Guía muy completa para entender qué es el TDAH en niños y su tratamiento

Cada vez se oye más hablar del TDAH en niños, sin embargo, sigue habiendo mucho desconocimiento sobre esta condición. Como consecuencia los niños que la sufren, pero también sus padres, se enfrentan a comentarios fuera de lugar y a la escasa empatía de mucha gente que, por ignorancia, les clasifica como niños muy distraídos, muy rebeldes o que se portan muy mal. Por eso, en Guiainfantil.com hemos elaborado una guía muy completa para entender qué es el TDAH en niños y sus diferentes tratamientos. Pero vamos paso a paso.

Empezamos: qué es el TDAH en niños

El TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) es una condición que se da por una inmadurez neurológica que afecta el lóbulo frontal. Este es el que regula las funciones ejecutivas, es decir la habilidad de comenzar, organizar y completar tareas, así como la de auto-monitoreo y auto-regulación entre otras.

Por lo menos dos de los tres aspectos mencionados a continuación, se presentan en esta condición y son:

- Inatención
Incapacidad para mantener la atención de forma sostenida durante el tiempo esperado según la edad. Se distraen fácilmente con cualquier estímulo a su alrededor. Este factor hace que frecuentemente pierdan sus cosas, tengan un desorden en sus cuadernos, olviden cosas, presenten bajo rendimiento escolar, etc.

- Hiperactividad
Los niños con hiperactividad se mueven continuamente sin un propósito claro, van de un lado a otro pudiendo iniciar una tarea que abandonan rápidamente para comenzar otra y así continuar. Hay muchos niños cuya hiperactividad afecta de forma muy importante a sus relaciones sociales, ya que se vuelven incómodos para quienes los rodean y por esta misma razón los demás niños o incluso adultos pueden alejarse o mostrar rechazo abiertamente. En lo personal me parece que este es uno de los problemas más complejos que enfrenta un niño con TDAH.

- Impulsividad
Los niños impulsivos presentan una incapacidad importante para anticiparse a las consecuencias de sus acciones, no miden el peligro, les cuesta mucho esperar su turno y pueden llegar a mostrarse poco tolerantes e incluso agresivos bajo ciertas situaciones.

Además, teniendo en cuenta estos tres aspectos, existen tres clasificaciones para el TDAH:

• Predominantemente distraído. La mayoría de los síntomas están relacionados con la falta de atención.
• Predominantemente hiperactivo-impulsivo. La mayoría de los síntomas están relacionados con la hiperactividad y la impulsividad.
• Combinado. Es una combinación de los síntomas de falta de atención y los síntomas hiperactivos e impulsivos.

Cómo se hace el diagnóstico de este trastorno

Normalmente el TDAH empieza a hacerse evidente en los primeros años de la primaria; hay pequeñitos que desde el kínder empiezan a mostrar señales importantes de inatención y/o hiperactividad, pero es hasta después de los seis años que es aconsejable buscar apoyo profesional para confirmar o no el diagnóstico. En este sentido hay colegios que presionan mucho a los padres para hacerlo en edad muy temprana, mi consejo es por lo menos esperar a los seis años.

Casi siempre el colegio es la instancia que sugiere a los padres que puede existir un problema a este nivel sin embargo a veces son los mismos padres quienes especialmente cuando tienen otros hijos, notan que algo no marcha bien.

A pesar de que hay muchos especialistas que sugieren que el diagnóstico de TDAH es puramente clínico, es decir, va a depender de las conductas reportadas por padres y maestros; desde mi perspectiva el camino ideal para llegar a un diagnóstico es el siguiente: un psicólogo puede aplicar una serie de cuestionarios a los padres y a los maestros y trabajar con el niño para determinar la probabilidad de que exista o no un TDAH y en base a estos resultados referir a un neurólogo o psiquiatra quien deberá confirmar el diagnóstico definitivo.

Ante un diagnóstico de TDAH es importante que los padres no caigan en pánico; normalmente tener la respuesta a una serie de conductas que afectan el desempeño integral de su hijo es un gran primer paso, siempre y cuando el diagnóstico esté dado por un profesional.

¿Qué tratamientos para el TDAH se aplican?

Normalmente, se sugiere a los padres iniciar con un tratamiento psicológico (terapia cognitivo-conductual) por un periodo de seis meses para observar la evolución, especialmente si:

- El TDAH no tiene un impacto determinante en la vida del niño.

- Existe discrepancia en cuanto a la severidad de los síntomas apreciados en casa y colegio.

- El diagnóstico de TDAH no es claro.

- Los padres no están de acuerdo con el tratamiento farmacológico.

En el caso de que la sola terapia psicológica no esté logrando una evolución favorable, el mejor tratamiento sugerido es el multi-modal o combinado que requiere varios enfoques y varios profesionales implicados en el tratamiento para trabajar simultáneamente en los síntomas y en los obstáculos que les toca enfrentar a los niños en los diferentes ambientes en que se desenvuelven. Básicamente consta de:

1. Tratamiento psicológico
Una de las terapias que mejores resultados dan es la cognitivo-conductual, destinada a brindarle al niño estrategias de auto-regulación y auto-monitoreo para que logren alargar sus periodos de atención, organizarse y mejorar su comportamiento.

2. Tratamiento farmacológico
Considerado uno de los métodos más efectivos para reducir los síntomas nucleares del TDAH (Inatención, hiperactividad e impulsividad) en un gran porcentaje de los casos severos.

3. Tratamiento psicoeducativo
Diseñado para enseñar a los padres y maestros en qué consiste esta condición y en darles herramientas para apoyar al niño especialmente en el desarrollo de las funciones ejecutivas: iniciar una tarea, planificación, organización, etc. Combinar un tratamiento farmacológico adecuado con un trabajo colaborativo casa-terapia-escuela ha probado ser una de las mejores formas de contribuir a lograr una mejoría integral en el niño.

El miedo de los padres ante la medicación

Este siempre será un tema de controversia entre quienes defienden y los que rechazan este tipo de intervención.

A ningún padre le gusta escuchar que su hijo debe tomar medicinas para ayudarlo a funcionar adecuadamente; sin embargo, si se tratara de un medicamento para cualquier otra condición médica, las reacciones nunca serían tan cuestionadas. Es cierto que en ocasiones estos medicamentos pueden provocar reacciones secundarias o tardar en dar los resultados esperados; sin embargo, hoy por hoy hay muchas opciones y aunque no es un proceso fácil y puede llevarse tiempo el que el especialista encuentre la dosis exacta, (es como un zapato a la medida) al final el resultado en muchos casos vale la pena.

El punto aquí es que cuando ya se han probado varias alternativas sin resultados y el TDAH interfiere de forma importante con el desempeño integral de un niño y por ende con su calidad de vida, es una alternativa perfectamente válida y que en muchos casos logra cambios evidentes y mejora de forma dramática el diario vivir de un niño. Normalmente estos cambios no solo se presentan a nivel atencional o conductual sino en el ambiente y en la respuesta social de los demás hacia él; esto invariablemente ayudará a mejorar su autoestima, su seguridad y su grado de satisfacción ante la vida.

Hoy por hoy hay muchas alternativas de intervención y apoyo para los padres y los niños con TDAH. Si tu hijo se encuentra en esta situación no dudes en buscar un tratamiento integral e incluir al colegio; hay muchos niños con esta condición llevando un ritmo de vida perfectamente normal. Además, recuerda que es indispensable hacerles sentir queridos y aceptados en todo momento para que se vean así mismos como niños capaces de lograr todo lo que se propongan.

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