Bebés y niños que se mueven mucho al dormir. ¿Por qué sucede?

Los bebés, de por sí, son muy inquietos, incluso desde que están en la pancita de la mamá. Sin embargo, hay bebés que parece que se mueven más de la cuenta, al punto de no quedarse quietos ni siquiera durante el sueño. Esta circunstancia preocupa mucho a los padres, que piensan que existe un grave problema con los niños y bebés que se mueven mucho al dormir.

Te adelantaré que a estos bebés se les puede catalogar con un trastorno de tipología leve llamado síndrome de piernas inquietas (SPI) o enfermedad de Willis-Ekbom.

¿Por qué hay bebés y niños que se mueven mucho al dormir?

El síndrome de piernas inquietas SPI (conocido también como enfermedad de Willis-Ekbom) se considera un trastorno neurológico poco frecuente, por lo que solo afecta al 2 por ciento de la población infantil (es más frecuente en adultos) y se desconoce su causa exacta.

Los síntomas aparecen, por lo general, en horas de la noche o al inicio del sueño y se caracterizan por la inquietud o movilidad continua en la cama o cuna. Los pequeños que los sufren cambian de posición o postura frecuentemente (los niños y los bebes se mueven mucho al dormir), lo que impide la relajación completa para conciliar el sueño y descansar.

Los pequeños no manifiestan dolor, por lo que no hay llanto, pero pueden sentir hormigueos (parestesias) o cosquilleos, que se pueden intensificar cuando alcanzan el reposo. En algunos casos severos (que se dan de forma muy poco frecuente entre los niños) pueden manifestar ardor en una o ambas piernas o también dolor. Muchas veces se puede observar que las piernas de los niños se estiran y se doblan de forma continua, como en ráfagas.

Al ver estas manifestaciones propias del síndrome de piernas inquietas, los padres las pueden interpretar como inquietud o dificultades del bebé para dormir, así como un brote de crecimiento. Por este motivo, su diagnóstico no es fácil y se hace tardío, ya que se necesita que el niño o niña manifieste con sus palabras lo que siente al momento de conciliar el sueño.

Los síntomas de la enfermedad de Willis-Ekbom se pueden agravar en un 5 - 10 por ciento de los adultos mayores de 45 años, lo que puede causar graves problemas de insomnio. También se puede presentar en mujeres embarazadas durante el último trimestre del embarazo.

El diagnóstico de la enfermedad de Willis-Ekbom en bebés y niños

Para llegar a diagnosticar esta patología que lleva a bebés y niños a moverse mucho al dormir, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

- Clínica característica de este síndrome: sensación de hormigueo, ardor o dolor, piernas inquietas en el reposo... Todas estas molestias mejoran cuando el niño o bebé se mueve.

- Antecedentes en la familia: padre, madre o hermano con síndrome de piernas inquietas.

- El niño debe tener una frecuencia de cinco o más movimientos periódicos por hora. En este sentido, para llegar a dar comprobar si se producen, se necesita hacer al niño un estudio durante el sueño.

- Confirmar las alteraciones del sueño para su edad.

Si se cumplen tres criterios de los cuatro (incluyendo siempre la sintomatología), se puede hacer el diagnóstico de síndrome de piernas inquietas.

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Tratamiento infantil para el síndrome de piernas inquietas

A pesar de que la enfermedad de Willis Ekbom es una patología de la que aún se desconoce su origen, el médico pediatra o internista, por lo general, recomiendan:

- Realizar siestas durante el día, para que los niños lleguen más descansados al sueño nocturno y, de esta forma, que lo concilien mejor. Aparentemente esto también ayuda a disminuir la sensación de hormigueo.

- Uso de suplementos de hierro, ya que se ha relacionado este síndrome con cifras de hemoglobina bajas y/o depósitos bajos de hierro sérico. Siempre debe ser un pediatra quien recomiende la ingesta de un medicamento.

- Medidas de fisioterapia.

- En casos severos, tratamientos farmacológicos para lograr la relajación y poder conciliar el sueño. Aunque, como se explica en el informe 'Niños que necesitan moverse continuamente y que no pueden dormir', elaborado por el Servicio de Pediatría del Departamento de Salud de Alicante, no están aconsejados en niños porque sustancias como el Clonazepam puede agravar el TDAH.

Y algo aún más importante, podemos tener en cuenta medidas preventivas, las cuales ayudan a controlar la sintomatología de este trastorno que lleva a los niños a no descansar porque no paran de moverse al dormir. Estas son:

- Evitar fuerte actividad o ejercicios durante el día, así el niño no llegará tan cansado a dormir.

- Evitar café, bebidas oscuras (gaseosas, té, etc.), chocolate o comidas copiosas antes de acostarse. Este tipo de bebidas son demasiado estimulantes para los niños, mientras que las comidas demasiado grandes podrían dificultar la digestión infantil.

- Inculcar, desde temprana edad, buenos hábitos o rutinas para lograr conciliar el sueño rápidamente. Cada familia debe establecer una rutina de sueño que se ajuste a sus necesidades, pero lo realmente importante es que las actividades que hagamos antes de ir a la cama tengan el objetivo de relajar a los niños. Por ejemplo: podemos dar un baño al niño, podemos leer un cuento, podemos escuchar nanas...

- Dar masajes o hacer estiramientos en las piernas antes de dormir.

Si crees que tu hijo se mueve mucho al dormir y podría tener el síndrome de las piernas inquietas, acude al pediatra y consúltale todas las dudas que tengas.

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