Otitis de las piscinas, el gran peligro del verano para los niños

Recomendaciones para evitar este proceso infeccioso en los más pequeños

Carla Estrada, Pediatra
En este artículo
  1. Cómo se produce la otitis de la piscina. Síntomas y tratamiento 
  2. Recomendaciones para prevenir la otitis de las piscinas

Las piscinas son lugares de esparcimiento para todas las personas, pero especialmente para los niños, ya que les encanta pasar horas sumergidos en ellas. El problema es que casi nunca lo hacen con protección a nivel de los oídos, ya que para nosotros los padres es como algo que no le dedicamos atención, por no saber que el agua de las piscinas condiciona la producción de una patología llamada otitis externa o, coloquialmente llamada otitis de las piscinas, que son muy dolorosas y de difícil tratamiento.

Cómo se produce la otitis de la piscina. Síntomas y tratamiento 

otitis de la piscina. síntomas y tratamiento

Las piscinas son tanques llenos de agua, que la mayoría del tiempo están contaminadas, por más que se le agreguen productos especiales como el cloro o sales desinfectantes para descontaminarlas y depurarlas de microorganismos y otros contaminantes. 

El agua está prácticamente estancada y allí muchos niños e, incluso adultos, se zambullen sin ducharse previamente y llegan a orinar dentro de ellas. Por eso, en etapas veraniegas, los casos de otitis son muy frecuentes, con gran incidencia en menores de 12 años. Antes de describirles de que se trata esta patología, es necesario que sepan cómo está conformado el oído y en qué sitio del mismo se produce esta enfermedad.

El oído se divide en oído externo, que va desde el orificio de entrada de la oreja, hasta la membrana timpánica, y el oído medio, que va desde la membrana timpánica hasta la faringe, comunicándose a través de la trompa de Eustaquio.

Cuando se produce una otitis de la piscina, la parte afectada del oído es la externa, o sea, el oído externo, pudiendo afectarse también la membrana timpánica cuando los casos son severos.

En mi experiencia como pediatra y cada vez que consultan porque el niño o niña tiene un fuerte dolor de oído, sin fiebre por lo general y con mucho prurito o escozor, mi pregunta obligada es si estuvo bañándose en piscina, y la mayoría de las veces la respuesta es afirmativa.

Al hacer el examen físico y revisar con el otoscopio el oído, me encuentro que el dolor es intenso, incluso al agarrar el pabellón de la oreja, y se observa el oído externo o conducto auditivo externo muy inflamado, muy eritematoso (rojo) y con unas placas o manchas de color blanco, como algodonosas.

El agente causal más frecuente es la bacteria pseudomona, que crece y se reproduce en el oído cuando penetra el agua y se estanca en la porción del oído externo, produciendo este proceso infeccioso muy doloroso para el niño.

Otro agente que puede causar infecciones dentro del oído es el hongo, debido a la humedad, pero con menos sintomatología, al punto que a veces lo diagnostico cuando hago la revisión rutinaria de los oídos, o sea, puede pasar desapercibido hasta que el crecimiento sea muy extenso.

El tratamiento para la bacteria pseudonoma es antibióticos locales (gotas) y oral, antiinflamatorios y analgésicos para calmar el dolor. Cuando hay la presencia de hongos se trata con gotas antimicóticas, pero lo más importante es la prevención de esta patología, por lo que a continuación les daré las siguientes recomendaciones.

Recomendaciones para prevenir la otitis de las piscinas

otitis de la piscina en niños

- Lo primero es tratar de mantener los oídos limpios y libres de humedad, para evitar el crecimiento de microorganismos dentro del oído.

- La limpieza del oído no se debe hacer introduciendo los llamados 'bastoncillos', ya que pueden lesionar el conducto e, incluso, el tímpano, y también producir tapones de cerumen que disminuyen la agudeza auditiva. Solo limpiar el cerumen que brota del oído hacia afuera.

- Antes de entrar a la piscina, colocarle al niño los tapones de silicona para proteger los oídos y así evitar que entre el agua y se acumule en el conducto.

- Si no tienes tapones, se pueden colocar unas gotas de glicerina, actuando como una barrera protectora del oído.

- Usar gorro que tape las orejas.

- Al salir de la piscina, secarse bien los oídos con una toalla seca y tratar de sacar el agua que pueda tener acumulada en el conducto externo. Esto se hace lateralizando la cabeza de lado y lado.

- Evitar las zambullidas de cabeza a la piscina, ya que por presión el agua entra más fácil a los oídos.

- Evitar el buceo sin protección de los oídos o estar mucho tiempo debajo del agua.

- Medidas de higiene a las piscinas con productos clorados y sales antisépticas.

- Evitar bañarse en estanques o piscinas que las aguas no estén tratadas.

- Preferible baños en playa que en piscina, ya que en el mar la incidencia de otitis es mucho menos frecuente.

- Y si se presentó una otitis por bañarse en la piscina, debe después del tratamiento evitar esta práctica por al menos dos meses para garantizar una curación completa.

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