No rotundo al tabaco - Fumar en el embarazo, lactancia o ante los niños

Todos sabemos que el riesgo de cáncer y de sufrir otro tipo de enfermedades aumenta cuando decidimos fumar tabaco. Sabemos el perjuicio que nos hacemos a nosotros mismos (aunque a veces preferimos ignorarlo y seguir comprando cigarros), pero no siempre somos tan conscientes del daño que hacemos a la gente que nos rodea, en especial, a nuestros hijos; al fumar durante el embarazo, durante la lactancia o delante de ellos cuando son bebés o niños algo mayores, les convertimos en fumadores pasivos.

Por eso, en Guiainfantil.com decimos un no rotundo al tabaco. ¿Sabías que casi la mitad de los niños respiran humo? Las cifras dan miedo: 65 mil pequeños mueren cada año por enfermedades asociadas con el tabaco.

Peligros de fumar en el embarazo para el bebé y la mamá

Fumar durante el embarazo puede poner en riesgo al bebé que está creciendo en la barriga y a la mujer embarazada. Dadas todas las posibles complicaciones, los médicos recomienda dejar de fumar antes de intentar quedarse embarazada. De hecho, los fumadores (tantos hombres como mujeres) tienen más probabilidad de encontrar dificultades a la hora de lograr el embarazo.

Para conocer más sobre los peligrosos efectos del tabaco en el bebé durante la gestación, acudimos a la guía de la Sociedad Torácica Americana y a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

- Al fumar, la embarazada pasa al bebé las aproximadamente siete mil sustancias tóxicas y cancerígenas que los cigarrillos contienen.

- La salud de los pequeños se resiente por los compuestos del tabaco, ya que son más propensos a sufrir distintas enfermedades. El índice de mortalidad infantil en hijos de embarazadas fumadoras es mayor.

- El consumo de tabaco está relacionado con el nacimiento de bebés prematuros o de bajo peso.

- Incluso aunque el embarazo llegue a término, los bebés de embarazadas fumadoras tienden a ser más pequeños, ya que su crecimiento dentro de la barriga se ve frenado.

- Diversos estudios han demostrado asociaciones entre el tabaquismo materno y una reducción de las capacidades psicomotoras infantiles, así como problemas de conducta en el niño.

- También existe una mayor probabilidad de malformaciones en el embarazo. El tabaco puede dañar el aparato respiratorio y el cerebro del bebé causando perjuicios, incluso, más allá de la primera infancia. Los expertos también hablan del labio o paladar hendido que dificultaría la alimentación del bebé una vez naciera.

- Además, no podemos pasar por alto que una embarazada que fuma tiene mayor posibilidad de tener un aborto espontáneo o de sufrir diferentes complicaciones a lo largo de la gestación, tales como la placenta previa.

Riesgos del tabaco en la lactancia materna y el cuidado del bebé

El tabaco sigue afectando al bebé, provocando graves riesgos para su salud, una vez que ha nacido. Para conocer más sobre el gran perjuicio de fumar durante la lactancia materna y durante los cuidados generales del bebé, acudimos a e-lactancia, un recurso de IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacional y la Lactancia de la OMS y UNICEF).

- En primer lugar, es importante destacar que el simple hecho de que la madre fume (y todos los factores sociales que esto supone) aumenta la posibilidad de que no se opte por la lactancia materna como método de alimentación del bebé. Sin embargo, la mejor recomendación es solicitar apoyo profesional para que esta madre lactante deje de fumar y así garantizar una lactancia materna exitosa.

- La nicotina del tabaco y otras de las sustancias más perjudiciales que contiene (mercurio, plomo, cotinina, etc.) pasan a la leche materna. Está descrito que una mujer fumadora tiene mayores niveles de nicotina en la leche materna (casi el doble) que los presentados en la sangre.

- Fumar durante la lactancia materna puede causar que haya menor producción de leche materna.

- Por otro lado, los estudios indican que estos bebés tienen más probabilidad de obesidad en el futuro, si bien son de menor talla.

- Cuando un bebé recién nacido se expone al humo de los cigarros, tiene mayor probabilidad de sufrir del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.

Aunque e-lactancia cataloga el tabaco como riesgo alto para la lactancia y, por tanto, se desaconseja por completo durante la lactancia, también se puntualiza que no es una contraindicación a la hora de dar el pecho. De hecho, todos los riesgos para el bebé, por el hecho de crecer en una casa en la que el humo del tabaco está presente, son mayores cuando el bebé se alimenta con leche artificial.

No se recomienda el colecho en la misma cama si el padre o la madre fuma.

Por qué nunca debes fumar delante de los niños

Los padres tenemos la posibilidad de escoger la calidad del aire que nuestros hijos respiran dentro de casa. Es importante destacar que los niños presentan aún un sistema respiratorio en desarrollo, y este no estará maduro hasta los 8 años. Cuando los pequeños están expuestos al humo de los cigarros y sus perjudiciales partículas, se ven afectados negativamente.

- Debido al humo que respiran, la función pulmonar de los niños se ve afectada. De ahí que tengan mayor probabilidad de sufrir enfermedades respiratorias como el asma. Igual que les ocurre a los bebés lactantes que crecen en entornos en los que hay humo de tabaco, los niños de más edad tienen más riesgo de padecer infecciones respiratorias, entre las que se incluye la bronquiolitis o neumonía, episodios más frecuentes de asma, etc.

- También se relaciona con mayor índice de otitis media y más ingresos en el hospital por este tipo de afecciones.

- Cuando los niños se exponen al tabaco, tienen más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Incluso, se indica que el tabaquismo intenso durante la gestación y mientras se da el pecho está relacionado con mayor riesgo de leucemia infantil.

- Un niño con exposición frecuente al tabaco tiene más probabilidades de tener alergias e, incluso, asma.

- Se han asociado también un mayor riesgo de presentar neoplasias benignas a largo plazo.

- Además, los niños que nacen en un entorno en el que se fuma, tienen más posibilidades de convertirse en fumadores, ya que han normalizado dicho hábito.

Adicción a los cigarros en la adolescencia - ¿Qué hacemos los padres?

La adolescencia es una etapa en la que nuestros hijos está forjando su identidad como sujetos separados de sus padres. En este momento las amistades ejercen una gran influencia en nuestros adolescentes (a veces más que nosotros mismos, aunque no nos guste admitirlo); ellos buscan aprobación de sus pares así como de descubrir sus propios límites. Todo ello puede llevar al adolescente a tener conductas que desafíen las normas establecidas en casa.

Esto lleva a algunos adolescentes a probar el tabaco. De hecho, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, la mayoría de los adultos que consumen tabaco empezaron a hacerlo durante la adolescencia. Y, cuanto más pronto se prueben los cigarros, más dependencia generan y más complicado es cambiar los hábitos. La psicóloga Sara Tarrés nos ha contado algunas cuestiones a tener en cuenta sobre el tabaco en la adolescencia:

- Es más útil convencer que prohibir; es mejor pactar que imponer. Cada familia podrá negociar qué estima válido para sus hijos: política de tabaco 0, dónde fumar, cuándo hacerlo...

- Revisa los hábitos que tienes en casa, ya que el ejemplo de los padres desde la infancia es la referencia de los hijos para construir su relación con esta sustancia, así como otros tantos hábitos.

- Habla con tus hijos adolescentes (con paciencia y sin sermones) sobre los riesgos de fumar y trata de descubrir por qué comenzó a hacerlo. Escucha lo que tenga que decirte (incluso aunque no te gusten sus respuestas) y trata de ofrecerle argumentos que sean válidos también para él: el gasto que supone al mes la compra de cigarrillos, el mal aliento que provoca o el mal olor de la ropa.

- Ofréceles un entorno social adecuado y apoyo profesional para acompañarles a la hora de dejar de fumar.

El 31 de mayo es el Día Mundial Sin Tabaco

La Organización Mundial de la Salud, a través de la Asamblea Mundial de la Salud, estableció en el año 1987 que cada 31 de mayo tendría lugar el Día Mundial Sin Tabaco. Se trata de una jornada en la que se quiere poner en relieve lo perjudicial que resulta fumar para la salud de la población mundial. Denominada por la OMS como 'la epidemia del tabaquismo', los efectos de fumar cigarrillos siguen afectando a aquellos que lo consumen y a los fumadores pasivos.

Al tratarse de una epidemia prevenible, es esencial que se fomente la salud entre los adultos. Sin embargo, igual o más importante es enseñar a los niños que la vida sin humos resulta más compatible con el bienestar físico y, por tanto, establecer desde la infancia todos estos buenos hábitos.

Desde Guiainfantil.com aprovechamos cada 31 de mayo para seguir concienciando sobre los efectos letales del tabaco y el terrible modo en el que afecta a los más pequeños de la casa.

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