Enfermedades infantiles derivadas de un déficit de vitamina D
Por qué es tan importante esta vitamina para la salud de los niños y en qué alimentos podemos encontrarla
- Por qué es tan importante la vitamina D para los niños, embarazadas y adultos
- ¿Cómo obtenemos vitamina D?
- Enfermedades en niños derivadas de una falta de vitamina D
- Recomendaciones para evitar el déficit de vitamina D
La vitamina D es clave para el correcto crecimiento de los niños y su falta puede derivar en problemas para la salud ósea de los niños. Se obtienen principalmente a través de sol, pero la alimentación también puede ser una fuente de vitamina D. ¿Qué ocurre cuando no se toma la suficiente vitamina D? ¿Qué enfermedades infantiles se derivan un déficit de vitamina D?
Por qué es tan importante la vitamina D para los niños, embarazadas y adultos
Las vitaminas son moléculas que el cuerpo no sintetiza y que necesita en pequeñas cantidades para mantener un correcto funcionamiento del organismo. Se dividen en dos grandes grupos: las vitaminas liposolubles, aquellas que pueden disolverse en grasas y aceites, y las vitaminas hidrosolubles que solo se disuelven en agua y se eliminan a través de la orina. La vitamina D pertenece al grupo de las liposolubles. Es una vitamina indispensable para nuestro organismo, involucrada en algunas de las funciones más importantes.
Más allá de intervenir en la absorción y utilización del calcio y el fósforo para mantener los huesos saludables, la vitamina D también está relacionada con la función hormonal, el sistema inmunológico, nervioso y muscular. Algunos estudios también sugieren un posible vínculo con enfermedades como la diabetes, la hipertensión, el cáncer o algunas patologías autoinmunes como la esclerosis múltiple.
¿Cómo obtenemos vitamina D?
La principal fuente de vitamina D es el sol. El 80- 90% de la vitamina D la sintetizamos exponiendo nuestra piel a los rayos solares. La principal recomendación para mantener unos niveles adecuados de vitamina D y evitar su déficit es exponer cara, cuello, brazos y manos al sol durante 15-20 minutos 2-4 veces a la semana, a ser posible al mediodía, cuando el sol está más alto, sin crema solar ni cristales o pantallas de por medio, pero siendo sensatos.
Cuanta más superficie corporal expongamos, mucho mejor. Aumentar ese tiempo de exposición al sol no hará que sinteticemos más vitamina D dado que el cuerpo regula la cantidad que produce y, por contra, puede ocasionar quemaduras, envejecimiento de la piel y/o cáncer de piel.
También podemos obtenerla a través del consumo de alimentos ricos en vitamina D, pero de esta fuente solo obtenemos un 10-20%. Los alimentos con mayor cantidad de vitamina D son:
- Los huevos (en la yema).
- Los pescados azules (salmón, trucha, sardinas, atún, caballa,…) y sus aceites.
- Los lácteos enteros (leche, yogur, queso,…).
- El hígado y algunas setas u hongos.
- También se puede encontrar esta vitamina en alimentos fortificados a los que se les ha añadido: leche, cereales de desayuno, bebidas vegetales, yogures,…
- Otra opción serían los suplementos, siempre bajo supervisión médica. Al tratarse de una vitamina liposoluble, un consumo excesivo de vitamina D en forma de suplementos puede ser perjudicial dado que se acumulará en el organismo.
Enfermedades en niños derivadas de una falta de vitamina D
Posiblemente es una de las vitaminas que mayor déficit presenta en la población debido, por un lado, a la escasa exposición solar, ya que en los meses invernales se ve limitada y se restringe principalmente a los meses de verano, y en un porcentaje menor, a un escaso aporte a través de la alimentación.
La deficiencia de vitamina D está relacionada principalmente con afecciones en los huesos: pérdida de densidad ósea, osteoporosis y fracturas. En los niños, su déficit puede causar raquitismo, enfermedad que afecta a los huesos haciendo que se vuelvan más blandos al no fijarse de manera adecuada el calcio y el fósforo. Para mantener los huesos fuertes, no basta solo con asegurar un correcto aporte de calcio. La vitamina D es la responsable de su fijación en los huesos.
Las necesidades de esta vitamina varían de unas edades a otras, siendo la infancia uno de los grupos que mayores cantidades de esta vitamina necesitará. También es considerado grupo de riesgo las mujeres embarazadas, las mujeres en periodo de lactancia y las personas mayores de 65 años.
Recomendaciones para evitar el déficit de vitamina D
Como consejo general, los niños mayores de 1 año y los adolescentes deben seguir un estilo de vida saludable: una alimentación que incluya alimentos frescos y saludables, ricos en vitamina D o fortificados, además de realizar actividades al aire libre para favorecer la síntesis cutánea de vitamina D.
La leche materna tiene un bajo contenido en vitamina D, por lo que los niños amamantados exclusivamente con ella, no recibirán un aporte suficiente para cubrir sus necesidades. Una correcta exposición al sol para su síntesis o una pequeña suplementación serán necesarios para asegurar el correcto aporte de vitamina D.
Los suplementos, más aún en los recién nacidos, lactantes con leche materna y niños mayores de 1 año, deben ser pautados por un médico, teniendo siempre en cuenta las analíticas, la pigmentación cutánea y la zona geográfica.
También la suplementación es recomendable, como señala el informe 'Datos sobre la vitamina D', realizado por National Institute of Health, 'en niños con ciertos trastornos, como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca, que carecen de un control adecuado de las grasas, porque la vitamina D necesita grasas para su absorción y en personas de piel oscura, porque su piel tiene menor capacidad de producir vitamina D por el sol'.
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