Cómo es el sueño en los niños de 8 meses a 2 años
Si tu hijo aún no tiene rutina del sueño, ¡es el momento de creársela!
- Características del sueño en niños de 8 meses a 2 años
- Cómo preparar al niño para dormir
El bebé está creciendo y, en cuestiones de sueño, sus ciclos se parecen, cada vez más, a los de un adulto, pero no olvidemos que sigue siendo un niño y se encuentra en una etapa de maduración del sueño, que durará aproximadamente hasta los 6 años. Entre los 8 meses y los 2 años las bases de su patrón de sueño (fases, estructuras anatómicas que lo regulan, etc) ya están adquiridas, y los cambios importantes únicamente se producirán en el número de horas y en los despertares nocturnos, que también se irán reduciendo de manera paulatina.
Características del sueño en niños de 8 meses a 2 años
El sueño y la vigilia responden a mecanismos fisiológicos precisos y sincronizados, y la evolución del sueño va a la par con la maduración del individuo, no aplica eso de 'es la hora de dormir y ya'. Recordemos que cada individuo va creando su propio patrón de sueño, así que esto no depende de los papás, sino de cada bebé.
A los 9 meses, duermen un total de entre 13 a 15 horas. A esta edad casi la totalidad de los niños duerme toda la noche y puede requerir solo una siesta durante el día, generalmente en la tarde, de entre 1,5 a 3 horas, consolidando un periodo de sueño nocturno de entre 10 y 12 horas.
Pueden seguirse presentando despertares nocturnos, por efecto normal del ciclo de sueño, y apenas despiertan lloran, extrañan y reclaman la presencia de sus padres, por eso es fundamental acompañarles en este proceso.
También puede haber negativas a la hora de irse a dormir, porque quiera seguir poniendo en práctica las múltiples habilidades que ha aprendido rápidamente, sobre todo, diversas actividades motrices como sentarse, gatear, caminar. La vida es ahora tan entretenida y lo último que quieren hacer es perderse detalles.
Aún no distinguen entre la realidad y la ficción, por lo que muchos niños podrán despertarse con pesadillas nocturnas. Tranquilízalo y quédate a su lado hasta que se calme, déjale saber que estarás siempre que te necesite, procurando que concilie nuevamente su sueño lo antes posible.
Es una etapa en que también tendrán otros cambios como la dentición, que les ocasiona ciertas molestias y puede tornarlos irritables, afectando todo su comportamiento. Por lo que siempre aconsejo tener paciencia y pensar que esta etapa también pasará. En esta etapa de la vida del niño, su sueño se caracteriza por ser:
- Circadiano
Desde meses anteriores, el niño ha aprendido a diferenciar el día y la noche, y su ciclo de sueño nocturno tiende a ser prolongado.
- Bimodal
Tiene un periodo de sueño diurno (la siesta) y un periodo de sueño nocturno.
- Inquieto
Los nuevos descubrimientos en su entorno y sus habilidades neuromotoras le generan ansiedad por explorarlo y, a la vez, temor a lo desconocido, pudiendo llegar a provocar algunos trastornos en su sueño.
- Temido
Le angustia separarse de sus padres y esto puede hacer que intente retrasar su sueño.
Es importante continuar con su rutina a la hora de dormir, tener horarios regulares tanto para la hora de su siesta como a la hora de acostarse en la noche.
Cómo preparar al niño para dormir
A veces se comete el error de pensar que, si no duerme su siesta vespertina, se acostará a dormir más temprano en la noche y dormirá profundamente hasta el amanecer, lo cual no es cierto porque, si está muy cansado, se tornará irritable y le será más difícil conciliar el sueño.
Tampoco podemos obligarlo a que tenga una siesta de tres horas todos los días, unos días será más corta o no le apetece dormir. En este caso, trata de que pase un buen rato en un ambiente tranquilo, reposado, recostado en la cama, escuchando un poco de música, algo que le permita romper con su rutina de la mañana y lo relaje un poco.
Al prepararse para dormir en la noche, debe mantener su ritual acostumbrado, que debe incluir limpiar sus dientes. Si aún no tiene una rutina, no esperes más para empezar a crearla. Algo sencillo, que no genere complicaciones ni estrés: deja que él aporte algunas ideas, como cuál pijama usar, qué cuento le leerás o qué música quiere escuchar. Esto le dará sensación de control y facilitará el proceso.
Luego de la cena, procura que el niño tenga actividades pasivas como leer, cantar o entretenerse con juegos que impliquen poco esfuerzo, de manera que se facilitará la transición a la hora de ir a dormir. Elimina el uso del televisor, teléfono y otros dispositivos electrónicos por lo menos dos horas antes de ir a la cama. Si hay renuencia, recuérdale que no es un castigo irse a dormir a esa hora, todos debemos descansar, incluyendo a papá y mamá, y a la mañana siguiente podrá continuar con sus actividades.
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