Aunque no paras de tocarte la tripa, tenemos que decirte que tu útero aún tiene su tamaño habitual. Eso sí, sentirás hinchazón y molestias similares a los síntomas premenstruales.
El útero va aumentando su tamaño pero muy lentamente, de hecho podrás seguir poniéndote tu ropa habitual. Aunque no notarás el vientre de mayor tamaño, si experimentarás más ganas de orinar y mayor sensibilidad en los senos.
¿Has visto cómo tu barriguita empieza a estar más redondita? ¡Qué ilusión! ¿Verdad? Este aumento del tamaño de tu útero puede provocarte algún dolor en la espalda o molestia.
¡Esto ya no hay quién lo pare! En el ecuador de tu embarazo, ¡ya no podrás ocultar tu estado de buena esperanza! ¡Tu tripa te delata e informa a familiares y amigos de que estás en el cuarto mes de gestación!
¿Sabes que alrededor de la semana 20 puedes empezar a notar las primeras pataditas de tu bebé? Tu barriga será para él como un balón de fútbol.
¿Cómo es tu pancita? Dicen las teorías de las abuelas que las mujeres con barrigas redondas esperan niñas, mientras que aquellas que lucen tripas más puntiagudas llevan un bebé varón. ¿Será cierto?
El séptimo mes de embarazo te lo pasarás acariciándote tu tripa y hablando con tu retoño, un gesto intuitivo que favorecerá el vínculo del bebé con la madre.
El peso de tu barriga hace que tengas dificultad para moverte con facilidad o para conciliar el sueño, pero tú estás tan feliz con todo lo que estás viviendo... ¡que nada ni nadie te puede estropear este momento!
En pocas semanas tendrás una cita a ciegas con el que será el amor de tu vida. En estos días previos al parto, lo mejor es tomarse el tiempo que necesites para prepararte para dar a luz. ¡Todo va a salir genial!