La obesidad infantil - Impacto y riesgo del sobrepeso para los niños
La OMS considera la obesidad como una pandemia mundial (y cada vez afecta a más niños)
- ¿Qué es la obesidad infantil?
- Cuando los niños tienen sobrepeso o son obesos
- Cuáles son las causas detrás de la obesidad en los niños
- Consecuencias de la obesidad y el sobrepeso en bebés y niños
- Cómo prevenir la obesidad infantil - Alimentación y actividad física
- ¿Hay que poner a dieta a un niño obeso?
- Cómo favorecer un estilo de vida saludable en la familia
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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han alcanzado la condición de pandemia a nivel mundial. Las cifras asustan; según los últimos datos de esta organización, desde 1975 la obesidad casi se ha triplicado a nivel global. Alrededor de 41 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso u obesidad infantil y, a partir de esta edad (de 5 a 19 años), la cifra se eleva a 340 niños y adolescentes obesos. A continuación, aprendemos más sobre las causas, consecuencias y formas de prevenir la obesidad infantil.
¿Qué es la obesidad infantil?
Se considera el sobrepeso y la obesidad a la acumulación anormal o excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo, y que se puede percibir por el aumento del peso corporal cuando alcanza el 20 por ciento o más del peso ideal según su edad y sexo. Esta gran cantidad de grasa corporal en los bebés y los niños, resulta perjudicial para su salud en el presente y es posible que arrastre sus consecuencias en la edad adulta.
A la hora de hablar de obesidad infantil, la Organización Mundial de la Salud diferencia entre los niños menores de 5 años y los mayores de esta edad.
- Obesidad infantil en bebés y niños menores de 5 años
Para hablar de sobrepeso en los bebés, debemos considerar que hay más de dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida por la OMS, en lo que se refiere al peso para la estatura.
Se considera obesidad infantil cuando hay tres o más desviaciones típicas en el peso y la altura establecido por la OMS.
- La obesidad y sobrepeso en niños y adolescentes de 5 a 19 años
Para niños mayores de 5 años, la OMS recomienda basarse en el Índice de Masa Corporal (igual que en el caso de los adultos). El IMC es un indicador que tiene en cuenta la relación entre el peso y la altura. Para calcularlo, debemos dividir el peso del niño (en kilogramos) por el cuadrado de su talla (en metros). Es decir, la fórmula del IMC es kg/m2.
En este sentido, se considera que un niño tiene sobrepeso cuando su IMC para su edad tiene más de una desviación típica a partir de los patrones de crecimiento de la OMS. En el caso de la obesidad, se tienen en cuenta más de dos desviaciones.
La obesidad es una enfermedad grave (pero se puede prevenir) que, si no se le pone solución, con el paso del tiempo puede derivar en problemas de autoestima y de salud, ya que las personas que tienen sobrepeso tienen más riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes y enfermedades respiratorias.
Cuando los niños tienen sobrepeso o son obesos
Para muchas familias, el tener un hijo gordito, mofletudo, y lleno de pliegues es todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte y lleno de salud. Pero los expertos en nutrición infantil no piensan igual. Y van a más: el sobrepreso y la obesidad son un grave perjuicio para la salud infantil. Lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado. Lo que interesa es que el niño esté sano. Y es ahí donde queríamos llegar.
Tanto en Europa como en Estados Unidos y Latinoamérica, desde los años setenta hasta hoy, la incidencia de la obesidad infantil casi se ha triplicado. México es uno de los países que más destacan en cuanto a cifras de obesidad infantil a nivel mundial.
De la misma forma, España se ha convertido en uno de los países de la Unión Europea con mayor número de niños con problemas de sobrepeso, presentando un cuadro de obesidad en un alto porcentaje entre menores de 6 a 12 años de edad. Como muestra, los datos ofrecidos por el estudio Aladino 2019 sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España: el 40,6 por ciento de los niños de entre 6 y 9 años presentan sobrepeso u obesidad.
Las cifras son alarmantes, por lo que la OMS ha puesto en marcha distintas iniciativas y estrategias a nivel global para acabar con la obesidad tanto en la población adulta como en los niños. Y es que se puede prevenir. Para concienciar a los padres de la necesidad de enseñar buenos hábitos a los niños, a continuación conocemos más sobre las causas, prevenciones y consecuencias de la obesidad infantil.
Cuáles son las causas detrás de la obesidad en los niños
Los erróneos hábitos alimentarios son la principal causa de la obesidad o el sobrepeso infantil. Pero no es la única razón. Los hábitos de vida sedentarios o poco activos también tienen mucho peso. El hecho de que los niños pasen muchas horas sentados frente a la pantalla de la televisión, la tableta, el ordenador o el celular también favorece la acumulación de grasa de su organismo.
A ello tenemos que unir otras causas como los factores genéticos, ante unos padres obesos hay más riesgo de que los hijos desarrollen la misma tendencia, factores socioculturales, ya que en muchas ocasiones se asocia a un bajo nivel de ingresos o una escasa concienciación sobre cuáles son los hábitos nutricionales correctos; así como debido a la ingesta de ciertos medicamentos indicados para el tratamiento de enfermedades y que como efectos secundarios tiene la retención de líquidos y el aumento de peso.
El sobrepeso, sobre todo en la vida adulta, aunque también puede darse en la infancia, puede estar ligado a trastornos de ansiedad y depresión o a cambios bruscos hormonales. En todos estos casos también es necesario consultar con el doctor para preguntarle cómo debemos actuar a fin de cuidar la salud de los niños lo máximo posible.
Consecuencias de la obesidad y el sobrepeso en bebés y niños
Como comentábamos antes, si el sobrepeso y la obesidad se dan en la infancia es muy probable que continúe en la vida adulta. Y es que, si en la familia existe esta tendencia, será muy complicado que los hijos no desarrollen los mismos hábitos ahora y el día de mañana, salvo que pongamos medidas a tiempo para corregirlo. Las consecuencias que se derivan de una mala alimentación son físicas y también mentales:
- Niños y adolescentes con obesidad tienen mayor riesgo de padecer hipertensión, problemas cardiovasculares y respiratorios, diabetes tipo 2 y problemas en las articulaciones. Incluso, la obesidad aumenta el riesgo de sufrir algunos cánceres (mama, hígado, ovarios...).
- El cansancio es notable, desisten enseguida de hacer actividades físicas que impliquen movimiento pues al tener mayor volumen corporal les requieren más esfuerzo.
- Los niños y niñas con sobrepeso presentan un bajo autoconcepto y una pobre autoestima. Tienden a compararse con niños de su edad y a sentirse inferiores, lo que en muchos casos les puede llevar al aislamiento social. Por otro lado, en algunos casos tienen que soportar los insultos y burlas de sus compañeros, por lo que los padres debemos estar muy atentos a identificar los casos de bullying.
- El sobrepeso causa en muchos casos ansiedad y cuadros de depresión. Además, dificulta la concentración en las tareas escolares. La motivación para participar en actividades recreativas también es baja.
Cómo prevenir la obesidad infantil - Alimentación y actividad física
Llevar un estilo de vida activo y saludable no solo repercute en nuestro bienestar físico (y previene la obesidad), también nos hace sentirnos más felices y motivados, con más ganas de disfrutar de las cosas buenas que nos regala la vida. Por eso es importante enseñar a los niños mediante el ejemplo de qué modo podemos crear unos hábitos saludables.
Para prevenir la obesidad infantil hay dos claves: llevar una alimentación equilibrada y saludable y evitar la vida sedentaria. A continuación, analizamos ambas con más detalle.
Buenos hábitos alimentarios para los niños (y los padres)
En cuanto al qué deben comer los niños en su infancia para que después sigan los mismos patrones en la edad adulta, seguiremos la pauta de la dieta mediterránea que tan buenos resultados ha dado siempre.
- La dieta debe tener una gran presencia de frutas y verduras.
- Divide el plato en varias porciones: carne magra o pescado, verduras y pan integral.
- Incluye productos lácteos a diario siempre y cuando sean bajos en grasas y azúcares como el yogur natural y el queso.
- Limita los alimentos azucarados, procesados y ultraprocesados.
- Anima a tus hijos a beber abundante agua en las comidas y entre horas.
- Limita el consumo de azúcar y grasas saturadas.
- Consume ocasionalmente carnes rojas, son preferibles las carnes de ave.
- El aceite de calidad (de oliva virgen extra), los granos integrales, las legumbres, las semillas y los frutos secos también deben formar parte de la alimentación de toda la familia. En el caso de los frutos secos, debemos tener cuidado con los atragantamientos y, según la edad de nuestros hijos, ofrecerlos en cremas o pastas.
Ejercicio físico y deporte para evitar la vida sedentaria de los niños
Además de introducir los grupos de alimentos correspondientes para su edad y desarrollo, debemos procurar a los niños un estilo de vida activo en el que el juego, el ejercicio y el deporte tengan cabida varias veces a la semana.
Los niños más pequeños necesitan estar activos muchas horas al día, por eso les suele costar estar mucho rato seguido sentados. Según va desarrollándose su capacidad cognitiva, pasan a estar más horas sentados en la escuela y en casa realizando tareas académicas, por lo que se vuelve vital que reservemos un espacio del día para la actividad física. Por ejemplo, practicando deporte en equipo o haciendo ejercicio al aire libre en familia.
Este tipo de actividades nos hace estar de mejor humor, pero los beneficios se notan sobre todo a nivel físico, ya que se fortalecen músculos y huesos, se gana en flexibilidad, se controla la presión arterial, se reduce el estrés y, por supuesto, nos mantenemos en nuestro peso ideal. Por lo tanto, los padres debemos procurar que nuestros hijos no lleven una vida sedentaria (con gran presencia de pantallas), con el objetivo de reducir el riesgo de la obesidad infantil.
¿Hay que poner a dieta a un niño obeso?
No existe una cantidad exacta de comida que debe consumir un niño. Cada niño es distinto, y sus deseos y necesidades son diferentes. Debido a eso, es el niño sano el que debe decir, a través de su saciedad, cuánto puede comer. Y no se puede obligarle a que coma más. Ni por las buenas ni por las malas. Normalmente, los niños comen más que las niñas, pero en cuestión de apetito no se puede generalizar.
Dependiendo de la edad y tamaño, así como de la actividad física que realicen, los niños requieren de unas 1000 a 1400 calorías diarias, si bien según crezcan necesitarán más energía. Pero lo importante no es estar contando hasta llegar al número indicado, sino enseñarles a comer de forma saludable siempre acorde a sus necesidades.
Si bien es verdad que, para que un niño obeso baje de peso necesita gastar más energía de la que consume, no es conveniente ponerle a dieta, ya que los pequeños no comprenden el porqué detrás de ello. Se trata, más bien, de introducir la alimentación saludable y cambiar los hábitos. Si tienes dudas sobre la cantidad de comida que tu hijo o hija necesita, consulta a tu pediatra o enfermera pediátrica de confianza.
Cómo favorecer un estilo de vida saludable en la familia
Hacer ejercicio de forma regular, evitar pasar mucho tiempo con las tecnologías y comer saludable no tiene por qué ser aburrido para los niños, ¡todo lo contrario! Y todos estos hábitos nos ayudarán a prevenir la obesidad (y a reducir el riesgo de sus consecuencias).
- Invita a tus hijos a ir al supermercado a hacer la compra para que vean dónde empieza la rutina de una alimentación equilibrada. Aprovecha el camino para hablar de vuestras cosas. En la cocina también pueden entrar los niños, ya sea para elegir el menú con nosotros o para prepararlo. Si son parte del proceso no les costará nada sentarse a la mesa y comer de forma más saludable.
- Ofrece alternativas a las pantallas: leer un cuento, jugar a un juego de mesa o hacer manualidades. No habrá excusa para que los niños participen en las actividades que más les gustan.
- Siéntate a la mesa con tus hijos. Enseñar con el ejemplo da siempre los resultados esperados.
- Dormir bien por las noches y tener las horas de descanso durante el día necesarias para su edad es otro punto clave que les ayudará a estar activos durante el día y a tener un adecuado desarrollo madurativo.
- Brinda a tus hijos la oportunidad de que tengan un rato de juego al salir de la escuela. Pasar la tarde con los amigos en el parque, por ejemplo, mejora su condición física y sus habilidades sociales.
- Elegid juntos una actividad para hacer en familia los fines de semana: una ruta en bicicleta o andando o una sesión de yoga o pilates. Estrechar vínculos y disfrutar de un rato de calidad en familia son solo algunas ventajas.
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Bibliografía
- AESAN (2019) Estudio ALADINO 2019, Estudio sobre la Alimentación, Actividad Física y Desarrollo Infantil y Obesidad en España. Ministerio de Consumo, Gobierno de España. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/observatorio/Informe_Aladino_2019.pdf
- Aragonés Gallego, A, Blasco González, L. Cabrinety Pérez, N. (n.d.) Obesidad, Capítulo 7. Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica. Disponible en: https://www.seep.es/images/site/publicaciones/oficialesSEEP/consenso/cap07.pdf