Lo que debes saber si tu hijo NO duerme - Etapas del sueño en los niños

Aquí lo que debes saber si tu hijo NO duerme - Etapas del sueño en los niños. Muchas mamás se preguntan: ¿qué hago si mi bebé nunca quiere dormir? Te diremos todo lo que debes saber acerca de la rutina de sueño de los pequeños para que puedan tener un descanso reparador cada noche. Para ello, tenemos los consejos de los pediatras Gonzalo Oñoro, Carla Estrada y Elena Blanco, así como de la Coach del Sueño Olga Sesé. ¡Toma nota!

Todo lo que debes conocer si tu bebé NO duerme lo que debería

¿Por qué puede ser que mi hijo duerma menos que los demás? Los niños duermen muy diferente a los adultos y ese suele ser uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los padres y madres cuando un nuevo niño llega a casa. Al igual que un niño nace y no sabe caminar, el sueño en los niños hasta que lo desarrollan y es completamente maduro respecto al de los adultos van a tener que pasar meses.

Normalmente eso es por lo que los padres suelen quejarse: sus hijos duermen mal o menos de lo que ellos creen que sería. Cuando un niño nace no sabe diferenciar todavía la luz del día de la de la oscuridad de la noche y por ello los recién nacidos duermen cada dos o tres horas y se despiertan siempre, normalmente para comer. En esta edad lo habitual es que si un bebé se despierta es porque quiera comer.

En torno a los tres meses, los bebés van a empezar a diferenciar la luz del día a la de la noche y será entonces cuando empiecen a alargar un poco más el sueño que tienen durante la pausa nocturna, que puede llegar a alcanzar las cuatro o cinco horas, pero no será hasta los seis meses en lo que el sueño de los niños va a asemejarse un poquito más al de los adultos.

Los adultos cuando dormimos nuestro sueño se organiza a lo largo de toda la noche en una serie de ciclos del sueño, esto quiere decir que entramos en un sueño profundo y nos volvemos a despertar, y así a lo largo de la noche se suceden una serie de ciclos, en los que pasan esos microdespertares en los que la mayoría somos capaces de volver a quedarnos dormidos de forma automática.

Ciclos de sueño en los niños - ¿En qué consisten?

El problema es que a partir de los seis meses de vida los niños, aunque empiezan a tener esos ciclos del sueño durante la noche más organizados, asocian rutinas al hecho de quedarse dormidos y entonces es frecuente que un niño que quizás inició la noche en brazos de sus padres o que se ha acostumbrado a quedarse dormido tomando el biberón, cuando tiene ese microdespertar reclame la misma rutina con la que empezó la noche.

Algunos son el chupete que les habían dado los padres, otros hacer una toma de lactancia materna o ser arrullados a lo largo de la habitación. No quiere decir que esto sea malo para quedarse dormido, pero hasta que no cambien esas rutinas o vayamos cambiándolas desde el respeto y las necesidades del niño, va a ser muy difícil que el niño aprenda a dormirse solo.

Justo esa suele ser la perspectiva que tienen los padres de que sus hijos duermen peor que otros niños, pero de todas maneras la variabilidad del sueño de los niños es muy diferente. Hay niños de la misma edad que pueden dormir tres o cuatro horas más respecto a otros de su edad y eso no quiere decir que el sueño de los que duermen menos sea un sueño ni de menor calidad ni que esto vaya a influir en su día a día.

Lo que nos va a decir si un niño está durmiendo las horas suficientes es como se encuentra el resto del día, si es un niño que crece, engorda, está activo y realiza las mismas actividades que sus compañeros sin que parezca que muestre signos de insomnio como pueden ser irritabilidad o mayor cansancio, ese niño está durmiendo bien aunque a los padres nos parezca que está durmiendo menos horas.

Las horas que deben dormir los niños de acuerdo a su edad

Cuando una pareja tiene un hijo el sueño que realmente suele verse afectado es el de los padres, ya que se dice que más o menos se pierden unas 700 horas de sueño al año durante el primer año de vida de un niño, que nos viene a decir que más o menos dormimos dos horas menos de lo que dormíamos habitualmente. Lastimosamente esas horas ya no se recuperan.

No es que los niños duerman mal o bien, es que duermen como tienen que dormir y el sueño durante la infancia va a ir madurando poco a poco hasta que se asemeje al sueño de los adultos, normalmente al llegar hacia los 3 años. Durante ese tiempo es muy importante que las rutinas que establezcan los padres para ayudar a sus hijos a dormir solos les acompañen desde el cariño y el amor.

La palabra sueño significa el acto de dormir y el estado de la mente en ese periodo de descanso. El sueño de un bebé es evolutivo y madurativo, depende de su desarrollo y de acuerdo a las edades van a tener unas horas de sueño. Según la Academia Americana de Pediatría y la Academia Americana de Medicina del Sueño nos dicen que un bebé a partir de los 4 meses y hasta los 12 deben dormir de 12 a 16 horas con siestas incluidas.

Después del año hasta los 2 años aproximadamente unas 11 a 14 horas también con las siestas incluidas y de 3 a 5 años de 10 a 13 horas con la siesta. A partir de los 6 años, que ya se considera un niño escolar  y hasta los 12 años la cantidad debe ser entre 9 y 12 horas y posterior a los 13 años hasta 18, que es la adolescencia, entre unas 8 a 10 horas de sueño.

¿Qué ocurre cuando los niños no duermen las horas recomendadas para ellos?

El no dormir puede traer consecuencias de todo tipo, incluso para su desarrollo físico y su desarrollo psíquico porque es muy importante tener un sueño, incluso con las siestas incluidas, esto impacta en:

• Tener una mejor actividad durante el día
• Un mejor desarrollo cerebral
• Para mantenerse activos
• Tener un buen ánimo y buen humor
• Lograr un buen aprendizaje
• Una alta concentración en el colegio

Cuando no hay un sueño reparador puede traer tanto problemas físicos como psíquicos para los niños y para los padres, porque el buen sueño de los niños también afecta al bienestar familiar. Cuando un niño no duerme bien, la familia tampoco y no digamos nada más los padres, a veces todo el entorno, pues es frustrante, es agobiante y es cansado, lo que trae muchas preocupaciones.

¿Y cómo va cambiando el sueño de los niños según se van haciendo mayores? El sueño es evolutivo y no como cuando tienen menos de 4 meses, que es cuando tienen un sueño muy caótico y no tienen en funcionamiento el ritmo circadiano, que es nuestro reloj biológico y es el que nos marca cuándo tenemos que dormir y cuándo, además de que funciona con base en la luz solar.

El colecho, la lactancia y el dormir bien de los niños

Colecho significa que el bebé duerme en la misma cama en la que lo hace la madre o el padre, que no es lo mismo que compartir cuna. Esas cunas que se conocen como colecho si el bebé duerme dentro de esa cuna, aunque esté pegado a la cama, eso no se conoce como colecho. Las sociedades científicas han relacionado la práctica del colecho con el aumento de riesgo de muerte súbita.

Esto es un suceso que ocurre con más frecuencia en los menores de 12 meses, aunque se ha relacionado esta muerte súbita en los niños prematuros de bajo peso que toman lactancia artificial, que duermen muy abrigados, en una postura boca abajo o si son hijos de madres que consumen alcohol o drogas. Como la lactancia artificial se considera un riesgo, se postula que la lactancia materna puede ser protectora.

Aunque las sociedades científicas relacionan el colecho con la muerte súbita, a su vez estas sociedades van a recomendar la lactancia materna como protectora. Se sabe que la práctica del colecho va a mejorar las tasas y la duración de la lactancia materna porque la madre está más cómoda en esta postura, además, durante la noche se produce gran cantidad de tomas y la producción de la leche materna es muy importante.

En las horas de la noche el colecho va a facilitar y a promover la lactancia materna en los primeros meses y podrá ser continuada más allá de los 6 meses de vida por ello en las recomendaciones actuales se dice que los niños que hacen lactancia materna y colecho podrían realizar lo que se llama 'colecho seguro', aunque es verdad que se deben mantener los otros factores de riesgo en cuenta.

Estos factores son:

• El niño es prematuro o de muy bajo peso
• Hacen lactancia artificial
• El colchón es muy blando
• Los padres tienen el sueño muy pesado
• El pequeño duerme muy abrigado
• Suele dormir boca abajo

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