Tricotilomanía o la necesidad de los niños de arrancarse el pelo
Consejos para padres con hijos que se tiran del pelo constantemente
- A qué edad empiezan los niños a arrancarse el pelo
- Descubriendo las causas de la tricotilomanía
- Diagnóstico y tratamiento de este trastorno
La tricotilomanía del griego trichós (cabello) y manía (impulso) es el término con que se describe a nivel médico la necesidad irresistible que tienen los niños de arrancarse el pelo, en cualquier zona del cuerpo, cabeza, cejas, pestañas, sin un motivo aparente. ¿Por qué se produce? ¿Cuáles son las causas? ¿Cómo se diagnóstica y cuál les su tratamiento? De todo esto te haré en el siguiente artículo.
A qué edad empiezan los niños a arrancarse el pelo
Según el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), la tricotilomanía está considerada como un trastorno obsesivo-compulsivos y afines, y señala que se caracteriza por un comportamiento repetitivo y recurrente consistente en el arrancamiento del cabello e intentos para disminuir o detener el comportamiento repetido.
La tricotilomanía puede ocurrir a cualquier edad, pero se presenta más en edad escolar y en la adolescencia, siendo raro, por ejemplo, en bebé en lactantes. Generalmente los padres suelen asociarlo como “costumbre”, al igual como cuando se chupan el dedo, hasta que les llama la atención la zona “sin pelos” que presenta el niño y es cuando acuden al médico para determinar qué está ocurriendo.
Este trastorno tiene una variante llamada tricofagia, aproximadamente un 22 % de quienes lo padecen, que supone que el niño, tras arrancarlo, lo ingiere, formando unas pelotas de pelo (tricobezoar) en el estómago que le ocasionan un síndrome obstructivo cuya única solución es quirúrgica. Se caracteriza por dolor abdominal y epigástrico, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento o flatulencias y, en casos más graves, puede llegar a desencadenar en anorexia.
Descubriendo las causas de la tricotilomanía
No está del todo claro por qué el niño siente esa necesidad por arrancarse el pelo, pero lo que sí se sabe hasta la actualidad es que podría estar asociado a factores genéticos (hay teorías que avalan que puede ser hereditario), ambientales, biológicos (ciertas investigaciones explican que puede deberse a carencia de algún neurotransmisor a nivel cerebral) y/o psicológicos (tensión familiar, depresión, estrés).
El 90 % de los casos está asociado con alguna situación externa que no es controlable por el niño. Por ejemplo, separación de los padres, pérdida de un familiar, mudanza, inicio o cambios de escuela, vivencias traumáticas, aburrimiento o cansancio.
Diagnóstico y tratamiento de este trastorno
Para su diagnóstico es necesario una historia clínica detallada, orientada en la búsqueda del factor desencadenante, como se dijo anteriormente con respecto a las causas que lo producen; a su vez es importante que el médico indague sobre la presencia de este trastorno en los padres o hermanos y también se debe descartar otras causas bien sea infecciosa o micótica (por hongos).
Por ello es recomendable la evaluación por dermatología y el diagnóstico se hace en base a los criterios según el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-V y que son los siguientes:
- Recurrencia en la conducta de tirarse del pelo, lo que da lugar a la pérdida del mismo.
- Intentos para disminuir o detener el comportamiento de tirarse del pelo.
- Malestar clínicamente significativo o deterioro en las relaciones sociales con los amigos o con los miembros de la familia.
- La pérdida de cabello no puede ser atribuida a otra condición médica (por ejemplo, una condición dermatológica).
- La pérdida de cabello no puede explicarse por los síntomas de otro trastorno mental.
¿Qué podemos hacer los padres con niños con se arrancan el pelo? En primer lugar, mantener la calma y recordar que no es una enfermedad grave (la mayoría de los casos se resuelven de manera espontánea).
Es recomendable enseñarle al niño conductas alternativas cuando esté nervioso, por ejemplo, técnicas de relajación. También es importante no criticarle, regañarle o castigarle cada vez que tenga el impulso de arrancarse el pelo, porque solo conseguirás su rechazo y que no confíe en ti. Si no mejora, es preciso apoyo psicológico y, en casos extremos, recurrir a la medicación para tratarlo.
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