Mi hijo tiene TDAH y no sé cómo le puedo ayudar
Consejos para padres de niños con Trastorno por Déficit de Atención y/o Hiperactividad
- El TDAH en los niños, ¿en qué consiste?
- Cómo ayudar a un niño con TDAH
Una vez un baterista muy connotado en una entrevista se le pregunto cómo descubrió su talento, entonces relató a la audiencia que era un niño con TDAH. Durante su infancia, fue diagnosticado con síndrome de Déficit de Atención e Hiperactividad. Sin saber cómo ayudarle ni entender qué sucedía, todos los adultos continuamente lo reprendían por sus constantes movimientos con las manos. Entonces ocurrió que un profesor pudo canalizar esa energía y lo invito a clases de batería. Fue así como pudo orientar su síndrome hacia la música.
El TDAH en los niños, ¿en qué consiste?
Esta maravillosa historia de este célebre baterista lleva a la siguiente reflexión: aunque el cerebro de los niños y adultos que padecen este síndrome es distinto tiene exactamente la misma capacidad de aprendizaje, sin embargo, se necesita de factores ambientales determinados para enfrentar de mejor manera este trastorno.
El Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad es una condición neurobiológica, que se caracteriza por tres grandes síntomas:
- Desatención: reducida capacidad de concentrarse o focalizarse en un objetivo.
- Hiperactividad: es común ver al niño moviéndose.
- Impulsividad: incapacidad de controlar sus impulsos.
Según las estadísticas internacionales, 1 de cada 10 niños o jóvenes en el mundo está siendo diagnosticado hoy con un trastorno que le impide aprender de manera normal si no es con medicamentos. Las cifras son alarmantes dado los efectos secundarias que tienen los medicamentos asociados a este síndrome y que muchas veces resultan más graves que la condición inicial del niño.
Entonces la pregunta es: ¿qué estrategias podrían ayudar a atenuar esta condición que, dado que es neurobiológica, acompañará al niño durante toda su vida?
Cómo ayudar a un niño con TDAH
Estas son algunas de las claves que los padres con niños con TDAH deben tener en cuenta.
1. Límites claros hacen que un niño se sienta más feliz y seguro
Se refiere a entregar pautas especificas en cuanto a los hábitos y rutinas cotidianas. Aquello funciona también en lo que se refiere al uso del tiempo libre, puesto que estos niños necesitan una dirección en cuanto a la noción de temporalidad. Muchas veces al no tener un pensamiento convergente, es decir enfocado a una meta, lo utilizan de forma ineficiente distrayéndose de la tarea que deben realizar.
2. Auto-control
Los adultos o cuidadores deben fomentar el aprendizaje de la autorregulación o auto control. Para ello es imprescindible ayudar a estos niños a pensar sobre su conducta, a través de preguntas directivas, como por ejemplo: ¿Por qué crees que está llorando tu hermano? ¿Parece que estás un poco agitado? etc. La idea es que el niño sea capaz de comprender que su impulsividad a veces afecta a su entorno.
3. Manejo de las emociones
Por lo general, los niños con este síndrome tienen dificultades para gestionar sus emociones de forma positiva, en especial las relacionadas con la frustración y enojo. Entonces se les puede enseñar a leer las señales corporales de su frustración, para poder desplegar dispositivos de calma como la respiración, ejercicios de imaginería o el salir de la situación que lo intranquiliza o enoja.
4. Motivación
Ninguna tarea será posible si no hay una fuerza de voluntad que movilice al niño. Si él no desea realmente generar un cambio y girar toda su fuerza en orientar su propia energía, ninguna estrategia será realmente ejecutada. Para lograrlo, lo aconsejable es hacer parte de esta meta al niño, que sienta una real necesidad de moverse a ese objetivo, que sí puede lograrlo y que al alcanzarlo su desarrollo le atraerá paz y tranquilidad. Por ejemplo, puedes crear algún cuento o personajes ficticios que puedan servir de modelos de inspiración.
5. Objetivos a corto plazo y refuerzo
Proponer objetivos a corto plazo y reforzarles cuando los cumplen. En caso de que no lleguen a las metas, es necesario poder acogerlos y entender el porqué no lo hicieron, para luego construir un nuevo plan de acción para llegar al objetivo.
6. Anticipar la rutina
De esta manera se propicia que los niños puedan prepararse mental, física y emocionalmente para disponerse a la realización de la siguiente actividad. Por ejemplo, podemos decirles: 'En 5 minutos más te toca lavado de dientes', a continuación, podemos ir repitiendo 'te falta 4 minutos', 'te faltan dos minutos'... así hasta llegar a la ejecución de la tarea.
Lo importante es aprender a no perder nunca la paciencia con estos niños, por el contrario, necesitan de adultos que los guíen y fomenten sus habilidades. Sin lugar a dudas estos niños tienen capacidades creativas mucho más desarrolladas que otros como producto de su pensamiento divergente, el cual les permite focalizarse en varios puntos a la vez. Sin embargo, necesitan un adulto que logre encauzar estas habilidades y que sepa conectar con su propio universo.
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