La propiocepción infantil - El control y la coordinación de los movimientos de los niños
Por qué es tan importante que estimulemos y motivemos a los niños para que aprendan a controlar y a coordinar su cuerpo
- La propiocepción y cómo estimular la coordinación de los niños
- Cómo identificar a un niño con dificultades de propiocepción
- Cómo trabajar y favorecer la propiocepción en los niños
La propiocepción es el sentido mediante el cual podemos conocer la ubicación de cada una de las partes de nuestro cuerpo en el espacio, aunque no seamos capaces de verlas. La propiocepción interviene en acciones tan importantes como el control y coordinación de los movimientos, el equilibrio, el ajuste automático de las posturas, las funciones manuales, la medición de la fuerza de contracción necesaria para coger objetos, el mantenimiento del nivel de alerta del sistema nervioso y su influencia en el comportamiento.
La propiocepción y cómo estimular la coordinación de los niños
La propiocepción también interviene en los movimientos orofaciales y en los músculos del cuello, que intervienen tanto en la fonación como en el procesamiento de los alimentos, pudiendo afectar la deglución, el habla, la respiración y la masticación, lo que puede dar lugar a problemas dentarios.
Somos capaces de realizar los ajustes necesarios en cada gesto, gracias a la acción de unos receptores denominados propioceptores, que encontramos en las articulaciones, músculos, tendones, y en el oído. Éstos responden a los estímulos de tracción y de compresión y envían información al cerebro constantemente para poder realizar los movimientos de la forma más precisa.
Cómo identificar a un niño con dificultades de propiocepción
La propiocepción se pierde con las lesiones y las inmovilizaciones. Si no tenemos una buena propiocepción, habrá más riesgo de lesión y podemos encontrarnos con problemas del procesamiento sensorial que son frecuentes en niños. Aquí tenemos algunos signos que pueden indicar que el niño tiene un problema en su sistema propioceptivo:
- Hacen demasiada presión cuando cogen un lápiz llegando a veces a romper un folio porque aprietan demasiado
- Pueden hacer daño a los demás o a algo sin querer ya que no calculan bien la fuerza que ejercen
- Son más torpes que los demás niños
- Cuando están sentados no dejan de mover las piernas
- Se caen más y con más facilidad. Se chocan con todo lo que encuentran en su camino
- Son más lentos
- Son más rígidos o muy blanditos
- A veces necesitan estímulos para calmarse como chuparse el dedo o morder algo
- Se mueven constantemente. Prefieren actividades como arrastrarse, saltar, tirar y empujar, dar golpes a los juguetes u otras cosas
- Les gusta vestirse con ropas muy ajustadas y prefieren que lo arropen con mantas que pesan
- Abrazan y hacen cariño con demasiada fuerza
Esas señales también pueden ser consideradas síntomas de otros trastornos. Muchos de los denominados 'hiperactivos' tienen este tipo de disfunción. Están todo el rato moviéndose porque su sistema lo necesita.
Cómo trabajar y favorecer la propiocepción en los niños
En muchos de estos casos los niños presentan activos reflejos, que ya deberían haber desaparecido según su edad. El fisioterapeuta especialista trabajará sobre éstos integrándolos permitiendo así un mejor desarrollo. Los fisioterapeutas trabajan la propiocepción realizando ejercicios que estimulan la presión, la coordinación, el peso y el equilibrio, como por ejemplo:
- Ponerles en el colegio una silla con un pedal incorporado para que puedan canalizar su energía y poder prestar más atención.
- Poner las mochilas a la espalda del niño o pedirle que mueva o empuje cosas, carritos, muebles que pesen pueden implicar a un gran esfuerzo muscular que él necesita.
- Realizar juegos rápidos de equilibrio y coordinación antes de clase…
- Enseñar a los niños a masajearse con fuerza y a hacer una actividad de relajación con los ojos cerrados pueden ayudar a los niños a enfocar su atención en cada parte de su cuerpo.
- Jugar a lanzar pelotas, a saltar a la pata coja, colgarse, a arrastrarse, girar, hacer flexiones y a empujar cosas.
- Juegos sencillos como hacer pompas de jabón, llenar globos, caminar hacia atrás... pueden ayudar a trabajar la propiocepción de los niños.
- Proponer actividades que lleven a los niños a usar sus manos como jugar con plastilina o arcilla moldeando figuras, pintar con los dedos, hacer túneles con cajas de cartón, son muy recomendables.
- Subir y bajar por planos inclinados, escaleras, hacer circuitos con obstáculos. Las piscinas de bolas son ideales para realizar estas actividades.
- Las actividades en el agua son aconsejables también. Nadar relaja y fortalece a la vez.
Para realizar estas y otras actividades visando trabajar la propioconcepción, se puede utilizar materiales como churros de gomaespuma, tacos de yoga, bancos, balones o pelotas, bosus, tablas, elásticos, patinetes, colchonetas, plastilinas, materiales reciclados, etc. A partir de ahí, todo será más divertido si nos dejamos llevar por la imaginación.
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