de África vivía un cocodrilo muy astuto, y en las ramas de un gran árbol junto al río, un mono feliz y curioso. El mono saltaba de rama en rama, disfrutando de los frutos del árbol, mientras el cocodrilo lo observaba. Un día, el cocodrilo quiso engañar al mono para atraparlo y comérselo. 'Amigo mono, al otro lado del río hay un árbol con frutas más dulces que esas. Te llevo hasta allí si subes a mi espalda'.

El mono, aunque curioso, también era muy astuto. Sospechó de las verdaderas intenciones del cocodrilo, pero aceptó el ofrecimiento y subió a su espalda. A mitad del río, el cocodrilo se detuvo y dijo: 'Mira, mono, en realidad no te llevaré a las frutas. La verdad es que quiero comerte, porque he oído que el corazón de un mono es muy sabroso'.

El mono, respondió: 'Oh, cocodrilo, debiste decírmelo antes. Dejé mi corazón en una rama del árbol. Si me llevas de vuelta, puedo traértelo'. El cocodrilo, creyéndole, lo llevó a la orilla. El mono, en cuanto llegó al árbol, subió a las ramas y se burló del cocodrilo. 'Mi corazón siempre está conmigo, y ahora me quedo en mi árbol'. El cocodrilo, frustrado, aprendió que la inteligencia a veces es más poderosa que la fuerza.

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Leyendas mexicanas de animales que dejan una moraleja a mis hijos

Seguimos con estas leyendas de origen mexicano, las cuales dejarán una lindísima moraleja a tus pequeños. Léanlas y, si quieres, puedes hacerles unas preguntas de comprensión lectora después.

17. La leyenda del zopilote y el fuego

En los tiempos antiguos, en una aldea de México, los dioses habían dado a los hombres bendiciones, pero no les habían dado el fuego. Los humanos vivían en la oscuridad y el frío, cocinaban con el calor del sol y las noches eran largas y frías. Los dioses tenían el fuego guardado en lo alto de una montaña, en un lugar secreto. Un día, los animales de la selva se reunieron para ayudar a los humanos a conseguir el fuego.

Intentaron muchas veces, pero ninguno lograba llegar hasta el lugar donde se encontraba. El jaguar, el águila y la serpiente lo intentaron, pero fallaron. Entonces, el zopilote decidió intentarlo. Al principio, los otros animales se rieron de él, pues creían que era demasiado feo y viejo para conseguir el fuego. Sin embargo, el zopilote no se dio por vencido y voló hacia la montaña.

Cuando llegó al lugar sagrado, vio el fuego brillando en lo alto. Decidido a ayudar a los humanos, el zopilote se lanzó al fuego y atrapó una pequeña llama en sus plumas. El fuego lo quemó y lo dejó con la piel negra, pero el zopilote no se detuvo. Voló de regreso a la aldea, llevando el fuego a los hombres. Desde ese día, el zopilote tiene plumas oscuras, pero es respetado por los animales y los humanos por su coraje.

18. La leyenda del venado azul

Hace mucho tiempo, en México, los huicholes creían que los dioses habían creado a los animales para guiar a los humanos en sus caminos. Entre todos los animales, el venado azul era el más especial, pues se decía que tenía el poder de mostrar el camino hacia lo sagrado. Cuenta la leyenda que un grupo de cazadores huicholes salió en busca de comida.

Después de caminar durante días sin encontrar nada, uno de ellos vio a lo lejos un hermoso venado azul. Decidieron seguirlo, pensando que si lograban cazarlo, tendrían alimento para sus familias. Sin embargo, el venado corría entre los árboles y no lo podían alcanzar. Al ver que no podían atraparlo, comenzaron a sentir que aquel venado no era como los demás.

El venado los guió hasta un lugar sagrado donde los dioses dejaban sus mensajes. En ese lugar, descubrieron el peyote, una planta sagrada que les ayudaba a conectarse con el mundo espiritual. Desde entonces, el venado azul es considerado un mensajero de los dioses y una guía espiritual para los huicholes. Esta leyenda nos enseña a respetar a los animales y a la naturaleza.

Leyendas mexicanas para inculcar distintos valores a los niños

Lindas leyendas latinas sobre animales que dan una gran lección a los niños

Toca el turno a distintos países latinos para inculcar valores o dejar una moraleja a los niños gracias a estas historias breves. Hay de Venezuela, Ecuador, Brasil y Guatemala, por decir algunos.

25. La leyenda del picaflor y el jaguar (Brasil)

Hace mucho tiempo, en lo profundo de la selva amazónica, vivía un jaguar, el animal más temido de todos. Ningún otro animal se atrevía a cruzarse en su camino porque sabían que era muy fuerte y rápido. Sin embargo, había un pequeño y colorido picaflor que no le tenía miedo. Un día, mientras el jaguar descansaba junto a un río, vio al picaflor volando cerca de él.

Molesto por su osadía, el jaguar rugió: '¿Cómo te atreves a volar tan cerca de mí, pequeño pájaro? ¡Yo soy el rey de esta selva!' El picaflor, con valentía, le respondió: 'Es cierto que eres fuerte, jaguar, pero la fuerza no lo es todo. Yo también tengo algo especial que ofrecer'. El jaguar, intrigado, le preguntó: '¿Qué podrías tener tú que sea más valioso que mi fuerza?'

El picaflor le explicó: 'Yo llevo la vida de flor en flor. Con mi vuelo, ayudo a que las plantas florezcan, a que los frutos crezcan y a que la selva esté llena de vida'. El jaguar se dio cuenta de que, aunque era fuerte, dependía de la vida que el picaflor ayudaba a crear. Desde entonces, el jaguar respetó al pequeño picaflor, reconociendo que cada ser tiene un propósito importante en la selva.

26. La leyenda del quetzal y el colibrí (Guatemala)

En las antiguas montañas de Guatemala, vivían dos aves muy especiales: el majestuoso quetzal y el pequeño colibrí. El quetzal, con su largo y colorido plumaje, era admirado por todos los animales por su belleza y elegancia. Por otro lado, el colibrí, aunque pequeño, era conocido por su rapidez y habilidad para volar entre las flores.

Un día, los animales de la selva decidieron organizar un concurso para ver quién era el ave más valiosa. Muchos pensaron que el quetzal ganaría por su increíble belleza, pero el colibrí también quiso participar. Los jueces decidieron que el ave más valiosa sería aquella que pudiera ayudar más a la selva. El quetzal, orgulloso dijo: 'Yo traigo belleza a la selva y represento la libertad de mi pueblo'.

El colibrí, con humildad, respondió: 'Yo vuelo de flor en flor, llevando vida por donde paso, ayudando a que la selva esté siempre llena de color'. Al final, los animales reconocieron que tanto el quetzal como el colibrí tenían un papel importante en la selva. El quetzal simbolizaba la libertad y el orgullo de su pueblo, mientras que el colibrí era esencial para mantener viva la naturaleza, ofreciendo su propio valor al mundo.

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Leyendas muy cortas de animales para inculcar valores a los niños

Las historias protagonizadas por animales suelen gustar mucho a los niños, y más si es para dejarles alguna lección o para enseñar valores. Aquí, las historias más interesantes.

33. La leyenda del dragón y el conejo

En una antigua aldea de China, vivía un poderoso dragón que controlaba el clima y las lluvias. Cada año, los aldeanos hacían ofrendas para pedir su favor y asegurar sus cosechas. Pero un año, el dragón estaba de mal humor y se negó a hacer llover. Los aldeanos, preocupados, no sabían qué hacer. Sin embargo, un pequeño conejo, conocido por su bondad y astucia, decidió ayudar.

Subió a la montaña donde vivía el dragón y lo encontró descansando junto a un lago. El conejo, con valentía, le dijo: 'Señor dragón, sé que eres poderoso, pero sin la lluvia, los aldeanos sufrirán. Te pido que consideres ayudarnos'. El dragón, divertido por la valentía del pequeño animal, se negó. Pero el conejo no se rindió y todos los días subía la montaña, llevándole ofrendas de frutas, mostrando su perseverancia.

Finalmente, el dragón, conmovido por la amabilidad y paciencia del conejo, decidió hacer llover. Los campos florecieron y los aldeanos celebraron la lluvia que tanto habían esperado. Desde ese día, el conejo fue visto como un símbolo de determinación y sabiduría en la aldea, y el dragón aprendió a apreciar los pequeños actos de bondad que pueden lograr grandes cosas.

34. La mariposa azul

Hace muchos años, un hombre en Japón enviudó y quedó a cargo de sus dos hijas. Las dos eran muy curiosas, inteligentes y tenían ansias de aprender. Por eso preguntaban mucho a su padre, quien podía responderles, pero otras veces no. Un día decidió enviarlas a convivir y aprender con un sabio, quien era capaz de responder a todas las preguntas que las pequeñas le planteaban.

Sin embargo, las dos hermanas decidieron medir su sabiduría. La mayor salió al monte y al regresar tenía algo escondido: era una mariposa azul. '¿Qué vas a hacer con ella?' La mayor respondió: 'Iremos con el sabio y le preguntaré si la mariposa en mi mano está viva o muerta. Si responde que viva, la apretaré y la mataré. Si responde que muerta, la dejaré libre. Por lo tanto, su respuesta será siempre errónea'.

Aceptando la propuesta de la hermana mayor, ambas niñas fueron corriendo a buscar al sabio. Al llegar con él, la mayor se animó: 'Sabio', dijo en tono un poco burlón, '¿podría decirnos con certeza si la mariposa que llevo en mi mano está viva o está muerta?' A lo que el sabio, sin perder la compostura, pero con una sonrisa pícara, le contestó: 'Depende de ti... ella está en tus manos'.

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¡Extra! Fábulas y cuentos de animales con moraleja para tus hijos

Finalizamos esta lista con una selección final de historias que, si bien no son leyendas, sí que son fábulas que también dejarán una linda enseñanza a tus pequeños.

41. La rana y el escorpión

Érase una vez una rana que andaba por el campo, cuando de repente la llamó un escorpión, quien le explicó que quería cruzar al otro lado del río pero no sabía nadar, como tenía miedo de ahogarse y sabía que ella era buena nadadora, le pidió ayuda para poder cruzar el río sobre su espalda. 'No puedo, eres un escorpión y cuando me acerque a ti, me picarás y moriré', dijo la rana.

El escorpión se defendió 'Necesito cruzar al otro lado, tengo prisa y no puedo rodear todo el río, por favor, ayúdame, es más, acércate a la orilla y yo en vez de trepar por tus patas, daré un salto y me subiré así a tu espalda. Además, piensa en esto: si te pico, morirás y te hundirás, si tu mueres, yo me ahogaré. La explicación convenció a la rana que terminó confiando en el escorpión.

Sin embargo, cuando llegaron a la mitad del río, la rana sintió un pinchazo en el cuello, todo su cuerpo comenzó a dormirse y antes de ahogarse preguntó: '¿Por qué lo hiciste? ¡Yo confié en ti!', dijo sabiendo que se acercaba el final. 'Lo siento', respondió por primera vez con sinceridad el escorpión, 'no pude evitarlo, está en mi naturaleza', terminó de decir antes de hundirse también.

42. La rana sorda

Un grupo de pequeñas ranas atravesaban juntas un bosque cuando dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto, se asomaron para mirarlas, rodeando el agujero. Rápidamente se dieron cuenta de que el agujero era muy profundo y aunque sus compañeras saltaban y saltaban, era obvio que no podrían alcanzar la orilla. Las ranas comenzaron a cuchichear entre sí.

Todas daban por muertas a las dos ranas, ya que no veían posible que pudieran salir del agujero. Así que comenzaron a gritar que no podían hacer nada. Pero las dos ranas continuaban saltando sin parar, ignorando los gritos de sus compañeras, que no dejaban de decirles que iban a morir a pesar de sus esfuerzos. Las ranas les decían que se dejaran morir y gritaban tanto, que al final una se dio por vencida y murió.

La otra rana continuó saltando y las demás gritaron más para que dejara de hacerlo. Pero la rana saltaba más y más hasta que salió del agujero. Ella pensó que sus compañeras le estaban animando viendo los gestos que hacían, pero como la rana era sorda le era imposible escuchar los gritos de las demás. Aún así les agradeció las supuestas palabras positivas y motivadoras que le estaban ayudando a conseguir su objetivo.

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