Fiebre y síndrome pulmonar en niños, síntomas del Hantavirus

Existen animalitos en la naturaleza que se ven muy tiernos y dan ganas de convivir con ellos, ese sentimiento es mas fuerte en los niños, sin embargo, algunos suelen ser peligrosos, este es uno de esos casos. Hablamos los roedores y de la fiebre y el síndrome pulmonar en niños provocados por el Hantavirus, el virus que se transmite de estos animales a los humanos.

Enfermedades que causa el Hantavirus

Los Hantavirus son un género de virus que se transmite de roedores (que sirve como reservorio) a humanos (que son afectados por la enfermedad). Su nombre proviene del río Hantan, un río de Corea del Sur, que fue donde se aisló este virus y se presentaron los primeros casos documentados. Puede causar dos tipos de enfermedad:

- Fiebre hemorrágica viral o fiebre hemorrágica con síndrome renal, con mayor distribución en Europa (Alemania, Francia, Bélgica, Holanda y Rusia) y Asia (predominando en China y Corea).

- Síndrome pulmonar por hantavirus caracterizado por fiebre, dificultad para respirar y choque. Esta última es una enfermedad grave, con mayo distribución es América y tiene una mortalidad de 60 a 80%.

Los virus de esta familia que pueden causar la enfermedad grave (pulmonar) se transmite principalmente por roedores de la subfamilia sigmodontinae, ratones de campo, pero se ha identificado transmisión de virus de este género por ratas y otros roedores silvestres.

Las enfermedades asociadas a los Hantavirus afectan principalmente los vasos sanguíneos, causando dilatación y fuga de líquido. En el caso de la enfermedad de tipo fiebre hemorrágica con síndrome renal, la infección puede ser tan leve que no produzca síntomas.

Estos pacientes generalmente se recuperan por completo, en otros casos pueden tener síntomas tan vagos como fiebre dolor muscular, dolor de cabeza y náuseas, los cuales duran en promedio de 2 a 4 días. Posteriormente presentan irritación en la cara, la cual se parece a una quemadura solar, que se cubren de ronchas, las cuales también se pueden presentar en el tórax y espalda.

Algunos pacientes se agravan presentando alteración en la presión arterial con choque que produce insuficiencia renal y puede interrumpirse la producción de orina, por acumulación de líquido (edema) rico en proteínas en la región retroperitoneal que también se acompaña con sangrado en la orina, en las heces y múltiples moretones o sangrado en la nariz o encías, produciendo la muerte entre el 1 y 15% de los pacientes. De los pacientes que sobreviven tardan de 3 semanas a 6 meses en recuperarse.

Cómo se desarrolla esta enfermedad tan peligrosa 

Los principales síntomas se inician dos semanas después del contacto con el virus (contacto con orina o excremento del roedor) y son fiebre, escalofríos, seguido de dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, dolor abdominal, diarrea, vómito, erupción en la piel. Estos síntomas suelen durar de 3 a 4 días.

Si la enfermedad es la de tipo pulmonar se desarrolla fallo pulmonar por acumulación de líquido en los pulmones y disminución de la presión arterial en unas pocas horas, provocando la muerte entre el 50 al 75% de los afectados. Las personas que sobreviven los primeros 5 días mejoran en un periodo de 2 a 3 semanas.

El diagnóstico es a través de un examen de sangre para identificar el virus, por lo que deberás de acudir a tu doctor quien después de sospechar la causa te pedirá que te realices unos exámenes. El tratamiento es para mejorar los síntomas, oxígeno y aparatos de ventilación mecánica para mejorar la respiración, en caso de que contraigas la variedad pulmonar y diálisis en el caso de la variedad renal.

Recomendaciones para evitar contagiarte de Hantavirus 

En 1996 en Argentina se presentó un brote donde hubo evidencia que hace pensar que hubo transmisión de humanos a humanos, pero ese fenómeno no se ha presentado en otras partes del mudo. Existen más de 30 Hantavirus en el mundo, en América se han aislado 20 desde Canadá hasta la Patagonia.

El control de la enfermedad es evitando la presencia de roedores salvajes en áreas urbanas y evitar al máximo el contacto con roedores en áreas rurales, usando medidas de protección para ojos, nariz, boca y heridas.

Debido a que la transmisión de la enfermedad es por el contacto con saliva, excremento, orina de los roedores o por mordeduras, se recomienda usar protección al limpiar lugares donde se sospecha que hay o ha habido presencia de roedores. Usar guantes y también cubre bocas, ya que el excremento pulverizado puede ser el medio de contagio.  

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