Dispraxia infantil, el trastorno que etiqueta a los niños como vagos
Se trata de una desorganización de movimientos orales, motrices finos y gruesos
- Conociendo a fondo qué es la dispraxia infantil
- Tipos de dispraxia y tratamientos
Mientras que el diagnóstico de los trastornos específicos del aprendizaje (matemáticas, lectura y ortografía), así como los trastornos de conducta, lenguaje y de atención (TDAH) cada vez se detectan más a tiempo y son intervenidos, en el caso de la llamada dispraxia, sus diagnósticos no suelen ser precoces ni atendidos de forma temprana e, incluso, muchas veces suelen ser confundidos y etiquetados bajo otros diagnósticos equivocadamente. Con la intención de dar a conocer este trastorno y poder derivar de forma precoz, desde Guiainfantil.com procuraremos responder a las cinco preguntas más comunes que se formulan las familias y las escuelas sobre la dispraxia infantil o trastorno de organización del movimiento: características, sintomatología, tipos, edades, especialistas, etc.
Conociendo a fondo qué es la dispraxia infantil
Ya sabemos que cuanto más precoz sea cualquier diagnóstico y antes se inicie su pertinente terapia, mejores pueden llegar a ser los resultados. Un diagnóstico tardío de cualquier tipo de trastorno infantil puede conllevar a una baja autoestima y desmotivación académica. Por eso es importante conocer qué es la dispraxia infantil, observar a nuestro hijo y, ante cualquier signo de alarma, consultar con un profesional.
La dispraxia se describe como una desorganización de movimientos, ya sean de movimientos orales (habla) o de movimientos motrices finos (manos) y gruesos (pies). A groso modo, podríamos describir que los niños con dispraxia suelen ser poco habilidosos en cuanto a su coordinación y durante las actividades de su vida diaria, pareciendo habitualmente vagos, torpes y con poco interés. Siendo algunas de sus manifestaciones más claras el habla poco nítida e inteligible, la mala caligrafía o habilidad manual y la dificultad en actividades físicas variadas.
En numerosas ocasiones nos encontraremos ambos términos y es importante diferenciarlos. Cierto es que ambos términos hablan de la misma dificultad de movimiento y la misma necesidad de trabajo terapéutico; pero en el caso de la apraxia las dificultades serían adquiridas por algún accidente o traumatismo, perdiendo unas habilidades que previamente ya tenía, mientras que en el caso de la dispraxia estas habilidades siempre habrían costado desde el nacimiento.
Tipos de dispraxia y tratamientos
Cada niño puede presentar un determinada dificultad, por eso es importante poder conocer los distintos tipos de dispraxia que hay.
- Dispraxia ideomotora
Como su nombre indica haría referencia a una dificultad en la habilidad de pasar de una idea simple a una acción motora. Siendo ejemplos: coger objetos sin que se caigan de las manos (lápiz, mochila, pelotas, etc.) o abrir y cerrar correctamente objetos (puertas, libros, libretas, etc.).
- Dispraxia ideacional
Haría referencia a una dificultad en la habilidad de planificar un secuencia más compleja de acciones motoras. Siendo ejemplos: atarse los cordones, vestirse, cocinar, preparar la mochila, hacer la cama, usar instrumentos, etc
- Dispraxia oromotora o verbal
Como su nombre indica, haría referencia a una dificultad en la habilidad de vocalizar y expresar oralmente una ideas. Siendo ejemplos: sensación de habla poco comprensible, dificultad para comunicarse en grupo o público, etc.
- Dispraxia constructiva
Haría referencia a una dificultad para construir y orientarse en un espacio y tiempo. Siendo ejemplos: montaje de puzzle, interpretar mapas o copiar dibujos.
En caso de sospecha, será importante acudir a un centro multidisciplinar, dado que esta patología requiere de evaluación de habilidades cognitivas (cuyos especialistas son los psicólogos o psicopedagogos), habilidades de comunicación y habla (cuyos especialistas son los logopedas) y habilidades motoras (cuyos especialistas son los fisioterapeutas, psicomotricistas o terapeutas ocupacionales). Una vez concluido el diagnóstico, la intervención se planteará entorno a las dificultades identificadas.
Usualmente la mayoría de los diagnósticos tienen lugar entre los 5 y los 11 años, siendo entonces más fácil poder comprobar las dificultades de desarrollo que pueden llegar a presentarse respecto a las que cabría esperar por edad.
Puedes leer más artículos similares a Dispraxia infantil, el trastorno que etiqueta a los niños como vagos, en la categoría de Trastornos mentales en Guiainfantil.com.
Publicado:
Actualizado: