Alimentación para bebés de 1 a 2 años - Formación de hábitos saludables

A partir del primer año el bebé ya podrá comer prácticamente de todo y en la alimentación para bebés de 1 a 2 años comienza la formación de hábitos saludables, además, el niño se fijará más en los alimentos que mamá y papá también comen. Los padres deben priorizar los que tienen más nutrientes, ya que es la continuación de la alimentación complementaria. Si quieres saber cómo es la alimentación de los niños de 12 a 24 meses, ¡los traemos para ti!

Necesidades nutricionales para los niños de 1 a 2 años

Las necesidades nutricionales de un niño dependerán de su desarrollo, de su peso y medidas y también de su grado de actividad, si gatea, si ya camina, si es más inquieto o más tranquilo. Pero también va a depender de su apetito: en este sentido, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), La Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Sociedad Española de Pediatría (SEP) es la de no obligarles a comer. Es importante fijarse en la calidad de los alimentos, que cubran sus necesidades energéticas y nutricionales, y no tanto en la cantidad. En líneas generales, las necesidades nutricionales para un bebé de uno a dos años son:

 - Calorías - 1.200 a 1.300 Kcal/día (de 800 a 1.000 kcal/día durante el primer año)
- Proteínas - 25 a 30 gr/día
- Hidratos de carbono - 100 a 160 gr/día
- Grasas - 35 a 45 gr/día

Entre los 12 y los 24 meses de edad, la leche (leche materna o fórmula infantil) seguirá siendo un alimento muy importante para satisfacer las necesidades diarias de calcio y vitamina D de los bebés. Aunque ahora la alimentación complementaria pase a ser la principal, su aporte de leche no debe disminuir, sus huesos están creciendo y necesitan calcio suficiente. Para cubrir las necesidades de calcio y vitamina D se deben mantener los derivados de lácteos como yogur natural o queso y la leche de vaca entera se puede introducir a partir de los 12 meses. Sin embargo hay que tener en cuenta que la leche materna sigue siendo el lácteo de primera elección y se recomienda por encima de cualquier otra leche, siempre que madre e hijo lo deseen, hasta los 2 años o más.

En esta etapa y según se vaya diversificando la dieta, se disminuirá la cantidad de leche, aunque se recomienda mantener al menos dos raciones de lácteos diarios (un máximo de 500 ml al día). El consumo de leche de vaca por encima de 500 ml/día después del primer año de vida se asocia con deficiencia de hierro y por lo tanto a anemia en los bebés. Aunque cabe señalar que se puede sustituir parte de la leche por otros productos lácteos como un yogur, quesos y derivados. Pero recuerda que los yogures deben ser sin azúcar y que los quesos mejor que mejor sin son tiernos y no muy grasos. A su vez, para evitar posibles problemas con la dentición, lo ideal es que el pequeño vaya dejando el biberón para pasar a tomar leche en vaso o taza. ¡Seguro que le hace mucha ilusión ver su tacita nueva!

Aparte de la leche y los otros lácteos que hemos comentado, es importante y muy necesario ofrecer una variedad de alimentos nuevos al bebé. Si tu pequeño siente curiosidad por lo que tú comes, siempre que sea apto para su edad, deja que pruebe un poco. A estas edades se definen los gustos, por lo que es normal que quiera probar cosas nuevas.

Además, es básico que los bebés coman a diario cereales, ya sean de avena, trigo o arroz, se los puedes preparar en la papilla o si aún no lo ha dejado en su biberón, ya que le aportan hierro y otras vitaminas y minerales. También es necesario que tomen al menos 2 porciones de vegetales, una o dos porciones de fruta, de 50 a 100 gr de carne o pescado y que una o dos veces a la semana se sirva a la mesa legumbres.

¿Cómo es la alimentación del bebé de 1 año?

Si el niño ha sido alimentado con purés, cremas y frutas o verduras chafadas, ahora será el momento de ofrecerle poco a poco alimentos troceados. Sus dientes comienzan a salir y su mandíbula necesita se reforzada mediante la masticación.

También podrá experimentar una comida más completa, con un primer plato, por ejemplo, puré de verduras o una rica sopa casera y un segundo plato de carne, pescado o huevo. Sin olvidarse del postre: un yogur sin azúcar o unos trocitos de fruta de temporada.

Y no es tanto la cantidad, sino la calidad. Si tu niño es de buen comer, no le niegues los alimentos, pero que estos sean de calidad: para saciarse entre horas y no llegar a la comida principal con tanta hambre, en lugar de galletas o panes ofrécele frutas. Si sucede que a tu hijo le cuesta comer y no siente interés alguno por los alimentos, tendrás que asegurarte que lo que come le aporta los nutrientes que en verdad necesita.

Muchas veces le damos cualquier cosa con tal de que coma algo. En este sentido, pequeños trucos como sentarnos juntos a la mesa, crear un horario para las comidas, darle algo entre horas, pero no mucha cantidad y presentarle los alimentos de forma atractiva (podemos, por ejemplo, hacer una carita sonriente con trocitos de fruta) suelen dar grandes resultados. 

Alimentando al bebé de 24 meses

Cuando el bebé cumple los 2 años sus necesidades de alimentación siguen siendo más o menos las mismas, salvo que tal vez necesite que su cena sea un poco más completa debido a su ritmo de crecimiento y a las muchas actividades que ahora realiza en su día a día.

Es muy común que a estas edades pasen por etapas de negación: antes se comía bien la fruta y ahora no quiere ni verla. Procura no enfadarte, es una fase más al igual que lo son las rabietas, y ofrécele alternativas: en lugar del plátano, una pera.

Como a los dos años su nivel de desarrollo cognitivo ha evolucionado mucho, no dudes en hacerle partícipe de su alimentación en la medida de tus posibilidades: acuerda con él cuál va a ser la merienda de ese día, si ya sabe lo que habrá tendrá menos posibilidades de enfadarse.

Permite que él también elija: ¿prefieres pasta o un poco de arroz? ¿Tomamos hoy verduras y dejamos el yogur para la noche? De esta manera entenderá mejor las cosas y se sentirá más motivado. Incluso puedes dejar que sea él quien eche los ingredientes a la pizza casera.

¿Cuáles son los alimentos prohibidos para los bebés de 1 y 2 años?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se evite el consumo de miel y azúcares en menores de 1 año por el riesgo de padecer botulismo: una afección que puede causar debilidad muscular y dificultades para respirar. Por su parte, la Asociación Española de Pediatría (AEP) sitúa la miel en el apartado de alimentos superfluos con la recomendación de cuanto más tarde (siempre a partir de los 12 meses) y en menor cantidad mejor.

Con respecto a lo azúcares, además de carecer de valor nutricional, en especial los procedentes de la bollería industrial y las golosinas, suponen un mayor riesgo de padecer caries. Sin olvidar que el niño estaría dejando de comer otros alimentos que sí son saludables y beneficiosos para su desarrollo como las verduras y las semillas.

Por eso, lo indicado es que si le vamos a dar este tipo de caprichos sea luego de los 2 años de edad, en la menor cantidad posible y nunca a diario. Recuerda que tienes otras muchas alternativas para ofrecer a tu bebé algo dulce de su gusto, por ejemplo, un bizcocho casero con poca azúcar o endulzado con algún puré de fruta de sabor dulce como el plátano, harinas integrales, aceites vegetales y nada de conservantes ni colorantes.

El azúcar no es el único ingrediente a evitar para seguir la norma de cuanto más natural y sano mejor. Los conservantes y los colorantes que vienen en muchas comidas, sobre todo en las precocinadas, en los procesados y en los ultra procesados que además suponen mayor riesgo de obesidad, tampoco son beneficiosos para la salud, ni la nuestra ni la del bebé.

Para que puedas llevar una mejor organización, planifica en un calendario cuáles van a ser las comidas y las cenas. Así evitarás prisas de última hora ¡resulta de mucha ayuda! Por otro lado, para evitar un atragantamiento, no le des frutos secos ni otros alimentos duros, pequeños o redondos como los arándanos, las uvas, las moras o aceitunas hasta los 3 años. Los frutos secos los puedes ofrecer pulverizados o hacer mantequilla de frutos secos natural en casa.

9 maneras de introducir buenos hábitos alimenticios desde la primera infancia

A esta edad los bebés imitan muchos los hábitos de los adultos. Si papá y mamá comen una cosa el pequeño también la va a querer. Pero nuestro buen ejemplo no es lo único que podemos utilizar para crear buenos hábitos alimenticios desde la primera infancia:

1. Haz las comidas con tu hijo. Comer en familia les resultará mucho más placentero que comer él solo.
2. Varía los alimentos para evitar que se aburra. Juega con la presentación y verás cómo se come todo lo del plato.
3. Comenta con tu hijo qué significa comer sano y por qué ciertos alimentos, como los azucarados o las golosinas son para muy de vez en cuando.
4. Intenta que la hora de la comida y la cena sea un momento tranquilo y distendido.
5. Anímale a que coma, pero no le obligues ni le amenaces con castigos o consecuencias negativas.
6. Realiza cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, y recuerda que la primera, el desayuno, es la comida más importante del día, pero que no por ello debe ser a base de azúcar, sino que ha de incluir cereales, frutas y lácteos.
7. Hazle partícipe de la alimentación: vamos juntos a hacer la compra, ponemos la mesa entre todos e incluso elegimos el postre: un yogur natural o una pieza de la fruta que más nos guste.
8. Los buenos hábitos en la alimentación se relacionan con un estilo de vida saludable. Reduce el tiempo que pasan tus hijos frente a la pantalla y aprovecha cualquier momento, el fin de semana, a la vuelta del cole, para dar un paseo o hacer alguna actividad que requiera movimiento.
9. Además, es importante tener un buen descanso, sobre todo por las noches. Acostarse todos los días a la misma hora y disponer de las horas de sueño acordes a su edad es básico para tener energía de sobra al día siguiente.

Niños que no quieren probar alimentos nuevos ¿qué podemos hacer?

Cuando el bebé cumple su primer año es mucho más consciente de lo que sucede a su alrededor, por eso podría mostrarse más reticente a probar alimentos nuevos o preparados de otra forma. Incluso puede ser que cambie hasta de platillo o fruta favorita.

Si esto también le ocurre a tu pequeño, no le insistas demasiado ni menos le castigues o le premies con comida basura: 'si pruebas la manzana te daré una chocolatina'. En su lugar, intenta que ese alimento sea vistoso para él, puedes cortarlo en trocitos y ponérselo en su plato favorito. También ayuda mucho que tú también lo pruebes o que le digas que tome solo un poco y que si no le gusta no pasa nada.

¿Sabías que muchos niños prueban alimentos nuevos cuando toman el almuerzo en el colegio o se quedan a comedor? Y es que basta con que sea otra persona la que se lo ofrezca o que vean a otros niños comiendo lo mismo para que su opinión cambie. ¿Qué tal si es el abuelo o la tía quien le da a probar ese alimento que tanto se niega a comer? ¡Puede que funcione!

Menú para niños de entre 12 y 24 meses de edad

Te dejamos el ejemplo de menú para tu hijo de 1 a 2 años de edad, ¡le va a encantar!:

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