Depresión infantil: Aprende a identificar los síntomas y actúa a tiempo
Cómo identificar y diagnosticar la depresión en los niños - Síntomas y primeras señales
- Cómo inicia la depresión en niños - Primeros signos y señales
- Cómo detectar la depresión infantil - Síntomas de los niños deprimidos
- La depresión también afecta a los bebés
- La depresión en los niños por edades
- Tratamiento de la depresión infantil
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La depresión, que antes solo se diagnosticaba en personas adultas, cada día tiene más incidencia en los niños. La depresión infantil puede surgir a causa de "cambios importantes y estrés" como resultado de la pérdida de los padres, un divorcio, problemas familiares, etc. En Guiainfantil.com te contamos todo sobre la depresión en niños: síntomas, primeras señales, tratamiento... Si tu hijo está pasando por este proceso, no dudes en pedir ayuda cuanto antes.
Cómo inicia la depresión en niños - Primeros signos y señales
La depresión no es algo que solo afecta a los adultos; los niños también pueden experimentarla. Según el estudio 'Los trastornos depresivos de la infancia y la adolescencia', en términos generales, se estima una prevalencia de depresión en niños del 1-2%, con un incremento exponencial durante la adolescencia hasta el 3-8%. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida familiar o que tienen desórdenes de la atención o de la conducta, o presentan dificultades en el aprendizaje o problemas de salud mental, corren mayor riesgo de sufrir depresión.
Cada niño es único en su forma de ser, en su personalidad y en la manera de aceptar los cambios que se producen en su vida. Para sospechar que un niño tiene depresión, es necesario conocer muy bien al pequeño y saber qué es realmente normal en su comportamiento.
Sin embargo, como padres, a veces cuesta reconocer los primeros signos de depresión infantil porque pueden confundirse con etapas normales del desarrollo o cambios de humor típicos. Algunas señales iniciales incluyen tristeza persistente, falta de interés por actividades que antes disfrutaban y cambios en el apetito o el sueño. Por ejemplo, un niño al que le gustaba mucho dibujar ahora evita hacerlo, o quien dormía tranquilamente empieza a tener problemas para conciliar el sueño.
Otros indicadores pueden ser la irritabilidad, el aislamiento social o una baja autoestima. A menudo, los niños no tienen las palabras para expresar lo que sienten, así que prestemos atención a su comportamiento: ¿Evitan a sus amigos? ¿Tienen menos energía de lo habitual?
Es importante hablar con ellos de manera abierta y sin juzgarlos. Preguntarles cómo se sienten y crear un espacio seguro para que expresen sus emociones es clave.
Recuerda: estos signos no siempre significan depresión, pero si persisten, lo mejor es consultar a un profesional. Detectarlo a tiempo y ofrecerles apoyo puede marcar la diferencia en su bienestar emocional.
Cómo detectar la depresión infantil - Síntomas de los niños deprimidos
No hay que apresurarse a sacar conclusiones. Padres y profesores deben estar atentos cuando algún niño presenta alguna de las siguientes características:
- Tristeza persistente. El niño parece estar decaído durante días o semanas, sin una causa evidente.
- Ha perdido el interés por los juegos preferidos y por la escuela.
- Aislamiento social. Evitan interacciones con familiares y compañeros, prefiriendo estar solos.
- Presenta una comunicación pobre.
- Se aburre y se cansa con facilidad.
- Presenta menos energía o concentración.
- Está irritable o demasiado sensible frente a pequeñas frustraciones, montando rabietas o berrinches con más facilidad.
- Se le nota extremamente sensible hacia el rechazo y el fracaso.
- Baja autoestima. Expresiones como "no sirvo para nada" o "todo es mi culpa" pueden ser alarmantes.
- Elige "finales tristes" para sus cuentos y representaciones.
- Irritabilidad o enojo constante. A menudo, la depresión en los niños se muestra como mal humor o conductas explosivas o agresivas.
- Se queja constantemente de dolor de cabeza o estómago.
- Cambios en el apetito y sueño. Comer más o menos de lo habitual, problemas para dormir o dormir demasiado.
- Sufre una regresión, hablando como un bebé u orinándose en la cama.
- Habla de suicidio.
- Habla de escaparse de casa.
La depresión también afecta a los bebés
Con niños de hasta tres años, las señales para preocuparse empiezan cuando esos niños parecen tristes o decaídos, aún cuando sus padres o sus personas de apego les están consolando. Puede, incluso, que se peguen desesperadamente a quien se ocupa de ellos o que dejen de comunicarse.
La depresión en esos niños está casi siempre conectada con el cambio o pérdida de la persona responsable de su cuidado, o cuando quien les cuida no es capaz de responder a sus necesidades.
La depresión en los bebés se ve reflejada en su estado anímico; esto no quiere decir que el bebé llore siempre porque esté triste, sino que da la impresión de que está apático y sin ninguna iniciativa. Las consecuencias que puede tener la presencia de un cuadro depresivo en el bebé son varias.
Puede producir cierto retraso en el desarrollo como el inicio de la marcha más tarde de lo normal, el retraso en el desarrollo del lenguaje, problemas de sueño, somatizaciones frecuentes, enfermedades de tipo infecto-contagioso debido a una disminución de las defensas biológicas y alteraciones en la alimentación que mantienen al bebé en un estado de decaimiento.
La depresión en los niños por edades
La depresión puede manifestarse de diferentes maneras según la edad del niño. Reconocer los signos es clave para brindarles apoyo. Aquí te explicamos cómo puede presentarse:
- A los 5 años
A esta edad, la depresión puede confundirse con rabietas frecuentes o cambios en el comportamiento. Los niños pueden parecer desmotivados para jugar o participar en actividades que antes les encantaban. También podrían volverse más dependientes o mostrar problemas para dormir.
- A los 8 años
En esta etapa, los niños empiezan a expresar mejor sus emociones. Es posible que verbalicen frases como "nadie me quiere" o "no soy bueno en nada". También podrían mostrar un bajo rendimiento escolar, evitar a sus amigos o aislarse durante los juegos.
- A los 11 años
La preadolescencia puede intensificar la depresión. Los niños podrían mostrar irritabilidad constante, sentirse inseguros o desmotivados frente a retos escolares o sociales. Pueden preferir pasar tiempo solos y evitar actividades familiares.
- A los 12 años
En esta etapa, los cambios hormonales pueden agravar los síntomas de la depresión. Algunos signos incluyen apatía, dificultad para concentrarse, problemas de sueño y comentarios negativos sobre ellos mismos o su entorno.
- Depresión en la adolescencia
En esta etapa, los adolescentes pueden mostrarse especialmente sensibles, tener conflictos de identidad o sentirse incomprendidos. Los síntomas pueden incluir aislamiento social prolongado; cambios drásticos en el apetito o el sueño; desmotivación hacia estudios, actividades y metas; conductas de riesgo o impulsivas; o comentarios sobre sentirse inútiles o desesperanzados. Es importante hablar con ellos desde la empatía, sin juzgar.
Tratamiento de la depresión infantil
La depresión infantil es una realidad que puede afectar profundamente a los pequeños, pero lo más importante es saber que tiene tratamiento y que los padres juegan un papel esencial en su recuperación.
El primer paso es buscar la ayuda de un profesional, como un psicólogo o psiquiatra especializado en niños. Ellos evaluarán el caso y propondrán un plan adaptado a las necesidades del pequeño. El tratamiento puede incluir:
1. Terapia psicológica
Las terapias como la cognitivo-conductual son muy efectivas para ayudar a los niños a identificar y gestionar sus emociones. A través de juegos, dibujos o actividades, aprenderán a expresar lo que sienten y encontrar soluciones a sus problemas.
2. Apoyo familiar
Los padres son un pilar fundamental. Crear un ambiente lleno de amor, comprensión y paciencia ayuda a que el niño se sienta seguro. Escucharles sin juzgar y validar sus emociones les dará la confianza que necesitan.
3. Cambios en el estilo de vida
Una rutina equilibrada con actividades físicas, tiempo al aire libre y una dieta saludable puede marcar una gran diferencia en su bienestar emocional.
Recuerda: tu hijo no está solo, y con el apoyo adecuado, puede superar esta etapa difícil. Tu amor y tu compromiso serán su mayor fortaleza.
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Bibliografía
- Del Barrio Gándara, M. V. (2010). La depresión infantil a la altura de nuestro tiempo. Informació psicològica, (Extra 100), 49–59. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3642738
- Segovia Morán, M., & Rebollo-Roldán, J. (2000). La depresión infantil en el niño (0-5 años) y su repercusión en el desarrollo psicomotor. Cuestiones de fisioterapia: Revista universitaria de información e investigación en fisioterapia, 15(15), 54–59. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6803052