Qué pueden comer los niños después de una operación de apendicitis
Señales que indican que el niño sufren esta enfermedad del aparato digestivo
- Qué es la apendicitis
- Señales más frecuentes de apendicitis
- Alimentos recomendamos tras una operación de apendicitis
La apendicitis es una enfermedad que no se puede prevenir y que ningún niño está a salvo de padecerla. Conocer las causas que la producen, las señales que nos puedes alertar de un bloqueo del apéndice y, a su vez, cómo es la recuperación de los niños es vital. Estos son los alimentos que pueden comer los niños después de una operación de apendicitis.
Qué es la apendicitis
El apéndice es un órgano pequeño y de función desconocida que está ubicado en la parte inferior derecha del abdomen. El apéndice tiene forma de tubo, de alrededor de 6-8 cm de longitud y se encuentra unido a la primera parte del intestino grueso, justo en la parte que lo une con el intestino delgado.
La apendicitis es causada por un bloqueo en el interior del apéndice, aunque lamentablemente se desconocen las causas concretas que pueden crear este bloqueo. Algunas de las teorías sugieren que, al ser una parte del intestino, el apéndice se puede obstruir con materia fecal, lo cual permite un desequilibrio microbiano y un sobrecrecimiento de bacterias que afectan directamente al sistema inmune, produciendo inflamación.
Además, este bloqueo provoca un aumento de la presión y problemas con el flujo de la sangre en la zona. Si el bloqueo no se trata y no se desobstruye, el apéndice puede romperse y diseminar la infección hacia el abdomen, produciendo una afección, conocida como peritonitis, que reviste más gravedad que la propia apendicitis.
Señales más frecuentes de apendicitis
El dolor abdominal es el síntoma más común de apendicitis, comenzando en la zona del ombligo y desviándose gradualmente hacia la zona inferior derecha del abdomen, justo donde se encuentra el apéndice.
Además de este dolor, que va en aumento y que dificulta la palpación del abdomen, el paciente puede experimentar pérdida de apetito, vómitos, diarrea, fiebre no muy elevada y malestar general, síntomas que son fácilmente confundidos con los de una gastroenteritis, pero que, si van acompañados de dolor localizado en el cuadrante inferior derecho del abdomen, pueden indicar claramente la necesidad de descartar una apendicitis.
La apendicitis se considera una urgencia médica que se resuelve, en la práctica totalidad de los casos, con la extirpación del apéndice antes de que la infección vaya a más, ya que, hasta el momento, no se ha observado que su extirpación tenga consecuencias aparentes para el enfermo. En la actualidad, la cirugía de extirpación del apéndice o apendectomía se realiza en la gran mayoría de los pacientes de manera laparoscópica, que requiere incisiones de menor tamaño que una apendectomía abierta.
Según la revisión publicada en la Biblioteca Cochrane, las ventajas principales de la apendectomía laparoscópica sobre la cirugía abierta son la reducción del riesgo de infección en la herida, del dolor post-operatorio y de la estancia hospitalaria, que aseguran un retorno más rápido a las actividades normales, algo trascendental sobre todo en los más pequeños, que suelen sobrellevar las enfermedades (y la limitación de movimiento) con dificultad.
Alimentos recomendamos tras una operación de apendicitis
Tras la cirugía, el niño puede encontrarse débil y cansado durante varios días, sobre todo porque el abdomen puede aún estar inflamado y dolorido. Adicionalmente, el niño puede tener gases y estreñimiento, que pueden agravarse por el miedo al tener aún las incisiones de la operación aun recientes.
Aunque el niño puede regresar a su dieta habitual, lentamente, una vez ha vuelto a casa del hospital, es conveniente tener en cuenta su estado general para recomendar una dieta apropiada, y continuar con una dieta blanda si el niño experimenta náuseas o dolor.
- Cremas, caldos y sopas, arroz y pasta, yogur, leche y alimentos que requieran poco esfuerzo digestivo son ideales para empezar.
- Sin embargo, es muy recomendable que la transición sea breve y la dieta del niño evolucione hacia su dieta normal, escogiendo alimentos ricos en carbohidratos complejos y fibra, como los arroces y pastas integrales en los platos principales.
- También deben incluirse una variedad de frutas y verduras, que permitan al niño obtener vitaminas y minerales, además de asegurar un buen aporte de fibra que facilite la evacuación de las heces.
- Como fuentes proteicas son recomendables el pollo y el pescado, además de las legumbres, preferiblemente combinadas con cereales para mejorar la calidad de su proteína.
- En cuanto a la bebida, el agua es nuestro gran aliado, y debe consumirse en abundancia, ya que tras la apendicitis el niño puede deshidratarse con más facilidad.
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