La obesidad y los malos hábitos de alimentación en los niños - ¡Stop!
Los peores hábitos que inculcamos a nuestros hijos sobre alimentación y sedentarismo
- Malos hábitos de alimentación que llevan a los niños a la obesidad
- Cómo enseñar hábitos saludables a los niños con sobrepeso
La obesidad es uno de los problemas de la salud más frecuentes en los niños en la actualidad. Pese a los avisos de diferentes organizaciones infantiles y de los pediatras, el porcentaje de niños con sobrepeso y obesidad no ha parado de crecer; según los últimos datos de la OMS, hay 340 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años que tienen sobrepeso u obesidad. Detrás de este problema de salud encontramos, en especial, el sedentarismo y los malos hábitos de alimentación en los niños.
A continuación hablamos sobre estas malas rutinas que hemos normalizado a la hora de que los niños coman y que les llevan hacia la obesidad y el sobrepeso. Para ello, contamos con la voz experta de la doctora en psicología Silvia Álava.
Malos hábitos de alimentación que llevan a los niños a la obesidad
Los buenos hábitos alimentarios son fundamentales a cualquier edad. Sin embargo, cuando hablamos de nuestros hijos son aún más importantes, pues ellos están en constante crecimiento y desarrollo y necesitan una alimentación consciente y equilibrada. Por ello, es importante detectar los malos hábitos que hayan podido adquirir y corregirlos si queremos prevenir el sobrepeso y la obesidad infantil en casa.
- Distracciones
Es fundamental que los niños aprendan a comer en familia y no delante del televisor o con pantallas como la del móvil o la tablet, ya que estos solo hacen que se distraigan y no presten atención a la comida.
- Mal ejemplo en casa
Si los niños ven que nosotros no comemos en la mesa o que nos alimentemos mal, ellos van a querer hacer lo mismo. ¿Por qué mamá o papá pueden usar el móvil mientras come y yo no? ¿Por qué mamá o papá no comen verdura y yo debo tomarla? Estas son las preguntas que se hacen constantemente nuestros hijos y, en parte, vienen dadas por nuestros propios hábitos alimentarios. Por ello, si queremos que nuestros hijos tengan una buena rutina a la hora de comer, que nos ayude a prevenir la obesidad desde la primera infancia, los primeros que debemos tenerla somos los adultos.
- Saltos de comida o cantidades inadecuadas
No podemos dejar que nuestros hijos se salten ninguna de las comidas del día y, mucho menos, las más importantes: desayuno, almuerzo y cena. Del mismo modo, debemos asegurarnos de que las cantidades que ingieren son las adecuadas de acuerdo con su edad y momento de crecimiento.
[Leer +: Cuándo se considera que un niño es obeso]
- Consumo de líquidos
Permitir que los niños consuman demasiados líquidos es también un mal hábito que afecta a su alimentación. Debemos ofrecerles la cantidad necesaria de agua para mantenerse hidratados, pero se deben evitar los zumos (sobre todo los industriales) y otras bebidas similares (refrescos, bebidas energéticas, bebidas azucaradas...), ya que solo les aportan calorías vacías y les quitan el apetito.
- No tener unos horarios fijos
Las comidas deben realizarse siempre a las mismas horas. Debemos tener en cuenta que el organismo funciona a base de una regularidad, por lo que es importante 'educarlo' para que funcione correctamente. Además, los niños necesitan hábitos y rutinas para sentirse seguros y saber qué viene después de cada actividad.
Estos sencillos cambios de rutinas ayudan a mejorar los hábitos alimentarios de los niños y, a medio plazo, prevenir el riesgo y las consecuencias de la obesidad infantil.
Cómo enseñar hábitos saludables a los niños con sobrepeso
Aunque la genética y los factores socioculturales también influyen, las principales causas de la obesidad infantil son los malos hábitos de alimentación y la falta de actividad física que lleva a los niños a tener una vida sedentaria. Por ello, para prevenir la obesidad y el sobrepeso, ten en cuenta las siguientes pautas:
1. Reeducar los hábitos de alimentación de los niños
Lo primero que debemos hacer si queremos corregir los malos hábitos (y no lo conseguimos nosotros mismos) es recurrir a la ayuda de un profesional, ya sea el pediatra o un nutricionista. Ellos nos darán las pautas a seguir para que nuestros hijos aprendan a alimentarse bien y vayan cogiendo nuevos hábitos.
Seguidamente, está el ejemplo de los padres. Si hemos detectado algunos malos hábitos en nosotros mismos, ahora es momento de corregirlos. No solo mejoraremos nuestra salud y conseguiremos prevenir la obesidad, sino que los niños también se sentirán más motivados a la hora de seguir una nueva rutina.
Por último, es importante no ceder ante los caprichos de los niños. Debemos tener en cuenta que nuestros hijos se sienten atraídos por alimentos poco adecuados para ellos. Solo debemos fijarnos en los alimentos de los que más publicidad se hace (normalmente dulces, bollería industrial...). Por ello, debemos ser consecuentes y ofrecerles alimentos alternativos que sean más saludables.
2. Nunca obligues a tu hijo a comer
Obligar a nuestros hijos a comer un alimento que no les gusta solo nos traerá más problemas y hará de la hora de comer un momento tenso para ellos. No todos tenemos los mismos gustos, por lo que es importante ver qué les gusta a ellos y ofrecérselo en vez de hacerles comer algo por obligación. Hay muchos alimentos que ofrecen el mismo valor nutricional, por lo que es relativamente fácil encontrar aquellos que más les apetecen.
Si vemos que algunos de estos malos hábitos están presentes en la rutina de nuestros hijos, ha llegado el momento de corregirlos y reeducar a nuestros hijos para que coman y se alimenten correctamente.
[Leer +: Tratar la obesidad infantil]
3. Promueve que tu hijo haga ejercicio físico (y abandone el sedentarismo)
Sin lugar a duda, la práctica deportiva es esencial para prevenir la obesidad y el sobrepeso en los niños. Por ello, los pediatras recomiendan practicar deporte entre 2 y 3 horas a la semana como mínimo.
Estas horas se pueden cubrir fácilmente si les apuntamos a actividades extraescolares que potencien los deportes. Pero, también podemos realizarlas durante el fin de semana en familia. De hecho, si nuestros hijos nos ven activos, ellos también lo van a acabar siendo. Los padres somos modelos y, en el deporte, no es diferente; por este motivo, realizar deporte con nuestros hijos no solamente los animará más a ellos, sino que también nos ayudará a mejorar nuestra salud.
Prevenir la obesidad y el sobrepeso es algo que empieza en casa y los padres tenemos un papel fundamental en ello. Crear unos buenos hábitos alimentarios ahora y propiciar la actividad física nos permitirá ver a nuestros hijos crecer saludablemente y les estaremos ayudando a prevenir enfermedades en el futuro.
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Bibliografía
- López-Sobaler, A.M. et al (2021) Obesidad en la población infantil en España y factores asociados. Nutr Hosp, vol. 38(Extra 2), pp. 27-30. Disponible en: https://scielo.isciii.es/pdf/nh/v38nspe2/0212-1611-nh-38-spe2-27.pdf